viernes, 29 de diciembre de 2023

todo lo que sabés es mentira (sergio beleiro)

 
todo lo que sabés es mentira
tan vano o vago como cualquier verdad
como cualquier palabra
interpelable objetable oscura sin más
violable superable
ociosa como cualquier palabra
desfondada o inútil como tu lengua
desubicada inestable amarga
larga
como cualquier silencio
o sombra
o marca
todo lo que sabés es una sombra de lo que fue
o de lo que no
apenas otro error
como cualquiera

domingo, 17 de diciembre de 2023

Hijo de los romanos (Carl Sandburg)





















El italiano de la pala se sienta junto a las vías
a almorzar pan y mortadela.
                  Pasa un tren y los hombres y mujeres sentados a las mesas
                  decoradas con rosas rojas y narcisos amarillos
                  devoran bistecs con salsa,
                  fresas con crema, pastelitos y café.
El italiano de la pala termina el pan seco y la mortadela,
lo riega todo con un cucharón de agua que le da el aguatero
y vuelve a la segunda parte de su jornada de diez horas
manteniendo el suelo de las vías para que rosas y narcisos
apenas tiemblen en los jarrones de cristal tallado
y permanezcan derechos sobre las mesas de los vagones restaurante. 



Traducción de Jonio González

miércoles, 22 de noviembre de 2023

Fantasmas (Anne Sexton)








Algunos fantasmas son mujeres,
ni abstractas ni pálidas, los pechos flácidos
como peces masacrados. No son brujas, son fantasmas
que llegan, agitando los brazos inútiles como esclavas abandonadas.

No todos los fantasmas son mujeres,
también vi otros:
hombres gordos, de panza blanca, con los genitales
que les cuelgan como trapos viejos. No son diablos, son fantasmas.
Éste se cierne sobre mi cama, pisoteando descalzo.

Pero eso no es todo.
Algunos fantasmas son chicos.
No son ángeles, son fantasmas;
que se abrazan a cualquier almohada
como un estampado rosa con tacitas de té,
o patalean exponiendo sus traseros inocentes,
e invocan a Lucifer con sus aullidos.


Traducción de Ezequiel Zaidenwerg.

 

sábado, 18 de noviembre de 2023

Lo que es una prueba (Natasha Trethewey)


 



















No los cardenales fugaces que cubría
con maquillaje, oscura mancha cual huella
de telescopio al que con fuerza se pegara
queriendo ver una salida, ni su voz
estremecida que calmaba inclinándose
sobre una olla con huesos al fuego. Ni
aquellos dientes que por los suyos llevaba,
ni aquel documento oficial —emborronados
el sello y su firma— ya amarillo, ajados
los bordes. Ni el rotulador menudo, marca
de fechas y nombre, abstracto como la historia.
Tan sólo el territorio del cuerpo —clavícula
astillada, temporal perforado— huesos
que cada día, como todo, se sedimentan.



Traducción de Luis Ingelmo.



WHAT IS EVIDENCE


Not the fleeting bruises she'd cover
with makeup, a dark patch as if imprint
of a scope shed pressed her eye too dose to, 
looking for a way out, nor the quiver
in the voice she'd steady, leaning
into a pot of bones on the stove. Not
the teeth she wore in place of her own, or 
the official document — its seal
and smeared signature — fading already, 
the edges wearing. Not the tiny marker 
with its dates, her name, abstract as history. 
Only the landscape of her body — splintered 
clavicle, pierced temporal — her thin bones 
settling a bit each day, the way all things do.

viernes, 10 de noviembre de 2023

de pronto la noche (sergio beleiro)


de pronto la noche pulsa los comandos
o lo hace el cielo cerrado por la tarde
y el cansancio te absorbe
por la inutilidad de resistirte
uno se embebe de su desdicha
se asoma a sus ventanas
e íntimamente
quisiera adueñarse del volante y los pedales
hacerse cargo y escaparse
con la mayor velocidad
poner distancia camino a la mañana nueva
o dormirse un rato y despertar
sin acordarse de todas estas cosas




                           (marzo de 2022)


miércoles, 18 de octubre de 2023

Invocación (Álvaro Mutis)


 











¿Quién convocó aquí a estos personajes?
¿Con qué voz y palabras fueron citados?
¿Por qué se han permitido usar
el tiempo y la substancia de mi vida?
¿De dónde son y hacia dónde los orienta
el anónimo destino que los trae a desfilar frente a nosotros?

Que los acoja, Señor, el olvido.
Que en él encuentren la paz,
el deshacerse de su breve materia,
el sosiego a sus alas impuras,
la quietud de sus cuitas impertinentes.

No sé, en verdad, quiénes son,
ni por qué acudieron a mí
para participar en el breve instante
de la página en blanco.
Vanas gentes estas,
dadas, además, a la mentira.

Su recuerdo, por fortuna,
comienza a esfumarse
en la piadosa nada
que a todos habrá de alojarnos.
Así sea.



Antología personal, Editorial Argonauta, Buenos Aires, 1995.

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Y la muerte no tendrá dominio (Dylan Thomas)


 










Y la muerte no tendrá dominio. 
Los hombres desnudos han de ser uno solo 
con el hombre en el viento y la luna poniente; 
cuando sus huesos queden limpios y los limpios huesos se dispersen, 
ellos tendrán estrellas en el codo y en el pie; 
aunque se vuelvan locos serán cuerdos, 
aunque se hundan en el mar de nuevo surgirán, 
aunque se pierdan los amantes, no se perderá el amor; 
y la muerte no tendrá dominio. 
 
Y la muerte no tendrá dominio. 
Los que hace tiempo yacen 
bajo los dédalos del mar no han de morir entre los vientos, 
retorcidos de angustia cuando los nervios cedan, 
atados a una rueda no serán destrozados; 
la fe, en sus manos, ha de partirse en dos, 
y habrán de traspasarles los males unicornes; 
rotos todos los cabos, ellos no estallarán. 
Y la muerte no tendrá dominio. 
 
Y la muerte no tendrá dominio. 
Y las gaviotas no gritarán en los oídos 
ni romperán las olas sonoras en las playas; 
donde alentó una flor, otra flor tal vez nunca 
levante su cabeza a los embates de la lluvia; 
y aunque ellos estén locos y totalmente muertos 
sus cabezas martillearán en las margaritas; 
irrumpirán al sol hasta que el sol sucumba, 
y la muerte no tendrá dominio.


Traducción: Elizabeth Azcona Cranwell
Poemas completos, Editorial Corregidor.


No vencerá la muerte
cuando todos los hombres hayan muerto
y todos sean ya un solo hombre,
que habitará en el viento y en la luz de la noche,
y los huesos, deshechos en ceniza,
sean polvo de estrellas;
cuando las tinieblas
y del fondo del mar asciendan a la luz;
cuando ya, sin amantes, sea eterno el amor,
no vencerá la muerte.

No temerán la muerte
los que yacen, hundidos en el mar,
mecidos en su fondo y su calma;
angustiados, exhaustos,
martirizados, pero no vencidos.
Y si tuvieron fe y también dudas,
y su pureza fue manchada por el mal,
en el final de todo tendrán paz,
y no les vencerá la muerte.

No vencerá la muerte,
aunque ya no se escuchen los gritos de gaviotas,
ni el rumor de las olas en la playa;
aunque mueran las flores y sea inútil la lluvia,
en la tierra aún fértil de los muertos
alentarán pequeñas margaritas
hasta que el Sol sucumba.
Y nunca vencerá la muerte.

Traducción de Juan Peña


Poema original en inglés:

«And Death Shall Have No Dominion»

And death shall have no dominion.
Dead man naked they shall be one
With the man in the wind and the west moon;
When their bones are picked clean and the clean bones gone,
They shall have stars at elbow and foot;
Though they go mad they shall be sane,
Though they sink through the sea they shall rise again;
Though lovers be lost love shall not;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
Under the windings of the sea
They lying long shall not die windily;
Twisting on racks when sinews give way,
Strapped to a wheel, yet they shall not break;
Faith in their hands shall snap in two,
And the unicorn evils run them through;
Split all ends up they shan’t crack;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
No more may gulls cry at their ears
Or waves break loud on the seashores;
Where blew a flower may a flower no more
Lift its head to the blows of the rain;
Though they be mad and dead as nails,
Heads of the characters hammer through daisies;
Break in the sun till the sun breaks down,
And death shall have no dominion.

In: «Deaths and Entrances», 1946

https://trianarts.com/dylan-thomas-y-la-muerte-no-tendra-dominio/#sthash.qXhX2jEu.dpbs

sábado, 9 de septiembre de 2023

La doliente quimera (Pedro Shimose)


 










Vuelvo el rostro y veo
                                 la dimensión del odio.
No he venido a decirte
                                 que todo es tarde en mí.
He vuelto a tu crueldad,
a sucumbir junto a la 
piedra.

Veo mis ruinas en tus ojos
                                         hermosos todavía.
Veo tus manos
                      todavía perfectas
y emerjo
             de las brumas violentas
del pasado
                cada vez más
solo.

Vuelvo a contemplarme y todo es triste.
Todo:
        mi soledad:
                         mi fuerza:
                                        la montaña.

Te miro
en la mentira de mis sueños
               y te arrojo a mis
abismos.

Si me llego a encontrar con aquel
que huye de mí
volveré a tu ternura
              y empezaré a decir
lo que nunca
hubiera dicho.



lunes, 4 de septiembre de 2023

Con lápiz al margen de la agenda (Luisa Futoransky)


 














El paraíso no existe.
Entonces no pude haberlo perdido, ¿verdad?

entre saber y creer extravío las últimas plumas
de mi copete imperial
hoy toca encontrar ángel
mañana predicar en el desierto
pasado, lunes
descanso de la compañía
  y el mes entrante
liquidación por cambio de ramo
tiempo tormentoso
y diluvio universal


jueves, 17 de agosto de 2023

La emperatriz (Paula Jiménez España)

 













Yo soy la tierra,
las líneas repetidas del segundo hexagrama
la redondez compacta, el circulo de hormigas
el reptar de lombrices apretadas circundando mi ombligo.
Lo excipiente abona mis entrañas,
el resto del amor, lo que secreta el goce cuando llega a su fin
y el corazón se vuelve a su propio destino solitario.
Nada me saca el don de concebir y si estoy seca
voy a crear el llanto
nutrido de las sales del océano, las lagrimas: mis hijas.
Nada hay detrás de mí, pero al futuro
le antepongo un escudo que defiende con hierro a la iniciada.
Capaz de rapiñar, declarar guerras, matar para cuidarla
o proteger esta matriz que crece
debajo de mi vestido azul, como la noche. Esta matriz
que es molde
de la especie, de la raza imponiéndose a la raza.
Adentro mío, dios
hierve como una bruja en una olla, porque yo soy la tierra
y estoy para quemar su frío, el nombre hueco
la madera hecha cruz, el poder de su cielo disgregado.
Soy la concentración.
Estoy para que adentro
de mí se originen volcanes, la erupción insensata. Y soy también
mi propia rajadura, por donde caigo, hermafrodita
y llena, para gestarme.
Es mi poder de magma: el invencible.
Yo engendro los berridos y la materia que se multiplica
porque soy primavera
la exultante de todo florecer
y me opongo al vacío, a su árbol despojado
al desierto arrasado de excrecencias. Si la esterilidad
gana esta guerra, si gana esa semilla híbrida, el no espacio,
lo que sigue es retorno.
Porque en mi vientre
albergo lo que sea, lo que quede, para otra vez crear
un movimiento de gusanos milenarios ovando entre los huesos
el aserrín de las generaciones, el olor hediondo de lo inmenso
convertido en pasado y desazón.
Yo soy la tierra y soy
los ojos ciegos húmedos
los ojos apretados contra el suelo, la puja
del cuerpo acuclillado a la orilla del río. Miren los peces
salir de entre mis piernas, nadar bajo el agua cristalina
y rozarse unos a otros para reproducir solo un destino, un futuro de espejos
que estallarían si
otra vez un big bang, pero inverso y centrifugo,
me tragara de pronto, atropellada
por sus siete jinetes de ceniza.
No lo dudo: después
suave como una brisa volvería a ser brote de jarilla en la arena
micromundo escondido, proteína
que alimenta a las raíces invisibles.
No se queden tranquilos.
Sientan mi aliento verde abriéndose al oxigeno,
tiene la fuerza total de las catástrofes.


sábado, 12 de agosto de 2023

La calle Manldestam (Jaime Huenún)


 











Sentimos el invierno en el estómago,

y no podemos, como antes, mordisquear

–con vano y fino orgullo–

hierbas, cortezas y piedras

en los ásperos caminos de la diáspora.

La poesía nos dejó

arrugas en los ojos y en la lengua,

un huevo diminuto envuelto en un pañuelo

y el humo del tren que parte

hacia la nieve gris de la Revolución.

Pero envejecer no es nada nuevo

y viajar sólo es un modo

–como lo son tantos otros–

de imaginar bellos paisajes,

mientras altos guardianes nos escoltan

por largos y fríos andenes

hacia la nueva felicidad.

 

Hemos sobrevivido a la clonación del terror,

hemos sobrevivido a la musa del miedo

que derrite la nieve y entibia los nidos

de los mirlos hambrientos.

Nos quedan sin embargo muchos, largos años

de tranquila miseria, de viajes sin retorno

a una cueva vacía sin fogatas ni sombras.

Sabemos por ahora –y siempre lo supimos–

que en la casa ambulante del poeta proscrito

montan guardia serena en vigilia y en sueño

los dioses tutelares de la ruina y la cruz.

 

Voy sin prisa por la Calle

de los Falsificadores,

esperando que este tiempo

se libere al fin de mí.

Sigo rumbo por la Vía

de los Locos y Asesinos

manteniendo a duras penas

la distancia y la razón.

Mi destino, ya lo adviertes,

es infame y perdulario,

aunque en esta esquina roja

solo cae lluvia gris.



https://circulodepoesia.com/2016/07/poesia-chilena-jaime-huenun/

sábado, 29 de julio de 2023

Derrota (Rafael Cadenas)


 











Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo 
que creí que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables que yo
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces más burlado en
                                                                                                                    [mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo ("Ud. es muy
                                                                                                     [quedado, avíspese, despierte")
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada en cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas estas cosas y por otras cuya
                                                                                                    [enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico 
aunque a ciertas horas haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada 
    he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme, barrer todo y crear
                                                                                                      [de mi indolencia, mi flotación, 
    mi extravío una frescura nueva, y obstinadamente me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros y de mí
                                                                                                        [hasta el día del juicio final.


martes, 25 de julio de 2023

En tiempos difíciles (Heberto Padilla)


 











A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles 
esta es, sin duda, la prueba decisiva.



Tomado de Fuera de juego, Aditor Publicaciones, Argentina, 1969.