lunes, 25 de mayo de 2020

Niño de avenida (Lilián Zulima González)

Nació cuando la noche vomitaba llanto y el día, fragmentos de ingratitud.
Dormía arrullado por los pitos
los madrazos
los anuncios de periódico
los lamidos de perro
los besos de las putas

Un día oscuro le dio por besar a su madre, quien exangüe en marihuana,
lo pateó sin escrúpulos.
Con el sedimento calizo pegado a los dientes
supo al fin que nació para nada.
Que soñar y morir era lo mismo
Que bastaba inyectarse para navegar en el agua podrida de su balde

Vivió por terquedad
para fastidiar al mundo
enredarlo
compadecerse de nosotros, los sensatos.


https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2015/04/lilian-zulima-gonzales-15745-poeta-de.html


jueves, 21 de mayo de 2020

Aforismos (Carlo Gragnani)

No estaría en contra de un segundo matrimonio de mi padre. Más bien (si hubiera podido) me habría opuesto férreamente al primero, que ha tenido, para mí, consecuencias
incalculables.

Non sarei stato contrario ad un secondo matrimonio di mio padre. Piuttosto (si avessi potuto) mi sarei fermamente opposto al primo, che haavuto, per me, conseguenze incalcolabili.


El mejor modo de resolver nuestros problemas es volverlos también los problemas de los otros.

Il modo megliore per risolvere i nostri problemi é quello di farli diventare anche problemi di altri.


Lo primero que se debe hacer, cuando se debe hacer cualquier cosa de importancia, es no hacer nada.

La prima cosa da fare, quando si debe fare qualcosa di importante, é di non fare nulla.


Siempre he preferido las puertas de salida que las de entrada.

Ho sempre preferito le porte d’uscita a quelle d’ingresso.


https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2014/05/carlo-gragnani-11632.html






lunes, 18 de mayo de 2020

Avellaneda blues (Claudio Gabis y Javier Martínez)

Vía muerta, calle con asfalto siempre destrozado.                         
Tren de carga, el humo y el hollín están por todos lados.
Hoy llovió y todavía está nublado.

Sur y aceite, barriles en el barro, galpón abandonado.
Charco sucio, el agua va pudriendo un zapato olvidado.
Un camión interrumpe el triste descampado.

Luz que muere, la fábrica parece un duende de hormigón
y la grúa, su lágrima de carga inclina sobre el dock.
Un amigo duerme cerca de un barco español.

Amanece, la avenida desierta pronto se agitará.
Y los obreros, fumando impacientes, a su trabajo van.
Sur, un trozo de este siglo, barrio industrial.



martes, 12 de mayo de 2020

Vacaciones (Stranger in strange land) (Sergi Puertas)

Estoy tan solo que temo por mi alma
mi cordura.
Hace días que no hablo. No me hablan:
Gesticulo y señalo frente a las cartas de los restaurantes.
En 5 días
sólo 2 camellos (¿Quiere haxis primo?)
y 1 prostituta (Speak english? Make love?)
se han dirigido a mí. Querían, claro, mi dinero.
Soy invisible para el resto.
Ando calles que no entiendo
fumando y sudando y jadeando sin rumbo.
¿Qué vine a buscar aquí? Lo he olvidado.
¿Qué obtuve? Lo que merezco.
Ya no comprendo ni soporto
tranvías fachadas monumentos.
Desfallezco. Me siento.
¿Qué quiero?
Me quedaré muy quieto.


Tomado de: https://letralia.com/89/le02-089.htm

domingo, 10 de mayo de 2020

Fruta extraña (Abel Meeropol)

Los árboles sureños dan fruta extraña,
Sangre en las hojas y sangre en la raíz,
Cuerpos negros balanceándose en la brisa del sur,
Fruta extraña colgando de los álamos.

Una escena pastoral del sur galante,
Los ojos hinchados y la boca retorcida,
Un aroma de magnolias, dulce y fresco,
Luego el repentino olor a carne quemada.

Aquí hay fruta para que los cuervos puedan arrancar,
Para que la lluvia se acumule, para que el viento sorba,
Para que el sol  la pudra, para que los árboles la dejen caer,
Aquí hay una cosecha extraña y amarga.


El poema fue publicado en revistas y diarios de Estados Unidos en 1939 por Abel Meeropol con el seudónimo Lewis Allan. Escribió el poema después de ver las fotografías de unos linchamientos. Más adelante compuso la música.
Al final de esta entrada se comparte una de las versiones del tema por  Billie Holiday.


En su blog el poeta Ezequiel Zaidenwerg ofrece su versión del poema:

FRUTOS RAROS

Los árboles del sur dan frutos raros:
sangre en las hojas, sangre en la raíz.
Cuerpos negros meciéndose en la brisa.
Frutos raros que cuelgan de los álamos.

Escena pastoril del sur cortés.
Ojos saltones, boca retorcida.
Aroma de magnolias, frescas, dulces,
súbito olor a carne que se quema.

Son frutos que los cuervos picotean,
que recoge la lluvia y chupa el viento,
que el sol pudre y que deja caer el árbol:
una rara cosecha, y tan amarga.


https://www.zaidenwerg.com/frutos-raros-lewis-allan/



Southern trees bear strange fruit,
Blood on the leaves and blood at the root,
Black bodies swinging in the southern breeze,     
Strange fruit hanging from the poplar trees.

Pastoral scene of the gallant south,
The bulging eyes and the twisted mouth,
Scent of magnolias, sweet and fresh,
Then the sudden smell of burning flesh.

Here is fruit for the crows to pluck,
For the rain to gather, for the wind to suck,
For the sun to rot, for the trees to drop,
Here is a strange and bitter crop.




viernes, 8 de mayo de 2020

Fábula de un arquitecto (João Cabral de Melo Neto)

La arquitectura como construir puertas,
de abrir; o como construir lo abierto;
construir, no como hilar y prender,
ni construir como cerrar secretos;
construir puertas abiertas, en puertas;
casas exclusivamente puerta y techo.
El arquitecto: el que abre para el hombre
(todo se sanearía desde casas abiertas)
puertas por-donde, jamás puertas-contra;
por donde, libres: aire luz razón cierta.

                              2                                               

Hasta que, tantos libres asustándolo,
renegó dar a vivir en lo claro y abierto.
Donde vanos de abrir, él fue amurallando
opacos de cerrar; donde vidrio, cemento;
hasta recerrar al hombre: en la capilla útero, 
con comodidad de matriz, otra vez  feto.


De: La educación por la piedra
Prólogo, traducción y notas de Pablo del Barco
Tomado de La educación por la piedra (edición bilingüe),Colección Visor de Poesía, Visor Libros, Madrid, 1982.

Otra versión:


La arquitectura como construir puertas,
para abrir; o como construir lo abierto;
construir, no como aislar y capturar,
ni construir como encerrar secretos;
construir puertas abiertas, en puertas;
casa exclusivamente puertas y techo.
El arquitecto: el que abre para el hombre
(con casas abiertas todo se sanearía)
puertas por-donde, nunca puertas-contra;
por donde, libres: aire luz razón cierta.

2

Hasta que, amedrentado por tanta cosa libre,
renegó de dar a vivir en lo claro y abierto.
Donde había vanos de abrir, fue amurando
opacos de cerrar; donde había vidrio, cemento;
hasta reencerrar al hombre: en la capilla útero,
con comodidades de matriz, otra vez feto.


Traducción de Ezequiel Zaidenwerg.
https://www.zaidenwerg.com/fabula-de-un-arquitecto-joao-cabral-de-melo-neto/


El original tomado de la edición de Visor:

A arquitetura como construir portas,
de abrir; ou como construir o aberto;
construir, não como ilhar e prender,
nem construir como fechar secretos;
construir portas abertas, em portas;
casas exclusivamente portas e teto.
O arquiteto: o que abre para o homem
(tudo se sanearia desde casas abertas)
portas por-onde, jamais portas-contra;
por onde, livres: ar luz razão certa.

2.

Até que, tantos livres o amedrontando,
renegou dar a viver no claro e aberto.
Onde vãos de abrir, ele foi amurando
opacos de fechar; onde vidro, concreto;
até refechar o homem: na capela útero,
com confortos de matriz, outra vez feto.


Publicado no livro A educação pela pedra (1966).

jueves, 7 de mayo de 2020

Poema VI - Ha caído mi voz (Jacobo Fijman)

Ha caído voz, mi última voz, que aún guarda mi nombre.
Mi voz:
pequeña línea, pequeña canción que nos separa de las cosas.
Estamos lejos de mi voz y el mundo, vestidos de humedades blancas.
Estamos en el mundo y con los ojos en la noche.
Mi voz es fría y sucia como la piel de los muertos.

Pertenece a Hecho de estampas. Fue tomado  de Obra poética, La Torre Abolida, 1983.


Canto del cisne (Jacobo Fijman)

Demencia:
el camino más alto y más desierto.

Oficios de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
Roncan los extravíos;
tosen las muecas                              
y descargan sus golpes,
afónicas lamentaciones.

Semblantes inflamados;
dilatación vidriosa de los ojos
en el camino más alto y más desierto.

Se erizan los cabellos del espanto.

La mucha luz alaba su inocencia.

El patio del hospicio es como un banco
a lo largo del muro.

Cuerdas de los silencios más eternos.

Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.

¿A quién llamar?
¿A quién llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?

Se acerca Dios en pilchas de loquero,
y ahorca mi gañote
con sus enormes manos sarmentosas;
y mi canto se enrosca en el desierto.

¡Piedad!


Pertenece al libro Molino rojo (1926).
Fue tomado de Obra poética, La Torre Abolida, 1983.

En la red encontré otra versión con una estrofa más. Pero me atengo a la versión de la Obra poética que viene anotada por Víctor F. Redondo, Juan Jacobo Bajarlía y Carlos Riccardo.

martes, 5 de mayo de 2020

La inocente (Rubén Vela)

                            a Alejandra Pizarnik


Desnuda y victoriosa, da de comer
a los animales salvajes.

Ellos lamen sus muslos, le gastan
el sexo dulcemente, se alimentan
de esas aguas más profundas.

Al amanecer, ella cierra sus
sus piernas. Los animales gimen
al principio, rugen luego,
la despedazan con sus garras.

La bella indiferente dice: ¡hasta
mañana! y duerme.

Los animales protegen sus
despojos.


Los secretos, Editorial Sudamericana, Argentina, 1969.

lunes, 4 de mayo de 2020

Descenso al olvido (Enrique Molina)




He aquí los muertos sentados,
inmóviles alrededor del Tiempo;
adorando su pálida hoguera,
extrañamente sombríos en su reunión solitaria.

Ahí están, invadidos por marañas azules;
poblados por húmedas músicas, por cigarras.
Sobre ellos el cierzo ha pesado, y sus gestos de antaño,
     sus cuerpos de vapor
se condensan de súbito en alargadas lluvias.

No; no hables un idioma olvidado.
No pronuncies tu nombre.
Que no giren con letal lentitud la borrada, tormentosa cabeza.
Que no te reconozcan sus huecos corazones comidos por los pájaros.



De las cosas y el delirio 1941.
Tomado de Hotel Pájaro, Antología, Centro Editor de América Latina S.A., Buenos Aires, 1981.

sábado, 2 de mayo de 2020

Atá el hilo y comenzá de nuevo (Javier Villafañe)

Atá el hilo y comenzá de nuevo;
atalo a dos puntas,
al último pelo de la barba.
Es necesario
―tan después y siempre,
tan de antes―
estar atado a un hilo
―cordón de ombligo
cortado a uña o diente
o con tijera―.
El hilo
atándote de cuatro pies
al suelo.
El hilo de la mano que te lleva,
el mapa dibujado,
la montaña
y la ínsula
donde perdés la pureza,
el lago de la lágrima,
la gota en la pared.
El hilo sobre los pies seguros
caminando,
y es lo mismo otro barco,
el mismo puerto,
y olvidás algo en un umbral:
un impermeable,
y llueve.
El hilo de los ojos,
el hilo del deseo
―la noche por una calle larga
con los balcones altos
y las puertas cerradas―.
El hilo de saber que se corta
y atarlo haciendo nudos con remiendos,
atarlo a llagas,
a muletas;
trenzando el hilo,
dándole raíces 
para que encuentre
un cuerpo
la forma de la tierra.


Pertenece al libro Atá el hilo y comenzá de nuevo, Editorial Losada, 1960.