miércoles, 13 de septiembre de 2023

Y la muerte no tendrá dominio (Dylan Thomas)


 










Y la muerte no tendrá dominio. 
Los hombres desnudos han de ser uno solo 
con el hombre en el viento y la luna poniente; 
cuando sus huesos queden limpios y los limpios huesos se dispersen, 
ellos tendrán estrellas en el codo y en el pie; 
aunque se vuelvan locos serán cuerdos, 
aunque se hundan en el mar de nuevo surgirán, 
aunque se pierdan los amantes, no se perderá el amor; 
y la muerte no tendrá dominio. 
 
Y la muerte no tendrá dominio. 
Los que hace tiempo yacen 
bajo los dédalos del mar no han de morir entre los vientos, 
retorcidos de angustia cuando los nervios cedan, 
atados a una rueda no serán destrozados; 
la fe, en sus manos, ha de partirse en dos, 
y habrán de traspasarles los males unicornes; 
rotos todos los cabos, ellos no estallarán. 
Y la muerte no tendrá dominio. 
 
Y la muerte no tendrá dominio. 
Y las gaviotas no gritarán en los oídos 
ni romperán las olas sonoras en las playas; 
donde alentó una flor, otra flor tal vez nunca 
levante su cabeza a los embates de la lluvia; 
y aunque ellos estén locos y totalmente muertos 
sus cabezas martillearán en las margaritas; 
irrumpirán al sol hasta que el sol sucumba, 
y la muerte no tendrá dominio.


Traducción: Elizabeth Azcona Cranwell
Poemas completos, Editorial Corregidor.


No vencerá la muerte
cuando todos los hombres hayan muerto
y todos sean ya un solo hombre,
que habitará en el viento y en la luz de la noche,
y los huesos, deshechos en ceniza,
sean polvo de estrellas;
cuando las tinieblas
y del fondo del mar asciendan a la luz;
cuando ya, sin amantes, sea eterno el amor,
no vencerá la muerte.

No temerán la muerte
los que yacen, hundidos en el mar,
mecidos en su fondo y su calma;
angustiados, exhaustos,
martirizados, pero no vencidos.
Y si tuvieron fe y también dudas,
y su pureza fue manchada por el mal,
en el final de todo tendrán paz,
y no les vencerá la muerte.

No vencerá la muerte,
aunque ya no se escuchen los gritos de gaviotas,
ni el rumor de las olas en la playa;
aunque mueran las flores y sea inútil la lluvia,
en la tierra aún fértil de los muertos
alentarán pequeñas margaritas
hasta que el Sol sucumba.
Y nunca vencerá la muerte.

Traducción de Juan Peña


Poema original en inglés:

«And Death Shall Have No Dominion»

And death shall have no dominion.
Dead man naked they shall be one
With the man in the wind and the west moon;
When their bones are picked clean and the clean bones gone,
They shall have stars at elbow and foot;
Though they go mad they shall be sane,
Though they sink through the sea they shall rise again;
Though lovers be lost love shall not;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
Under the windings of the sea
They lying long shall not die windily;
Twisting on racks when sinews give way,
Strapped to a wheel, yet they shall not break;
Faith in their hands shall snap in two,
And the unicorn evils run them through;
Split all ends up they shan’t crack;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
No more may gulls cry at their ears
Or waves break loud on the seashores;
Where blew a flower may a flower no more
Lift its head to the blows of the rain;
Though they be mad and dead as nails,
Heads of the characters hammer through daisies;
Break in the sun till the sun breaks down,
And death shall have no dominion.

In: «Deaths and Entrances», 1946

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sábado, 9 de septiembre de 2023

La doliente quimera (Pedro Shimose)


 










Vuelvo el rostro y veo
                                 la dimensión del odio.
No he venido a decirte
                                 que todo es tarde en mí.
He vuelto a tu crueldad,
a sucumbir junto a la 
piedra.

Veo mis ruinas en tus ojos
                                         hermosos todavía.
Veo tus manos
                      todavía perfectas
y emerjo
             de las brumas violentas
del pasado
                cada vez más
solo.

Vuelvo a contemplarme y todo es triste.
Todo:
        mi soledad:
                         mi fuerza:
                                        la montaña.

Te miro
en la mentira de mis sueños
               y te arrojo a mis
abismos.

Si me llego a encontrar con aquel
que huye de mí
volveré a tu ternura
              y empezaré a decir
lo que nunca
hubiera dicho.



lunes, 4 de septiembre de 2023

Con lápiz al margen de la agenda (Luisa Futoransky)


 














El paraíso no existe.
Entonces no pude haberlo perdido, ¿verdad?

entre saber y creer extravío las últimas plumas
de mi copete imperial
hoy toca encontrar ángel
mañana predicar en el desierto
pasado, lunes
descanso de la compañía
  y el mes entrante
liquidación por cambio de ramo
tiempo tormentoso
y diluvio universal