sábado, 29 de junio de 2019

Silencio (Iris Tree)

En algún lugar en la tierra
Hay un propósito que he perdido u olvidado.
Los árboles se alzan inmóviles
Como columnas sin techo de un templo destruido.
Hay un propósito en el Cielo,
Pero para mí,
Nada.


Versión de Jonio González


SILENCE

Somewhere on earth
There is a purpose that I miss or have forgotten.
The trees stand bolt upright
Like roofless pillars of a broken temple.
There is a purpose in Heaven,
But for me
Nothing


Tomado de https://campodemaniobras.blogspot.com/2019/03/iris-tree-silencio.html

La imagen: Iris Tree, por Amedeo Modigliani (1916)

miércoles, 26 de junio de 2019

no pude urdirme de otro modo

no pude urdirme de otro modo
no quise delatarme
pero la vida se te pone en la cara
en la tristeza del ojo aunque resista 
con el párpado piadoso
imágenes de un sonido
que la memoria inventa
o de un recreo
que pudo tener otra suerte
pero el pasado nunca importa
el día es esta cosa
la hora 
no tan exacta que despliega las palabras
sin boca
la urdimbre de letras negras sin ningún sentido
nada hay sin tus oídos
y sin nuestras bocas




lunes, 24 de junio de 2019

Audiolibros III

Andrea Camilleri - Las formas del agua                     https://mega.nz/#!wd4DyYrR
Cervantes - Don Quijote                                             https://mega.nz/#!tZY0GaSb
Dan Brown - El código Da Vincie                              https://mega.nz/#!oYZylIBC

sábado, 15 de junio de 2019

Para Janis Joplin (Alejandra Pizarnik)

                             (fragmento)



a cantar dulce y a morirse luego 
no: 
a ladrar. 

así como duerme la gitana de Rousseau. 
así cantás, más las lecciones de terror. 

hay que llorar hasta romperse 
para crear o decir una pequeña canción, 
gritar tanto para cubrir los agujeros de la ausencia 
eso hiciste vos, eso yo. 
me pregunto si eso no aumentó el error. 

hiciste bien en morir. 
por eso te hablo, 
por eso me confío a una niña monstruo


1972.

Tomado de Textos de sombra y últimos poemas, Editorial Sudamericana, 1982.

miércoles, 12 de junio de 2019

Este poema existe (Irati Iturritza Errea)

Este poema existe
porque cuando ando por la calle no pienso
niño, semáforo, perro,
no pienso sueño, miedo, vergüenza o mentira.
Cuando ando por la calle pienso vómito,
y si alguna vez pienso en el niño,
en el perro o el semáforo,
es porque quiero vomitar al niño,
al perro, al semáforo.

Este poema existe
porque eso es imposible
y qué hacer
entonces
con la náusea.

Tomado de http://latribu.info/poesia/poemas-de-irati-iturritza-errea/

desubicado (sergio beleiro)


En la reunión hay grupos. No todos se conocen. Pasás desapercibido.
Estás incómodo, lo que es normal para vos en esas circunstancias.
Conocías a un par de personas y si bien te arrimaste a ellas no lograste adecuarte, las cosas van por un lado y después por otro y quedás pagando como siempre.
Vienen las bebidas y los primeros bocadillos, los grupos se modifican, las conversaciones se amansan un poco y se llevan adelante ahora en subgrupos formados al azar, determinados por el momento en que llega el vaso a la mano.
No tuviste suerte, quedaste entre desconocidos que aunque intentan sumarte no lo logran.
Ella no se acercó y, con tu estado medio paranoico, pensaste que en realidad te esquivaba.
Ahora, sapo de otro pozo, en medio de una fiesta hace unos días inesperada, no sabés que hacer, no encontrás una excusa para irte, ni otra para acercarte a ella y conversar de bueyes perdidos, por lo menos para que nadie note tu incomodidad, tus extraños modos, tu silencio.
Derivás como siempre a acusarte, a preguntarte cómo podés seguir siendo así. Tenés cincuenta años y te conocés como nadie, ¿cómo puede ser que hayas aceptado la propuesta? Sabés la respuesta, no querés ser como sos, no querés que te piensen más raro todavía, no querías, como tantas veces, quedar mal declinando una invitación, querés que te piensen más o menos normal o que no te recriminen nada.
Al final pudiste acercarte o te vio tan solo que le dio lástima y te llevó para su lado y los bueyes perdidos o los pájaros sueltos y nada demasiado personal.
Te debía una conversación que no se iba a dar y explicaciones que en realidad no te debía y que no iban a surgir. No era el momento, lo sabías y no lo hubieras pretendido. Querías pasar el mal rato, que el tiempo pasara, terminar y volver a casa, aunque fuera con las mismas broncas contra vos mismo que siempre te terminan comiendo las ganas de seguir y te incitan a encerrarte de nuevo y a aislarte totalmente.
Llegó la hora de irte y pudiste arrancar sin tener que explicar nada, aliviado por haber cumplido y haberte podido aguantar a vos mismo todo ese rato, aunque no de la mejor manera. Te despediste de todos y de ella, de propios y extraños como se dice en la radio.
Caminaste hasta tu casa como descargando tensiones, pero no tan así.
Te entró la bronca vieja, la de hace mucho, cuando ella no te respondió como esperabas, ni como no esperabas pero era posible.
Te volvió a la mente esa tarde y los mensajes, cuando no quiso hablar con vos y no supiste porqué y te quedaste seco, asombrado, e incapaz de resolver la cuestión optaste por el silencio y el cambio de planes y esa cosa que te quedaba adentro y te sigue adentro hasta ahora.
Y por eso de que repetir las mismas cosas esperando distintos resultados sigue siendo la misma estupidez, con esa costumbre tuya de tropezar con la misma piedra una y otra vez, le mandaste otro mensaje.





lunes, 10 de junio de 2019

sábado, 8 de junio de 2019

La profesión vergonzosa (James Laughlin)

Durante años traté de ocultarles a mis vecinos que escribía poesía
No quería que supieran que yo era un bicho raro
No quería que los jóvenes de barba y gorras de béisbol
que van a la licorería en sus pickups a comprar
cerveza supieran que yo era una especie de mariquita
Decidí que en el kiosco era prudente comprar el Daily
News en vez del Times
En casa quemaba los borradores de los poemas antes de
sacar la basura, los chicos andan revolviendo y el
viejo que hace el reciclado mete la nariz en todo
Tomé todas las precauciones.
Pero en nuestro pueblo no es fácil tener secretos, todo el
mundo conoce a todo el mundo y chismorrean
cuando van al correo a recoger la correspondencia
Las cosas se empezaron a complicar
Un joven de pelo largo y acento de la ciudad se apareció
por los negocios preguntando dónde vivía el poeta
Laughlin
Después se rompió un caño y el plomero anduvo diciendo
que había visto miles de libros apilados en el sótano,
incluso algunos en lenguas extranjeras
Al día siguiente cayó el jefe de los Bomberos Voluntarios
con la excusa de revisar la instalación eléctrica
Empecé a ponerme un poquito paranoico; el patrullero
municipal, que supuestamente controla cada camino
rural una vez por semana, pasó delante de nuestra
casa tres días seguidos
La cosa reventó cuando quién sabe cómo a un periodista
del diario del condado le llegaron ciertos rumores y
publicó una nota: poeta local multado dos veces por
exceso de velocidad en la 272, Inspección de
Vehículos podría suspenderle registro
Muchas cosas cambiaron en mi vida
Nadie se rió de mí en la calle (mido más de un metro
ochenta, peso más de cien kilos y estoy en bastante
buen estado para mi edad) pero me miran con un
dejo burlón
Ya no voy más a Apple House, nuestro almacén porque
una nena que tenía el dedo en la nariz me señaló y le
preguntó algo a la cajera; ahora compro mi licor y
mis provisiones en los pueblos vecinos y pido por
correo mis jamones de Virginia
Mi vida es muy distinta ahora que saben que escribo poemas
Pero si creen que voy a dejar de escribirlos por vergüenza
están muy equivocados. No estoy infringiendo ley
alguna
Seguiré haciéndolo mientras no me declaren un estorbo
público y me manden al Asilo
He oído decir que en el Asilo hay un pobre viejo que se
cree Henry Wordsworth Longfellow. El va a
entenderme y será mi amigo; podemos recitarnos
nuestros poemas uno al otro si no nos dejan tener
lápiz y papel.


Versión de Mirta Rosenberg y Daniel Saimolovich publicada en Diario de Poesía, otoño 2001.

La siguiente versión la tomé de:
https://www.zaidenwerg.com/la-profesion-vergonzosa-james-laughlin/
Traducción Ezequiel Zaidenwerg

Durante años intenté ocultarle a la gente del pueblo que escribía poesía
para que no supieran que era un bicho raro
Yo no quería que los pibes que vienen a comprar en camioneta al almacén cajones de cerveza
supiesen que era un maricón
Me pareció prudente dejar de comprar Página y pedirle al diariero que me mandara el Diario
Popular.
Una vez que quemaba todos los borradores de mis poemas, recién ahí sacaba la basura,
los chicos meten mano por ahí, los cartoneros son curiosos
Tomaba todos los recaudos
Pero en un pueblo chico no es fácil mantener secretos, todo el mundo conoce a todo el mundo,
y se cuentan los chismes cuando van a dar la vuelta al perro
Las cosas comenzaron a precipitarse
Apareció un muchacho con acento porteño y pelo largo y empezó a preguntar por los negocios
dónde era la casa del poeta
Después se rompió un caño y el plomero contó que había visto un montonazo de libros apilados
en el sótano, algunos en idiomas extranjeros
Al día siguiente vino el jefe de Bomberos Voluntarios, y se hizo el que miraba la instalación
eléctrica
Yo me empecé a poner un poco paranoico; el patrullero, que supuestamente tiene que vigilar
los caminos rurales una vez por semana, pasó tres días seguidos por la entrada de mi casa
Todo empezó a pudrirse cuando no sé bien cómo un periodista de un diario de la zona escuchó
los rumores y escribió una notita: Conocido poeta detenido por exceso de velocidad. Podría
revocársele el registro.
Mi vida cambió mucho desde entonces
Nadie se me rió en la calle todavía (mido más de uno ochenta, peso ciento diez kilos, y estoy -
para mi edad- en buen estado físico) pero me miran raro
Ya no voy a comprar al almacén porque una nena que se metía el dedo en la nariz me señaló y
le dijo algo a la cajera; ahora compro todo en los pueblos vecinos o pido que me manden
Mi vida es diferente ahora que ellos saben que escribo poesía
Pero si piensan que van a lograr que me avergüence y que deje de hacerlo, no saben cómo se
equivocan
No estoy contraviniendo ley alguna
Voy a seguir haciéndolo a menos que declaren que soy una amenaza para la sociedad, y que me
encierren en algún psiquiátrico
Oí que en el loquero hay un tipo que dice ser Lugones. Seguro que él me entiende y quiere ser
mi amigo; podemos recitarnos el uno al otro poemas, si acaso nos prohíben tener papel y lápiz.


Para los conocedores del idioma el poema original tomado de:
http://peterglassgold.com/subfolder/CP-JL-excerpts.html

THE SHAMEFUL PROFESSION
For years I tried to conceal from the villagers that I wrote poetry
I didnt want them to know that I was an oddball
I didnt want the young men with beards wearing baseball caps who
xxxxxcome to the liquor store in their pickups to buy sixpacks to know
xxxxxthat I was some kind of sissy
I decided it was prudent to buy the Daily News instead of the Times at
xxxxxthe drugstore
I burned my poem drafts at home before I took the trash to the dump,
xxxxxkids scavenge around there and the old man who does the recy-
xxxxxcling is nosey
I took every precaution
But our town is not an easy place to keep secrets, everybody knows
xxxxxeverybody and they gossip when theyre getting their mail at the
xxxxxpost office
Things began to come apart
A young man with long hair and a city accent showed up and asked in
xxxxxthe stores where the poet Laughlin lived
Then a pipe burst and the plumber told people that he saw thousands
xxxxxof books stacked in the cellar, some of them in foreign languages
Next day the head of the Volunteer Fire Department came, pretending
xxxxxto check the wiring
I began to get a bit paranoid; the town trooper is supposed to check
xxxxxeach rural road once a week but he came up our road past my house
xxxxxthree days in succession
The axe fell when somehow a reporter for the county paper heard the
xxxxxrumors and there was a little item: local poet caught speeding
xxxxxtwice on 272, Motor Vehicles may suspend license
Much has changed in my life now
Nobody has laughed at me in the street (Im over six feet weight 245
xxxxxand look pretty fit for my age) but they look at me in a funny way
I dont go to Apple House our grocery store any more because a little
xxxxxgirl with her finger in her nose pointed me out to the check-out
xxxxxlady and asked her something; now I get my liquor and supplies
xxxxxin the next towns and order Honeybaked Hams from Virginia by
xxxxxmail

My life is all different now that they know I write poems.
But if they think they can shame me out of it theyre very much mis-
xxxxxtaken. Im not breaking any law
Ill go on with it unless they have me declared a public nuisance and
xxxxxhave me sent to the Institute
Ive heard there is a poor old fellow in the Institute who claims he is
xxxxxHenry Wordsworth Longfellow. Hell understand and be my
xxxxxfriend; we can recite to each other if they wont let us have paper
xxxxxand pencils.

miércoles, 5 de junio de 2019

Reporte meteorológico a.m. (Luis Chaves)



Confundías el pronóstico del tiempo
con el horóscopo.
Alerta siempre del noticiero:
tarde nubosa, lluvias aisladas por la noche
y para vos era culpa del karma.

Este año tendremos un invierno prolongado
pero el resto de objetos y acontecimientos
no presentará otros cambios
que las sutiles degradaciones de la edad.

Todo sigue idéntico.
Ahora mismo puedo ver desde mi cuarto
el camión del matadero,
aquel que, mes a mes, cada día de semana
se estaciona de madrugada frente a la carnicería.
Allí van los estibadores,
los despojos congelados al hombro.                                               
Un aire helado sale del contenedor
y logra darle un matiz misterioso
al trabajo de los hombres.

Quizás sea más sano
jalar reses congeladas a las cuatro a.m.
que mirar desde una ventana
cómo otros lo hacen.
Tal vez sea menos nocivo
cargar cosas muertas en la espalda
que almacenarlas dentro de la cabeza.

Se me ocurre que podrías tener razón,
que lo que no acaba abruptamente se desvanece,
que la filosofía es tan frágil como el zodiaco,
y que hoy el mío leería:
vientos fríos desde el interior,
aislados flashbacks inútiles,
mente nubosa el resto del año.


Diario de Poesía, otoño 2001, Argentina.