lunes, 27 de febrero de 2017

La soledad de no pertenecer (Clarice Lispector)




Estoy segura de que en la cuna mi primer deseo fue el de pertenecer. Por motivos que ahora no importan, debía de estar siendo que no pertenecía a nada ni a nadie. Nací por nacer.
Ya en la cuna sentí esta hambre humana y ha seguido acompañándome toda la vida, como si fuese un destino.

Precisamente porque es tan fuerte en mí el hambre de entregarme a algo o a alguien me volví bastante arisca: tengo miedo de revelar cuánto lo necesito y lo pobre que soy. Sí, lo soy, muy pobre. Solo tengo un cuerpo y un alma. Y necesito más que eso. Quién sabe si empecé a escribir tan pronto porque, al escribir, por lo menos me pertenecía un poco a mí misma, aunque eso sea solo un triste facsímil.

Con el tiempo, sobre todo en los últimos años, he perdido la capacidad de ser persona. Ya no sé cómo se hace. Y una forma nueva de la "soledad de no pertenecer" ha empezado a invadirme como la hiedra de un muro.

La vida me ha hecho de vez en cuando pertenecer, como si lo hiciese para darme la medida de lo que pierdo cuando no pertenezco. Y entonces lo supe: pertenecer es vivir. Lo sentí con la sed de quien está en el desierto y bebe con ansia los últimos tragos de agua de una cantimplora. Y después la sed vuelve y camino realmente por el desierto.

Clarice Lispector, Aprendiendo a vivir, traducción de Elena Losada.
Siruela. Madrid, 2004.

Lo tomé de http://transtierros.blogspot.com.ar/2017/02/clarice-lispector-la-soledad-de-no.html

Nota de mucho después (28-08-19): ésta es la entrada del blog con más visitantes, me encanta, la entrada coincide con lo que pienso hasta cierto punto, pero ¿por qué la gente entra?¿por Clarice?¿por el título?
Hay otra entrada de Clarice y la gente no entra.
¿La soledad?
Tal vez.
¿No pertenecer?
¿Todo?
Hay un comentario de alguien para quién Clarice es un faro.
Otros comentarios podrían resultar interesantes.
Todo intercambio puede ser interesante.
Sería bueno comentar, en pro o en contra.

viernes, 17 de febrero de 2017

Pasaje (António Ramos Rosa)

Es donde escucho ahora la propia casa.
Soy yo que escribo ahora este poema.
Ya donde estoy ahora nada espero.
Oigo el sonido que viene de estar esperando aquí
esto que soy ahora mismo esperando.

Es donde yo poso la mano en la tierra calma
oyendo cuantos años ya viví,
pero no aquí ni allá ahora solo
en un tiempo en que no soy más que este estar
pasando sin pasar en el desierto.

Es donde ahora nadie viene a llamarme
y otra lucha prosigue imponderable.
El tiempo va a llegar pero yo aquí pasé
o algo en mí pasó cuando llegue el final
de este sin fin que escucho y soy en su pasar.



Poema tomado de la antología Lluvia oblicua y otros poemas (Poesía portuguesa del siglo XX). Centro editor de América Latina, 1983. Selección y traducción de Rodolfo Alonso.

jueves, 9 de febrero de 2017

Soledad (Hannah Escobar Correa)

He llamado a la puerta
A alguna puerta
A todas las puertas
Luego del primer suicidio
Nadie queda realmente vivo.

La fiebre, Ofelia.
El cuerpo de Ofelia era más blanco que los otros cuerpos
Y más inerme.

He llamado a la puerta
A alguna puerta
A todas las puertas
He llamado hasta que se me cayeron las uñas
Incluso he llamado con los dientes.

Nadie respondió nada
Ahora adentro es igual que afuera


http://circulodepoesia.com/2014/07/nueva-poesia-colombiana-hannah-escobar/

sábado, 4 de febrero de 2017

Autorretrato (Care Santos)

Tengo treinta y seis años.
Sólo soy un estorbo para la evolución.
He parido tres hijos, pero hace varios meses
que desteté al pequeño.
Nunca fabriqué nada con las manos.
No tallo, no modelo.
Nunca hice una escudilla. O una mesa.
No domaron mis manos la madera ni el barro
ni ninguna otra cosa.
No sé curar enchufes ni comprendo los grifos.
Ni siquiera soy buena devolviendo un botón
a su lugar.
Fui un año presidenta de la comunidad
de propietarios
                      mas yo siento que no fue suficiente.
No soy capaz siquiera de matar a un cangrejo.
Incluso me conmueve ver colorear un pez fuera del agua.
No conozco de trucos ni pócimas capaces de sanar;
                      nunca he matado a nadie.
Nada entiendo de arados ni de recolecciones.
Desconozco el placer de ver crecer aquello
cuya semilla deposité en un surco.
Durante muchos años me he sentido orgullosa
de saber ejercer un oficio antiquísimo:
proporcionar placer
(y a la vez ser capaz de recibirlo).
Mas ahora he aprendido que tampoco en la cama
soy insustituible
                       aunque tengo muy alto el umbral del dolor
                       y grandes aptitudes para ser humillada.
De amor, mejor ni hablar:
no hay nada más inútil en la tierra
que lo que no podemos retener.
De modo que lo único que tengo
es mi tenacidad para unir noche y día
una palabra a otra.
Con ellas formo frases
                       que a su vez forman párrafos
que a su vez son historias,
pero es algo que muchos son capaces de hacer,
tal vez mejor que yo.
                                           O con más éxito.

De modo que aquí estoy.
Tengo treinta y seis años.
No sirvo para nada.


Del libro Disección.
http://apologadelaluz-jorgeespina.blogspot.com.ar/2014/04/care-santos-diseccion-poemas.html

jueves, 2 de febrero de 2017

muros y piedras

I

en el país donde casi todos llevan apellidos de inmigrantes
    (cuando ya no se puede verificar desde el nombre y apellido quien desciende de chorros u otros criminales
     o quien huyó de las guerras o quien tuvo hambre y se fue
     o quien vino a laburar y quien no)
en este país donde pocos llevan apellidos autóctonos
     se extiende un muro primero mental para luego intentar interponer barreras
     contra los negros de mierda
     (hablamos de negros de la mente dicen pero se habla de villeros, ayer cabecitas negras)
     y frente a los paraguayos albañiles y los bolivianos verduleros
     (que se vienen a matar el hambre)
     y a peruanos y ...
     la lista puede seguir
     cada cual puede darle la extensión que más le plazca sin la menor contemplación y sin ningún rubor
pero no somos racistas ni xenófobos
     hablamos de delincuentes (porque son todos delincuentes
     menos nosotros
     blanquitos o clase media o pseudoclasemedia)
pero no somos racistas ni xenófobos
      cuando decimos negros de mierda no tiene nada que ver con el color de la piel
      cuando hablamos de judíos no tiene nada que ver con la raza ni la religión
      (porque todos tenemos un amigo judío y le compramos al chino de la esquina que en realidad es coreano)
pero no somos racistas ni xenófobos:
      invitamos a todos apenas fuimos invitados en facebook
      a firmar una carta en contra de donald trump que es,
      ése sí, un racista de mierda
      porque no podemos tener contemplación contra ese malvado
      de allá lejos y allá arriba

II

las piedras caen desde una caja gris sobre el techo gris de chapas
varias noches otras piedras blancas en la noche desde manos
    al final de brazos poderosos rompen los vidrios en las casas
    de los inmigrantes
viene la policía y esconden sus ojos (sus manos ya se lavaron)
    hacen mutis por el foro chiflando bajito o en forma destemplada
la policía encuentra algunos inmigrantes ilegales en casas
    que tienen los vidrios rotos y piedras en los techos