domingo, 24 de septiembre de 2017

II.- ¿...? (Enzia Verduchi)

En la pupila la oscuridad no es pura, adivina galaxias invisibles. 
        Un ente de razón. Un dios sin criterio reparte pastillas y píldoras entre idiotas, insensatos y tristes. La furia epidérmica se templa con insulina y la locura se desuella con la verdad del pentotal.

Nada es vano en las sombras que acoge la luz.
Nada es artificial en la esencia de la piedra.
Nada esconde el temor de ahogarse en el agua tofana.

El hálito de los narcotizados es plúmbeo. Extirpar el verbo es desvanecer el tiempo. Esta no es mi voz. No es mía esta boca de sonidos ondulantes y viscosos.

¿Quién habla por mí en la edad del sueño?
¿Quién toma prestada la voz con la que amé o maldije alguna vez? 
        ¿Quién nombra el mundo en mi ausencia?

Esta no es mi voz. pero me escucho entre murmullos.



     
Pertenece a " Interrogatorio en el psiquiátrico de volterra II" publicado en Diario de Poesía Nº83 (diciembre de 2011, Argentina).

lunes, 11 de septiembre de 2017

Momento (Augusto Frederico Schmidt)

De repente, sin que hubiera ningún motivo conocido,
En medio de la multitud diferente e indiferente
Me dio una gana enorme de morir.. .

No sé si fue la brusca soledad en que me encontré,
No sé si fue una sensación de pequeñez que siento a veces -
Pero deseé absurdamente morir.

Y fue la primera vez que miré a la muerte sin ningún terror,
Hasta con una cierta ternura.

Yo estaba solo en la calle.
Solo y desconocido,
Tan aislado como siempre.

Los hombres pasaban sonriendo,
Las mujeres sonreían del brazo de los hombres,
Y había un perfecto equilibrio en la multitud.
Y entonces comencé a pensar en mi vida.

En mi vida para siempre desequilibrada
Y en esta realidad incomprensible y triste de ser poeta.
Y deseé desaparecer, quién sabe, por percibir que sobraba.

La muerte fue el único remedio que encontré,
Porque me haría no contar más.

Y en aquel momento hubiera cerrado los ojos perfectamente feliz
Y perfectamente feliz me hubiera perdido en la infinita igualdad. . .



El poema pertenece al libro Navio Perdido (1929).

Fue tomado de Jandira y otros poemas, Centro Editor de América Latina, 1983.
Traducción, selección y notas de Rodolfo Alonso.