viernes, 27 de octubre de 2017

Apuntes de juntacadáveres (Juan Carlos Onetti)

Nada de lo que es importante puede ser pensado, todo lo importante debe arrastrarse inconscientemente con uno, como una sombra.


Ya no puedo ser empujado por los móviles de ellos, me parecen cómicas todas las convicciones, todas las clases de fe de esta gente lamentable y condenada a muerte; tampoco me interesan las cosas que, objetivamente, socialmente, deberían interesarme.


Quiero irme, pero no me animo a decirlo. Al fin de cada noche está el desencanto, nadie puede darme nada, a nadie le interesa lo que puedo dar.


...era un regalo, era malo y desagradable de mirar, era un símbolo, alternativamente, de que las buenas intenciones no siempre bastan y de que quien da lo que puede da todo.


Juan Carlos Onetti, Juntacadáveres, 1964.
Tomado de Juntacadáveres, Editorial Planeta Argentina, 1995.

martes, 24 de octubre de 2017

Mensaje a la poesía (Vinicius de Moraes)





No puedo

No es posible
Díganle que es totalmente imposible
Ahora no puede ser
Es imposible
No puedo.


Díganle que estoy tristísimo, pero no puedo ir esta noche a su encuentro.
Cuéntenle que hay millones de cuerpos para enterrar
Muchas ciudades por reconstruir, mucha pobreza en el mundo
Cuéntenle que hay un niño llorando en alguna parte del mundo
Y las mujeres están volviéndose locas, y hay legiones de ellas carpiendo
La nostalgia de sus hombres; cuéntenle que hay un vacío
En los ojos de los parias, y su delgadez es extrema; cuéntenle
Que la vergüenza, la deshonra, el suicidio rondan los hogares, y es preciso reconquistar la vida.
Háganle ver que es preciso que yo esté alerta, vuelto hacia todos los caminos
Pronto a socorrer, a amar, a mentir, a morir si fuera preciso
Explíquenle, con cuidado —no la lastimen...— que si no voy
No es porque no quiera: ella sabe; es porque hay un héroe en una cárcel
Hay un labrador que fue agredido, hay un charco de sangre en una plaza.
Cuéntenle, bien en secreto; que yo debo estar listo, que mis
Hombros no se deben curvar, que mis ojos no se deben
Dejar intimidar, que yo llevo a la espalda la desgracia de los hombres
Y no es el momento ahora de parar; díganle, mientras tanto
Que sufro mucho, pero no puedo mostrar mi sufrimiento
A los hombres perplejos; díganle que me fue dada
La terrible participación, y que posiblemente
Deberé engañar, fingir, hablar con palabras ajenas
Porque sé que hay, lejana, la claridad de una aurora.
Si ella no comprendiese, oh, procuren convencerla
De ese invencible deber que es el mío; pero díganle
Que, en el fondo, todo lo que estoy dando es de ella y que me
Duele tener que despojarla así, en este poema; que por otro lado
No debo usarla en su misterio: la hora es de esclarecimiento
Ni inclinarme sobre mí cuando a mi lado
Hay hambre y mentira; y un llanto de niño solitario, en una calle
Junto a un cadáver de madre; díganle que hay
Un náufrago en medio del océano, un tirano en el poder, un hombre
Arrepentido; díganle que hay una casa vacía
Con un reloj dando las horas; díganle que hay un gran
Aumento de abismos en la tierra, hay súplicas, hay vociferaciones
Hay fantasmas que me visitan de noche
Y que me toca recibir; cuéntenle de mi confianza
En el mañana
Que siento una sonrisa en el rostro invisible de la noche
Vivo en tensión ante la expectativa del milagro; por eso
Pídanle que tenga paciencia, que no me llame ahora
Con su voz de sombra; que no me haga sentir cobarde
Al tener que abandonarla en este instante, en su inconmensurable
Soledad; pídanle, oh pídanle que se calle
Por un momento, que no me llame
Porque no puedo ir
No puedo ir
No puedo.

Mas no la traicioné. En mi corazón
Vive su imagen pertinente, y nada diré que pueda
Avergonzarla. Mi ausencia
Es también un sortilegio
De su amor por mí. Vivo por el deseo de volver a verla
En un mundo en paz. Mi pasión de hombre
Queda conmigo; mi soledad queda conmigo; mi
Locura queda conmigo. Tal vez yo deba
Morir sin verla más, sin sentir más
El gusto de sus lágrimas, verla correr
Libre y desnuda en las playas y en los cielos
Y en las calles de mi insomnio. Díganle que es ése
Mi martirio, que a veces
Pesa sobre mi cabeza la tapa de la eternidad y las poderosas
Fuerzas de la tragedia se abaten sobre mí, y me empujan hacia la sombra
Pero que debo resistir, que es necesario...
Pero que la amo con toda la pureza de mi pasada adolescencia
Con toda la violencia de las antiguas horas de contemplación extática
Un un amor lleno de renuncia. Oh, pídanle a ella
Que me perdone, a su triste e inconstante amigo
A quien le fue dado perderse por amor a su semejante
A quien le fue dado perderse por amor a una pequeña casa
Por un jardín al frente, por una criatura de rojo
A quien le fue dado perderse por amor al derecho
De todos a tener una pequeña casa, un jardín al frente
Y una criatura de rojo; y perdiéndose
Serle dulce perderse...
Por eso convénzanla a ella, explíquenle que es terrible
Pídanle de rodillas que no me olvide, que me ame
Que me espere, porque soy yo, apenas yo; pero que ahora
Es más fuerte que yo, no puedo ir
No es posible
Me es totalmente imposible
No puede ser no
Es imposible
No puedo.

El poema fue tomado de Jandira y otros poemas, traducción de Rodolfo Alonso, Centro Editor de América Latina, 1983.
Encontré en la red el siguiente video con el recitado y en sus notas el poema en portugués:
https://www.youtube.com/watch?v=UBNtDPjmGTo

Não posso Não é possível Digam-lhe que é totalmente impossível Agora não pode ser É impossível Não posso. Digam-lhe que estou tristíssimo, mas não posso ir esta noite ao seu encontro. Contem-lhe que há milhões de corpos a enterrar Muitas cidades a reerguer, muita pobreza pelo mundo. Contem-lhe que há uma criança chorando em alguma parte do mundo E as mulheres estão ficando loucas, e há legiões delas carpindo A saudade de seus homens; contem-lhe que há um vácuo Nos olhos dos párias, e sua magreza é extrema; contem-lhe Que a vergonha, a desonra, o suicídio rondam os lares, e é preciso reconquistar a vida Façam-lhe ver que é preciso eu estar alerta, voltado para todos os caminhos Pronto a socorrer, a amar, a mentir, a morrer se for preciso. Ponderem-lhe, com cuidado -- não a magoem... -- que se não vou Não é porque não queira: ela sabe; é porque há um herói num cárcere Há um lavrador que foi agredido, há um poça de sangue numa praça. Contem-lhe, bem em segredo, que eu devo estar prestes, que meus Ombros não se devem curvar, que meus olhos não se devem Deixar intimidar, que eu levo nas costas a desgraça dos homens E não é o momento de parar agora; digam-lhe, no entanto Que sofro muito, mas não posso mostrar meu sofrimento Aos homens perplexos; digam-lhe que me foi dada A terrível participação, e que possivelmente Deverei enganar, fingir, falar com palavras alheias Porque sei que há, longínqua, a claridade de uma aurora. Se ela não compreender, oh procurem convencê-la Desse invencível dever que é o meu; mas digam-lhe Que, no fundo, tudo o que estou dando é dela, e que me Dói ter de despojá-la assim, neste poema; que por outro lado Não devo usá-la em seu mistério: a hora é de esclarecimento Nem debruçar-me sobre mim quando a meu lado Há fome e mentira; e um pranto de criança sozinha numa estrada Junto a um cadáver de mãe: digam-lhe que há Um náufrago no meio do oceano, um tirano no poder, um homem Arrependido; digam-lhe que há uma casa vazia Com um relógio batendo horas; digam-lhe que há um grande Aumento de abismos na terra, há súplicas, há vociferações Há fantasmas que me visitam de noite E que me cumpre receber, contem a ela da minha certeza No amanhã Que sinto um sorriso no rosto invisível da noite Vivo em tensão ante a expectativa do milagre; por isso Peçam-lhe que tenha paciência, que não me chame agora Com a sua voz de sombra; que não me faça sentir covarde De ter de abandoná-la neste instante, em sua imensurável Solidão, peçam-lhe, oh peçam-lhe que se cale Por um momento, que não me chame Porque não posso ir Não posso ir Não posso. Mas não a traí. Em meu coração Vive a sua imagem pertencida, e nada direi que possa Envergonhá-la. A minha ausência. É também um sortilégio Do seu amor por mim. Vivo do desejo de revê-la Num mundo em paz. Minha paixão de homem Resta comigo; minha solidão resta comigo; minha Loucura resta comigo. Talvez eu deva Morrer sem vê-Ia mais, sem sentir mais O gosto de suas lágrimas, olhá-la correr Livre e nua nas praias e nos céus E nas ruas da minha insônia. Digam-lhe que é esse O meu martírio; que às vezes Pesa-me sobre a cabeça o tampo da eternidade e as poderosas Forças da tragédia abastecem-se sobre mim, e me impelem para a treva Mas que eu devo resistir, que é preciso... Mas que a amo com toda a pureza da minha passada adolescência Com toda a violência das antigas horas de contemplação extática Num amor cheio de renúncia. Oh, peçam a ela Que me perdoe, ao seu triste e inconstante amigo A quem foi dado se perder de amor pelo seu semelhante A quem foi dado se perder de amor por uma pequena casa Por um jardim de frente, por uma menininha de vermelho A quem foi dado se perder de amor pelo direito De todos terem um pequena casa, um jardim de frente E uma menininha de vermelho; e se perdendo Ser-lhe doce perder-se... Por isso convençam a ela, expliquem-lhe que é terrível Peçam-lhe de joelhos que não me esqueça, que me ame Que me espere, porque sou seu, apenas seu; mas que agora É mais forte do que eu, não posso ir Não é possível Me é totalmente impossível Não pode ser não É impossível Não posso.

viernes, 20 de octubre de 2017

Llenarse la boca de mar (Irati Iturritza Errea)

Llenarse la boca de mar para ocultar la sal previa

Fingir que antes no dolían estos ojos
tras cada luz tras cada
imagen
inconexa
fingir que nada existía
antes del agua

Renombrar así la sed y todas las miradas






Tomado de https://craneodepangea.wordpress.com/2016/02/29/craneo-93-irati-iturritza-errea/

lunes, 16 de octubre de 2017

los sombríos II

los perdidos
los desprevenidos
los ataviados de sombra
los pusilánimes sin milagro posible
los asombrados por lo simple
           y que no atinan a nada
los perplejos ante todo
y sin respuesta
los que no ven aunque lo tienen todo por delante
los extraviados
y todo tipo de extraviados
los que dejaron de ser niños y pasaron
a ser hombres oscuros
los que se quedaron niños pero graves
los que no supieron
los que no son conocidos por nadie
los desconocidos de siempre
los abusados
los manchados por pasados irredimibles
los acusados falsamente
los malditos acusadores
(los de la primera piedra y los peores:
            los de la última piedra vana y más cobarde)
los que vagamente todo
y firmemente nada
los que prepararon por años el salto y nunca saltaron
los desterrados del amor y cualquier cariño
los desterrados de la amistad
los desterrados del amor
los que vagan en la noche con su hato de locura al hombro y en la frente
los que vagan de día con la frente perdida y los ojos ciegos
los que vagan con los ojos llorosos sin llorar
los que perdieron a dios o por dios fueron olvidados
los que saben que no hay dios
los que no saben
los que lo intuyen
los ignorados por aquellos a quienes aman
los que no
los que siempre no



jueves, 12 de octubre de 2017

ese hombre

ese hombre
¿ese hombre
está muerto?
usaba barba
¿está vivo?
¿dónde está?
usaba buzos gorra
¿está muerto?
si está muerto o no está muerto
¿dónde está?
ese hombre
ese muchacho
ese hombre ¿dónde está?
ese hombre
ese muchacho peligroso
amigo de los indios - de los negros
¿dónde está?
¿qué dicen en voz baja y entre ellos
los funcionarios del gobierno?
¿dicen que está vivo?
¿dicen que está muerto?
¿o no dicen nada?
saben que no está    pero   
¿saben dónde está?

ese hombre
¿ese hombre
ese muchacho
está muerto o está vivo?

no me digan que está muerto
y nunca
pero nunca me digan
que no está ni muerto ni vivo

¡qué no esté muerto!
qué esté en cualquier lugar
donde sea pero vivo
riéndose o llorando
tomándose unos mates
o soñando
soñando que está vivo
y que va a estar
más vivo todavía

¡qué no esté muerto!
qué esté pensando una mañana
que destruya tanta noche
preparando la mochila y su sonrisa
para seguir su derrotero






nota horrible (23-10-17):

   ese hombre seguramente es un mal poema.
   no sé escribir.
   si lo soy, soy mal poeta.
   ese hombre ― el poema ― tampoco sirvió como plegaria.
   ¿plegaria a quién si no se cree en dios y no hay milagros ― si no creo en dios ni en los milagros― ?
   ese hombre, ese muchacho, está muerto y era previsible.
   lo encontraron unos días después de publicar el poema y estaba muerto.
   unos miserables y algunos desprevenidos ofrecieron lo que quedaba de un muchacho en fotos por las redes.
   hubiera preferido, realmente hubiera preferido, que todo hubiera sido una equivocación, una mala jugada política, una broma oscura macabra malhadada perversa, una mierda de ésas a las que estamos acostumbrados.
   pero no.
   no.
   ese hombre, ese muchacho, está muerto.
   apareció su cuerpo hace unos días.
   y se sumaron a tantas mentiras y bajezas más bajezas, más mierda de ésa a la que estamos acostumbrados.

   ¡qué tristeza!











domingo, 8 de octubre de 2017

5 años (Duo Duo)









Cinco copas de alcohol, cinco velas, cinco años
cuarenta y tres años de edad, una ráfaga de sudor a medianoche
las palmas de cincuenta manos golpean contra la mesa
una bandada de pájaros con las garras cerradas viene volando desde ayer
Cinco cohetes resuenan en el mes cinco, en cinco dedos el trueno
retumba pero en el mes cuatro cuatro hongos alimentándose
de la lengua de cuatro caballos muertos no mueren
en el día cinco cinco velas se apagan a las cinco y cinco
pero el paisaje vociferante del amanecer no muere
el pelo muere pero la lengua no muere
el temperamento recuperado de una carne bien cocida no muere
cincuenta años el mercurio infiltra el esperma pero el esperma no muere
el feto se pare a sí mismo y no muere
cinco años pasan, cinco años no mueren
en cinco años, veinte generaciones de insectos mueren.



Tomado de Diario de Poesía, diciembre de 2011 a mayo de 2012, Argentina.
Traducido del chino por Miguel Angel Petrecca.

lunes, 2 de octubre de 2017

un olor a distancias, a muerto

un olor a distancias, a muerto,
a poca cosa, a diente roto,
a vómito,
a espera sin recompensa
en un lugar peligroso
y desagradable.
olor a cuchillo entrando,
a sangre y algo más
brotando.
olor a alma
que se va y no va a volver
o será otra muerte,
nunca una resurrección
ni un brote.
un olor que sale de la axila y del ombligo
que se imagina un cordón de muerte,
un cable de electrocución y noches,
una detrás de otra, sin fin posible.
pero el fin ya fue
y se sabe.
sin teorías de eterno retorno
ni indefiniciones pudorosas.
la muerte es ante todo
indecorosa
aunque simple
e inevitable.