miércoles, 28 de febrero de 2018

más allá de todo

no se puede discernir en las velas
como no se pudo anoche en las estrellas
ni en los ojos del timonel
ni en el tenor de las plegarias
lo que nos dará la mañana

no se puede saber nada
en la quietud que todo lo grava
ni en los sueños de la hechicera
que mira desde la proa 
lejanos horizontes

el capitán, 
como un fantasma de esta nave,
no lo dice y la razón 
no es su lengua cercenada
en cruel venganza
ante falsas 
y verdaderas delaciones 

estamos más allá de todo
fuera de los mapas y la historia
fuera de los vientos 
fuera de los sueños 
lejos de las estrellas
y de sus imaginarias direcciones
más allá de las leyendas
y muy lejos de cualquier playa 
que pudiera avizorarse
para el naufragio inevitable

navegamos sin bandera
ni rumbo
con miedo
y sin esperanza

algunos piensan, sobre cubierta
y en las entrañas de esta nave,
que el barco mismo es 
una antigua alucinación





miércoles, 21 de febrero de 2018

La gente buena (Angélica Morales)



La gente buena es pobre y tiembla,
y usa guantes de cartón,
y fuma pedacitos de espuma
o saliva o algún insecto
que sin querer,
ha caído en sus labios.
La gente buena posee la belleza de un animal manso,
lo mira todo con sus dos ojos de fuego,
acoge lo oscuro y lo mece,
le da de comer la historia en fascículos de su sangre.
La gente buena no existe,
es un cuento que alguien vino a decir
a cambio de un poco de whisky,
a cambio de pellizcar el sexo de alguna niña
(o el pan, ya no se recuerda).
La gente buena no dispone de cuenta corriente,
ni de agua limpia quemando la piel.
No bebe leche,
la sueña o la dibuja,
y tiene una casa que se cae,
una lluvia persistente en la memoria,
algún retrato sin color
o una cicatriz que lo abre de parte a parte.


Tomado del blog de la propia escritora:  https://angelicamorales.wordpress.com/

martes, 20 de febrero de 2018

Nadezhda (Natalia Litvinova)

Mi marido cuenta en voz baja
las naves del insomnio,
el empapelado puede oírnos,
las lámparas de queroseno
sueltan chispas de advertencia.
No tenemos distracciones,
el miedo invade San Petesburgo.
Osip, mi pelo se volvió cano
de oírte recitar en esta habitación.
Cuando estás en la cama, quieto,
en silencio y con el rostro
entre tus manos,
percibo los pasos de tus poemas,
no tenemos a donde huir,
en este tiempo que no admite la belleza,
soy tu cinturón,
el revolver que no usarías.



  Osip Mandelstam (1891 -1938) poeta ruso, arrestado por escribir un poema contra Stalin.
Nadezhda Mandelstam, esposa de O. Mandelstam, memorizó la mayor parte de la obra poética de su marido.


Tomado de http://www.vallejoandcompany.com/13-poemas-de-natalia-litvinova/

        Crédito de la foto Marco Zanger.

jueves, 8 de febrero de 2018

Fragmento de En el país de la magia (Henri Michaux)






















II

Allá, en ese país, a los malhechores cogidos en flagrancia les arrancan el rostro ahí mismo. El Mago verdugo llega de inmediato.

Hay que tener una enorme fuerza de voluntad para arrancar una cara, habituada como está ella a su hombre.
Poco a poco la piel cede, sale.

El verdugo redobla su esfuerzo, se tensa y respira enérgicamente. Finalmente, él lo arranca.

Estando bien hecha la intervención, todo el conjunto se desprende, frente, ojos, mejillas, toda la región facial como borrada por yo no sé qué especie de esponja corrosiva.

Una sangre espesa y oscura mana de los poros generosamente abiertos por todas partes.

Al otro día, se ha formado un enorme y redondo coágulo costroso que no puede inspirar sino espanto.

Quien ha visto alguno, no lo olvidará jamás. Sus pesadillas se lo recordarán.

Si la intervención no ha sido bien hecha, porque el malhechor es particularmente robusto, no se le logra arrancar más que la nariz y los ojos. Al menos es algo, ya que la intervención es puramente mágica, pues los dedos del verdugo no pueden tocar, ni siquiera rozar, el rostro que ha de retirar.

Puesto en el centro de un ruedo totalmente vacío, el detenido es interrogado. De manera solapada. En medio de un profundo silencio, muy fuerte para él, la pregunta resuena.

Repercutida por las graderías, ella resuena, regresa, retumba y se abate sobre su cabeza como ciudad que se desploma.

Bajo esas ondas apremiantes, comparables solamente a una serie de catástrofes encadenadas, cesa toda resistencia y confiesa su crimen. Él no puede no confesarlo.

Ensordecido, vuelto un guiñapo, la cabeza adolorida y zumbante, con la sensación de haber hecho frente a diez mil acusadores, él se retira de la arena, donde no deja de reinar el más absoluto silencio.

“Au pays de la magie” (II) pertenece al libro de Henri Michaux Choix de poèmes, editado por Gallimard (París, 1976)

Traducción del francés: Antonio María Flórez

http://www.eldiario.com.co/seccion/CULTURA/en-el-pa-s-de-la-magia-recuerdo-de-henri-michaux120707.html

miércoles, 7 de febrero de 2018

Policiales (Juliane Ángeles)



Mi cactus ha muerto
Mi escritorio ha recuperado soberanía.
Mi taza de té ha vuelto arrepentida a su antiguo lugar
pero las autoridades cactáceas sospechan que tengo en la mira
comprar otro cactus para asesinarlo.







https://circulodepoesia.com/2017/02/poesia-peruana-actual-juliane-angeles/