sábado, 28 de mayo de 2016

fuera de la luz

fuera de la luz bajo los reflectores
en la noche mellada y la tormenta
¿qué voy a preguntar si nadie oye?
¿qué voy a decir si igual no hay nadie? /
la luz que abunda y siempre me ha faltado
ilumina cada uno de mis fallos y defectos 
quisiera prender fuego cortocircuitar la historia
romper los faros con las piedras del enojo /
camino lento hacia atrás del escenario
buscando las cuerdas tensas que sostienen los telones
(soy un actor falso y mudo intentando decir mis tonterías
el mismo que nunca aprendió ni uno de sus diálogos
y le echó la culpa a la tormenta
a la mucha luz 
a la risa ajena 
aunque fue nomás la vergüenza de sus horas
siempre a tiempo siempre en mal momento) /
en mi mano el cuchillo y el delirio
en la otra mano la vela del incendio 
temblando en la cordura incierta e indefinida
en la debacle de mis músculos y huesos /
sin embargo me detengo a observar las cosas desde el fondo
todo sigue nada cambia con mi mutis por el foro
y me convenzo enseguida y sin el peso de una duda
de que a pesar de mis acciones y quietudes
el mundo gira y lo hará por mucho tiempo /
se me cae el cuchillo y la vela del incendio
rueda por las tablas apagada por los aires del fracaso
me quedan en las manos el delirio de los sueños 
y la cordura de los actos 
la vergüenza asomada a mis mejillas
como siempre y como siempre
demolido y a un costado
me resigno a escuchar los truenos y a mirar los rayos
de una tormenta larga imaginaria torpe y consecuente

jueves, 26 de mayo de 2016

sobre la poesía (Juan Gelman)



habría un par de cosas que decir /
que nadie lee mucho /
que esos nadie son pocos /
que todo el mundo está con el asunto de la crisis mundial / y

con el asunto de comer cada día /se trata
de un asunto importante / recuerdo
cuando murió de hambre el tío juan /
decía que ni se acordaba de comer y que no había problema /

pero el problema fue después /
no había plata para el cajón /
y cuando finalmente pasó el camión municipal a llevárselo
el tío juan parecía un pajarito /

los de la municipalidad lo miraron con desprecio o desdén / murmuraban
que siempre los están molestando /
que ellos eran hombres y enterraban hombres / y no
pajaritos como el tío juan / especialmente

porque el tío estuvo cantando pío-pío todo el viaje hasta el crematorio municipal /
y a ellos les pareció un irrespeto y estaban muy ofendidos /
y cuando le daban un palmetazo para que se callara la boca /
el pío-pío volaba por la cabina del camión y ellos sentían que les hacía pío-pío en la cabeza /el

tío juan era así / le gustaba cantar /
y no veía por qué la muerte era motivo para no cantar /
entró al horno cantando pío-pío /salieron sus cenizas y piaron un rato /
y los compañeros municipales se miraron los zapatos grises de vergüenza / pero

volviendo a la poesía /
los poetas ahora la pasan bastante mal /
nadie los lee mucho / esos nadie son pocos /
el oficio perdió prestigio / para un poeta es cada día más difícil

conseguir el amor de una muchacha /
ser candidato a presidente /que algún almacenero le fíe /
que un guerrero haga hazañas para que él las cante /
que un rey le pague cada verso con tres monedas de oro /

y nadie sabe si eso ocurre porque se terminaron las muchachas / los almaceneros / los guerreros / los           reyes /
o simplemente los poetas /
o pasaron las dos cosas y es inútil
romperse la cabeza pensando en la cuestión /

lo lindo es saber que uno puede cantar pío-pío
en las más raras circunstancias /
tío juan después de muerto / yo ahora
para que me quierás /


Recitado por Juan Gelman:


jueves, 19 de mayo de 2016

Conocí a un hombre con los ojos mudos (Alejandra Fritz)


Conocí a un hombre con los ojos mudos                                    
hay quienes nacen con la boca ciega
la boca vacía desde siempre

Cuando canta se mueve como si nadie lo estuviese mirando
muda su ropa con los ojos cubiertos 
no importa que se ponga
de todas formas cada mudanza es un rito
mudos los ojos      sin gafas oscuras
mudos los brazos    los mueve despacito
ciegos los pies      en puntitas baila

Quizás seria bueno llenarse la boca de ojos
que solo digan lo que ven 
mudarse a otro lugar de la habitación 
con un poco mas de luz
permanecer en silencio hasta que algo ocurra
de esa manera 
el paso de un día solo se podrá distinguir 
por cambios de temperatura 
juegos de niños o peleas callejeras
para que en algún momento 
la cabeza llegue a la altura del pecho
y sea mejor permanecer horizontal 
porque al parecer es mas de noche que antes


https://poetassigloveintiuno.blogspot.com.ar/search?q=alejandra+fritz

domingo, 15 de mayo de 2016

un final de casas viejas (sergio beleiro)

                                               
                                                          Para "Pino" José Alberto Insenga, cariñoso aconsejador.

    Un final de casas viejas, de calles olvidadas que ceden frente al descampado.
    Tendría que haber ido para el otro lado. Para allá, tarde o temprano, la ciudad hubiera empezado a abrirse, las casas se habrían hecho edificios y las calles un disturbio de coches y de gentes volviendo a sus casas después del trabajo. Pero no: rumbeó para el sur - ni siquiera para la villa -, se fue para el lado de lo viejo, para donde todo parece terminar, sin una noción heroica o novelesca de las estrellas indicándole el camino del desierto. Se fue para el sur porque todo parecía terminar para aquel lado.
    En otro tiempo, un morocho huyendo sin la gallina en la mano. Hoy, un negrito que arrojó la billetera o la cartera tomada al descuido y se escapa hacia lo incierto, hacia un lugar que apenas conoce, porque sabe que la justicia siempre es precisa con el de abajo; que el rico o el poderoso, el que está mejor, puede zafar, aún con los papeles del engaño en la mano, con las pruebas del desfalco en la cartera. El dinero es de comprar buenas defensas, abogados a tiempo completo, y esto en cuanto a los culpables, que hablando de inocentes pasan cosas parecidas, con perejiles y otras yerbas.
    No lo pensó demasiado. Hacia el sur, sin saberlo, sin estrellas conocidas, prefiriendo un tiro por la espalda a interminables horas viendo pasar la nada en el presidio.
    Tuvo miedo al llegar al potrero porque la luz de la luna era escandalosa comparándola con las lucecitas entreveradas en las copas de los árboles de la calle que dejaba atrás.
    Tuvo miedo. Un rato antes sólo corría, luchaba con sus piernas y sus propios pulmones más que con quienes lo perseguían. ¿Dos? ¿Tres? No lo sabía, nunca dio vuelta la cabeza. ¡No podía!
    Tuvo miedo, como si la luz de la luna sobre el potrero le mostrara el desamparo, su desamparo, el desamparo que empezó casi con su vida y cada día fue creciendo, por culpa propia y de las circunstancias, porque no se nace con las mismas oportunidades, aunque los políticos se llenen la boca prometiendo igualdades que no llegan, palabreando discursos que no se llevan bien con lo que pasa.
    Entonces fue el dolor como un cuchillo en la espalda, algo tibio que bajaba, el estampido, la caída, la cara contra la tierra y las piedras.
    No, no supo el orden, fue todo la misma cosa, como al mismo tiempo, aunque ya no tenía la menor importancia.

sábado, 14 de mayo de 2016

A galopar (Rafael Alberti)

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.                        
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!


La versión del autor y Paco Ibañez:




La versión de Attaque 77:


viernes, 13 de mayo de 2016

en busca del dorado (sergio beleiro)

camino por la orilla de un río que en los mapas se evapora hacia el poniente
perdido en mi fantasma sin armas ni armadura ni biblia ni milagros
a la sombra de las sombras en este endiablado paraje de dolores y fantasmas

mientras la noche no permite una estrella ni un cielo escucho el murmullo de las hojas
sabiendo que no vale la pena rezar cuando se sabe que dios ha muerto y también su leyenda
mucho menos al saber que fue un dios extraño y distante / un perezoso lavándose las manos frente a todos

cuando los sueños ya se han muerto y nada queda por delante el cuerpo es una máquina fatal
un ingenio empeñado en subsistencias vanas / un animal acorralado que resiste sólo por su instinto

las horas parecen no pasar / los días son iguales a las noches en esta orilla sin sentido
el río parece no fluir de ningún modo / es oscuro y terco y sucio como estas selvas sin medida ni decoro

nada más me queda caminar y caminar sin atisbos de una meta ni rastros de lo que salí a buscar
eso que se me quedó olvidado en algún traspié de este viaje que parece no tener final como tampoco                                                                                                                                                       principio

miércoles, 11 de mayo de 2016

no es una ceremonia

no es una ceremonia
ni un conjuro

escribiré tu nombre en un papel
que quemaré un instante después prolijamente

se irá consumiendo como un sueño
frágil e imposible 

cenizas y humo serán el rastro delicado
de un amor que no pudo inventarse

del humo poco quedará en un rato

y no conservaré las cenizas intentando
disolver tu nombre
olvidarte
dejar esta carrera que no me lleva nunca
a ningún lado

sé que son sólo gestos vanos
que lo que siento no se irá de ningún modo
que tu nombre como tu rostro
permanecerán sin olvido posible

y seré siempre el mismo tonto
dando vueltas a tu alrededor
siguiendo tu sombra mansamente
como el perro más manso de este sitio

aún cuando no estés
aún cuando no esté

martes, 10 de mayo de 2016

te extraño (Carlos Carioli)

te extraño horrores, monstruos, oscuridades, noches insomnes, te extraño selvas, humedad, moscas deformes, te extraño pensamientos,
boedos, viernes, te extraño sombras, caídas en La Rioja al ochocientos, madrugadas inclinadas, llamadas para que me caminen derecho, te
extraño voces, miradas, abrazos, te extraño besos robados, oscuridades prestadas, miradas a largo plazo, te extraño peñas, vinos, cafés de
madrugada, pestañas, taxis, te extraño
veinticuatro, treinta y uno, diecinueve de enero, te extraño en la esquina de los ciegos, en la
sesión, en la cocina, te extraño en lo que no
pienso, en lo que no me tocás, en lo que te besaba, en la tarde insoportable del extrañamiento.

lunes, 9 de mayo de 2016

en la sombra hay un vestido

alguien muere
y en la sombra hay un vestido
negro
más allá la mujer
se desviste de sus sueños
algo muere
y parece todo quedar trunco
cortado como el tallo de la rosa
un rastro de sangre en las manos
y la piedra cae

la cuestión es evitar nuevos dolores
para la memoria
y la mujer elige otro vestido
en la claridad de nuevos sueños /
nada dura todo es provisorio
lo será el rosa como el verde
el sueño muerto ya lo ha sido

¿a mal fin un buen principio?
no existen reglas
y es todo tan extraño
que a veces vale prender fuego
y dejar todo atrás

viernes, 6 de mayo de 2016

Un cuento de Paula Carballeira

Esta noche vi al vampiro. Yo llegaba tarde, con los labios negros de vino tinto, la piel pálida de frío, las manos dentro de los bolsillos del abrigo negro. Tropecé con él al entrar en el portal. Lógico, teniendo en cuenta que se me había corrido el rímel y no veía por donde andaba.
Olía a tierra, y a algo más. A algo salvaje. Quise pedirle perdón, pero no hizo falta. Él recogió las llaves que se me habían caído al suelo y me las puso delante de la cara. Tuve que mirarlo, ver aquellos ojos profundos, los dientes poderosos.
—Cuidado con lo que bebes —murmuró.
—Gracias —le respondí, mientras recuperaba las llaves y rozaba su mano por un momento.
Él se confundió con la oscuridad. Yo me quedé apoyada en la pared, con la esperanza de que pensase que mis labios estaban pintados de sangre, que mi palidez era la de la muerte, que mi abrigo estaba hecho de tinieblas. Aunque haga frío y la niebla cubra mi cama como una telaraña, esta noche voy a dejar la ventana abierta.

Paula Caballeira, además de contar escribiendo, cuenta con sus propios labios. Por aquí va una muestra: https://youtu.be/iaUDYzldO3A

jueves, 5 de mayo de 2016

de chicos

fuimos a jugar
- la tarde bañada de ilusión -
no sé a qué
pero no importa
como no importaba
era la hora de jugar
de reír
de seguir hasta donde fuera
y jugamos nos reímos
dejamos de jugar
pero ya era cansancio
y la vuelta fue pura risa
e imaginarnos otro día
de un modo parecido
por esos paraísos
de la vida

domingo, 1 de mayo de 2016

Mendiga voz (Alejandra Pizarnik)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.

En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.

 

Poema del libro "Los trabajos y las noches"

https://sites.google.com/site/escritoresmalditos/alejandrapizarnik/mendiga_voz