miércoles, 30 de diciembre de 2020

miércoles, 23 de diciembre de 2020

El señor Descartes (Leonardo Sinisgalli)

Hace mucho, el señor Descartes
estaba retirado en Holanda,
cuando leyó el opúsculo de Pascal
sobre las cónicas. No podía creer
que el autor fuese un muchacho
de 16 años. Y se dirigió
al padre de aquel, el señor Esteban,
buen algebrista, para agradecerle
y por haber puesto algunas luces
en aquella cabeza melancólica.


Versión: Jorge Aulicino.


Il signor Descartes
da un tempo si era ritirato in Olanda
quando lesse l'opuscolo di Pascal
sulle coniche. Non volle credere
che l'autore fosse un ragazzo
di 16 anni. E si rivolse
al padre di lui, il signor Stefano
buon algebrista, per ringraziarlo
e per avere qualche lume
su quella testa malinconica.



https://campodemaniobras.blogspot.com/2020/08/leonardo-sinisgalli-tres-poemas.html

domingo, 20 de diciembre de 2020

A la que pasa (Charles Baudelaire)

A LA QUE PASA.

La avenida estridente en torno de mí aullaba.
Alta, esbelta, de luto, en pena majestuosa,
Pasó aquella muchacha. Con su mano fastuosa
Casi apartó las puntas del velo que llevaba.

Ágil y ennoblecida por sus piernas de diosa,
Me hizo beber crispado, en un gesto demente,
En sus ojos el cielo y el huracán latente;
El dulzor que fascina y el placer que destroza.

Relámpago en tinieblas, fugitiva belleza,
Por tu brusca mirada me siento renacido.
¿Volveré acaso a verte? ¿Serás eterno olvido?

¿Jamás, lejos, mañana?, pregunto con tristeza.
Nunca estaremos juntos. Ignoro adónde irías.
Sé que te hubiera amado. Tú también lo sabías.


Traducción: Ulyses Petit de Murat.


À UNE PASSANTE.

La rue assourdissante autour de moi hurlait.
Longue, mince, en grand deuil, douleur majestueuse,
Une femme passa, d'une main fastueuse
Soulevant, balançant le feston et l'ourlet;

Agile et noble, avec sa jambe de statue.
Moi, je buvais, crispé comme un extravagant,
Dans son oeil, ciel livide où germe l'ouragan,
La douceur qui fascine et le plaisir qui tue.

Un éclair... puis la nuit! - Fugitive beauté
Dont le regard m'a fait soudainement renaître,
Ne te verrai-je plus que dans l'éternité?

Ailleurs, bien loin d'ici! trop tard! jamais peut-être!
Car j'ignore où tu fuis, tu ne sais où je vais,
Ô toi que j'eusse aimée, ô toi qui le savais!





lunes, 14 de diciembre de 2020

Hombre muerto (Sergio Beleiro)

 

Aparenta que está vivo. Pero es hombre muerto.

Está sentado en el banco de la plaza cuando la mañana se aproxima con nubes de lluvia, con aires de tormenta.

Aparenta que está vivo por la posición y porque la campera ahora no deja ver la sangre en la remera y no hay nadie para verla debajo de su asiento.

Es como que no quiso resignarse y al no poder estar parado no quiso dejarse caer y terminar horizontal y desordenado sobre el pedregullo y el polvo que en un rato estará mojado por la lluvia que disolverá en parte su sangre.

Logró sentarse y cerrar un poco la campera.

No, no quiso resignarse pero se dio cuenta de que no tenía escapatoria.

Se le iba la vida y no podía hablar como cuando lo acuchillaron no atinó a gritar o no pudo y tuvo que limitarse a un ¡ay! mordido y corto que nadie pudo escuchar, ni sus asesinos.

Ellos se fueron y nadie llegó todavía.

Sin celular, dinero ni documentos, espera lo inevitable; tiene los ojos cerrados y casi no respira.

No tiene a nadie y no piensa en nadie más. Piensa en que se va.

No quiere ver sus manos, que la muerte deja caer, ni su pecho que ya no volverá a hincharse.

Las primeras gotas de lluvia caen, un trueno agita la plaza y los árboles se revuelven en un remolino ante el soplo inusual del viento.

La tormenta fuerte, al abalanzarse sobre el parque, lo encuentra muerto.

Tardará todavía un tiempo para que la lluvia amaine, la mañana crezca y alguien vea la figura en el banco y le parezca raro ese señor mojado e inmóvil que parece muerto.

El muerto no aparenta nada y la herida en su cuerpo dirá claramente en la autopsia que no fue suicidio sino asesinato.

Cosas de la vida…

Siempre habrá un cadáver.





sábado, 12 de diciembre de 2020

Vida después de la muerte (Joan Larkin)










Soy más vieja que mi padre cuando se volvió
de oro y dejó su cuerpo con el hígado usado
en el Hospital Faulkner de Jamaica Plain. Yo no creo
en la vida después de la muerte, no sé dónde estará
su carne ahora que terminó de pudrirse sobre sus huesos
largos en el cementerio judío —debe ser el único
converso abajo de esas filas y filas de lápidas.
Una vez, mientras lavaba los platos en una cocina angosta
lo oí silbándome detrás. Se me heló la nuca.
Desde esa vez nunca me volvió a pasar algo así. Pero esta mañana
íbamos juntos en un avión a Virginia. Yo tenía 17,
estaba embarazada y con miedo. Me esperaba un aborto,
la cama de huéspedes de mi tía empapada de sangre, mi madre
gritaba — y él decía que los chicos se meten en problemas—
ahora lo estoy entendiendo: eso era el perdón.
Creo que si hubiera vivido habría cambiado y crecido
pero qué hubiese hecho con mi aluvión de palabras
después de que, mientras el avión aterrizaba en
Richmond a plena luz del día y la azafata caminaba
entre las filas de asientos con su pollera impecable
y la blusa metida adentro, me dijo en voz baja
Nunca le cuentes esto a nadie.

Traducción de Sandra Toro.



Afterlife

I’m older than my father when he turned
bright gold and left his body with its used-up liver
in the Faulkner Hospital, Jamaica Plain.  I don’t 
believe in the afterlife, don’t know where he is 
now his flesh has finished rotting from his long 
bones in the Jewish Cemetery—he could be the only 
convert under those rows and rows of headstones.  
Once, washing dishes in a narrow kitchen 
I heard him whistling behind me.  My nape froze.  
Nothing like this has happened since.  But this morning 
we were on a plane to Virginia together.  I was 17, 
pregnant and scared.  Abortion was waiting, 
my aunt’s guest bed soaked with blood, my mother 
screaming—and he was saying Kids get into trouble—  
I’m getting it now: this was forgiveness.
I think if he’d lived he’d have changed and grown
but what would he have made of my flood of words
after he’d said in a low voice as the plane
descended to Richmond in clean daylight
and the stewardess walked between the rows
in her neat skirt and tucked-in blouse
Don’t ever tell this to anyone.


miércoles, 9 de diciembre de 2020

El cenicero (Juan Leyva)

Hoy he hablado con un cenicero vacío
estaba realmente triste
Me ha contado su vida, su pasado
cuando estaba lleno de colillas y carmín
de los primeros cigarros del día
del humo locuaz de sobremesa
de las lecturas en tardes de silencio
y noches de insomnio tras un polvo raro.

Me ha contado su depresión de cristal,
que ya no trabaja en lo que estaba preparado
(como muchos hoy en día)
la inutilidad de sentirse un objeto mal tratado.
Alberga la esperanza de que un día haya una fiesta
y vuelva a llenarse la piscina de ceniza
mientras los filtros se ahogan por aplastamiento.

Le he dicho que no fumo,
me ha pedido que no le exilie a una estantería
y que no le vuelva a echar el repugnante papel
de los caramelos de menta.







 

miércoles, 2 de diciembre de 2020

El poema de la puente - El poema del puente (Donna Kate Rushin)

EL POEMA DE LA PUENTE

Estoy harta
enferma de ver y tocar
ambos lados de las cosas
enferma de ser la condenada puente de todos.

Nadie
se puede hablar
sin mi
¿No es cierto?

Explico mi madre a mi padre
mi padre a mi hermanita
mi hermanita a mi hermano
mi hermano a las feministas blancas
las feministas blancas a la gente de la iglesia Negra
la gente de la iglesia Negra a los ex – jipis
los ex – jipis a los separatistas Negros
los separatistas Negros a los padres de mis amigos.

Después
tengo que explicarme a mí misma
a todos.

Hago más traducciones
que las malditas Naciones Unidas.

Olvídense
me enferman.

Estoy enferma de llenar sus huecos.

Enferma de ser su seguro contra
el aislamiento de sus autoimpuestas limitaciones
Enferma de ser la loca de sus cenas festivas
Enferma de ser la rara de sus meriendas de domingo
Enferma de ser la única amiga Negra de 34 individuos blancos.

Encuéntrense otra conexión con el resto del mundo
Encuéntrense otra cosa que los legitime
Encuéntrense otra manera de ser políticas y estar a la moda.

No seré su puente a su femineidad
su masculinidad 
su humani- dad.

Estoy enferma de recordarles que no
se ensimismen tanto por mucho tiempo.

Estoy enferma de mediar sus peores cualidades
de parte de sus mejores.

Estoy enferma 
de  recordarles
que respiren
antes de que se asfixien
con sus propias tarugadas.

Olvídense
crezcan o ahóguense
evolucionen o muéranse. 

La puente que tengo que ser
es la puente a mi propio poder
Tengo que traducir
mis propios temores
Mediar
mis propias debilidades.

Tengo que ser la puente a ningún lado
más que a mi verdadero ser.

Y después
seré útil.

Traducción: Ana Castillo y Norma Alarcón.




EL POEMA DEL PUENTE

Estoy cansada
Estoy harta de ver y de tocar
los dos lados de las cosas
Harta de ser el puto puente para todo el mundo

Nadie
puede hablar con nadie
sin mi ayuda ¿no?

Le explico mi mamá a mi papá mi papá a mi hermanita
mi hermanita a mi hermano mi hermano a las feministas blancas
las feministas blancas a la gente negra de la iglesia la gente negra de la iglesia
a los ex hippies los ex hippies a los separatistas negros los
separatistas negros a los artistas los artistas a los padres de mis amigos

Después me tengo que explicar a mí misma
a todo el mundo

Traduzco más
que las putas Naciones Unidas

Déjenme de joder
Estoy harta

Estoy harta de llenarles los espacios en blanco

Harta de ser su seguro contra
el aislamiento de las limitaciones que ustedes mismos se imponen
Harta de ser la loca en las fiestas
Harta de ser la rara en el almuerzo del domingo
Harta de ser la única amiga negra de 34 personas blancas

Búsquense otra conexión con el resto del mundo
Búsquense a otra que los haga sentirse legítimos
Búsquense otra manera de ser politizados y cool

No pienso ser el puente a su feminidad
a su masculinidad
a su humanidad

Estoy harta de recordarles que no se cierren
mucho por demasiado tiempo

Estoy harta de mediar con la peor versión de ustedes
en nombre de sus mejores versiones

Estoy harta
de tener que recordarles
que respiren
antes de ahogarse
en su propia boludez

Olvídense
Amóldense o ahóguense
Evolucionen o muéranse

El puente que tengo que ser
es el puente a mis propias fuerzas
Tengo que traducir
mis propios miedos
Mediar con
mis propias debilidades

Tengo que ser el puente a ninguna parte
salvo a la que soy de verdad
y ahí sí
voy a ser útil

Traducción: Ezaquiel Zaidenwerg



 THE BRIDGE POEM


I’ve had enough
I’m sick of seeing and touching
Both sides of things
Sick of being the damn bridge for everybody
  
Nobody
Can talk to anybody
Without me
Right?
  
I explain my mother to my father
my father to my little sister
My little sister to my brother
my brother to the white feminists
The white feminists to the Black church folks
the Black church folks to the ex-hippies
the ex-hippies to the Black separatists
the Black separatists to the artists
the artists to my friends’ parents…
  
Then
I’ve got to explain myself
To everybody
  
I do more translating
Than the Gawdamn U.N.
  
Forget it
I’m sick of it.
  
I’m sick of filling in your gaps
  
Sick of being your insurance against
the isolation of your self-imposed limitations
  
Sick of being the crazy at your holiday dinners
Sick of being the odd one at your Sunday Brunches
  
Sick of being the sole Black friend to 34 individual white people
Find another connection to the rest of the world
Find something else to make you legitimate
Find some other way to be political and hip
  
I will not be the bridge to your womanhood
Your manhood
Your humanness
  
I’m sick of reminding you not to
Close off too tight for too long
  
I’m sick of mediating with your worst self
On behalf of your better selves
  
I am sick
Of having to remind you
To breathe
Before you suffocate
Your own fool self
  
Forget it
Stretch or drown
Evolve or die
  
The bridge I must be
Is the bridge to my own power
I must translate
My own fears
Mediate
My own weaknesses
  
I must be the bridge to nowhere
But my true self
And then
I will be useful