jueves, 30 de agosto de 2018

En un lugar...,5 (Anne Talvaz)

Por más que no se quiera,
la náusea se infiltra.
La bilis es castaña con filamentos negros.
Vomitaré mañana.
Él o ella ha vivido su vida en otra parte,
pasó el momento de decir lo que yo quisiera
y con la conciencia de otro del que se puede saber.
Me vengaré mañana.
Detrás de mis ojos
el día de pronto se ha puesto a arder
con su peso completo.
Lloraré mañana.
Del dolor
yo no paso al vértigo,
no tengo derecho.
Moriré mañana.


Version del francés de Silvia Eugenia Castillero

On a beau ne pas en vouloir, / la nausée s’infiltre. / La bile est brune avec des filaments noirs. / Je vomirai demain. / Il ou elle a vécu sa vie ailleurs, / le moment de dire ce que je voudrais est passé / et de la conscience d’un autre que peut-on savoir. / Je me vengerai demain. / Derrière mes yeux / la journée s’est mise à brûler soudain / de tout son poids. / Je pleurerai demain. / De la douleur / je ne passe pas au vertige, / je n’en ai pas le droit. / Je mourrai demain.


Tomado de https://luvina.com.mx/foros/index.php?option=com_content&task=view&id=1334&Itemid=57

martes, 14 de agosto de 2018

donde termina la calle no termina el odio

donde termina la calle
no termina el odio
y el odio se come la noche
y se come el día
come desde adentro
desde la tripa
mastica con el pecho y la garganta

el odio
que nace subrepticio
salta
en algún momento
asalta
toma el aire como vómito
gargajo por lo menos a otra cara
ataca
no sabe de razones que no sean
su odio mismo
y se convierte en persona
          dios
mayor odio
vehemente creatura de otros dioses
o demonios
gente al fin como otra gente
que es eso dios (no hay otra cosa)

el odio que es persona ya no sabe
que las razones de ese odio
ya no tienen nada razonable
nada esgrimible por palabra
y no puede ser calmado
ser convencido de otra idea
porque la razón del odio ya es pasado
ya venció
no vale
              (es otra cosa)

y yo
que no quiero odiar
que no quiero hundirme
estoy a un paso
estoy a un paso y me retraigo
es como verme con los ojos desbocados
los ojos desbocados
en el espejo del baño pero afuera

estoy a un paso
estoy a un paso e intento despojarme
intento que no cuaje que no crezca
intento que se muera o se desmaye
cada mueca o partecita del gran odio
y no lo oiga y no lo diga no lo traiga
porque no quiero ser de los que odian
de los que perdieron la razón de sus razones
no quiero esa mirada
   ese grito
esa palabra
que ya no cierra
que no cierra ya por ningún lado
que es mierda solamente

pero la noche de estas horas quema
desnuda lo peor de mis peores
me dice me señala
estás muy cerca
aunque no quieras
estás muy cerca
y la tristeza se me asienta en cada mano
      y ahora también en la boca




sábado, 11 de agosto de 2018

Instrucciones para sostenerle la vela a una anciana (Eduardo Ainbinder)

Si la materia no contuviera
sus propias leyes de autodestrucción
es probable que un demiurgo previsor
dejase precisas instrucciones
para la destrucción de lo rosado
blanquecino, beige, azul y oro,
lo rojizo, verdusco o incoloro,
en fin… de todo lo creado.
Pero las “Instrucciones para sostenerle
la vela a una anciana” son más bien imprecisas.
En ellas no figura cuánto tiempo
hay que sostener la vela,
si hasta el fin de nuestros días
o hasta que las pupilas se nos vuelvan cuadradas.
Y lo más preocupante, inquisidor de la conciencia,
si en todo caso cuando la vela se consuma
quien la sostiene estará muerto
y la anciana vivirá para contarlo.


http://poetasaltuntun.blogspot.com/2010/02/eduardo-ainbinder.html

martes, 7 de agosto de 2018

Un día (Hasmik Simonian)

un día
cuando no limpien mis palabras con sus labios sucios
cuando sea grande
cuando sea adolescente
y prácticamente no nacida

un día
abriré la puerta
entraré
pondré la tetera para que hierva
pondré mi taza sobre la mesa
pondré mucha hierba de té y poca agua
me sentaré y escribiré
sobre su maldita tribu
insultaré sus viejos tabúes
algo así como: las mujeres que fuman
son inmorales
escupiré sobre Ustedes
y en lugar del cigarrillo inhalaré cerilla
y el mal sabor me producirá vómitos
y de veras me sentiré inmoral
ya que al escribir
fumar es condición obligatoria,
las palabras sobrantes
se apagan en el cenicero
y en el cuerpo sano de tus versos
aparecen solo palabras sanas de alma fuerte
esbeltas como una linda mujer
y ágiles
como el humo
que las sofoca.

un día, cuando escriba y destruya
cuando escriba y destruya
impotente a causa de su impotencia
escupa sobre mí porque de mí han nacido
entraré de nuevo al útero
y ovillaré el cordón umbilical sobre mi cuello,
cuando el mundo cambie lo suficiente
yo prometo nacer

un día,
cuando mis platos estén lavados
mi té bebido
y el último escarbadientes masticado y roto.


(Traducción: Alice TerGhevondian
Versión poética: Ana Arzoumanian)

https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2015/05/hasmik-simonian-15852-poeta-de-armenia.html



domingo, 5 de agosto de 2018

Ausencia (Isabel Dunas)

Ya habíamos pensado desde el principio de los tiempos
en esa infranqueable presencia de la ausencia.
Esa pared de lo que no podemos ver o hacerlo algo propio,
algo destinado para nosotros.

No hay más destino que el misterio insondable,
esa soledad entre gentes,
esa ocasión
en la que nos sabemos a nosotros mismos como arrojados,
incluso a veces como mutilados.


https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2015/05/isabel-dunas-16044.html



miércoles, 1 de agosto de 2018

Defensa de las cosas que no pueden ser bellas (Juan Ramón Saravia)

Mi paraguas es huérfano.
En él cabrían las voces olvidadas,
los suéteres prófugos de todos los lugares,
los bolígrafos muertos y las bufandas llenas de vacíos.
Lo abro al sol de esta ciudad y todo se hace diciembre,
y nacen tristísimas las cabinas telefónicas.
Sólo a mi se me ocurre querer tanto a un paraguas
así, con todo y rosa ciega.
Pobre ser vertebrado que nunca podrá ser bello.
Es torpe y solitario como mis seis camisas,
como mi traje de hongos,
como mi barba con herrumbres.
El alma se le desgrana por la orilla, persistente como yo
y mi manía de pescar errores ortográficos.
Lo compadezco por la desgracia de ser amigo mío.
Me ve desorientado y me platica, me presta este poema
y llora bajito por las calles, pero no me habla de ella.


El poema fue tomado de: 
https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2015/07/juan-ramon-saravia-16466.html