martes, 8 de octubre de 2019

excesivo

no es una ciudad no es un indicio
ni un humo ni unas cartas de navegación
no es un río un mar el agua que sale de un grifo
no es un diario personal ni una mata de cabello
no es un sobrenombre un espíritu lo ajeno
no es algo que se mantuvo en un rincón custodiado en naftalina
ni una carta que pueda poner claridad a un asunto que fue claro desde el principio
no es un barrio ni una calle ni una persona
no es una estupidez lo que viene o lo que va
ni pretende ser la raíz de las cosas
ni lo acabado ni el resumen final de cuanto se ha dicho o escrito
no vale nada o vale todo como una mata de tu pelo
o un pelo de tu pubis / no vale nada
no es un rostro ni una imagen de tu rostro
ni el silencio
ni lo que he dicho
ni lo que no
no es surreal ni imaginario ni real ni ambiguo
no es directo o es lo más directo pero no se entiende /
¿por qué nadie lo entiende?
¿por qué ni yo puedo dar por sentado lo que digo?
¿por qué nada ni nadie y nunca? no se entiende
¿por qué nadie y nada y nunca?
¿por qué nadie?  sólo preguntas /
entonces
viene viento
viene tormenta
viene la calma de los muertos
viene
por aquí y por allá /
no digo nada
no es una ciudad ni un sitio
tiene que ver con fantasmas y con naves que no zarpan
y no tiene que ver con los fantasmas ni los puertos
tiene que ver con dioses destituidos y con ángeles cobardes que desistieron de decir algo /
guarda relación o tiene que ver o no con lo que un día dije y nunca
con un ángel de la guarda
con lo que dije o creí decir o no
y no escribí
o escribí y borré
o escribí y guardé o escondí
tiene que ver o guarda relación con:
no se puede aguardar
a un ángel con vagina
con:
no existe un ángel con vagina /
o con algo así /
pero mi memoria está muerta para muchas cosas
y dejé de abrochar los nombres en papeles amarillos
y decidí tirar esos papeles amarillos y ajados
como dejé de asociar nombres con rostros del pasado
y dejé de hacer las listas de los desamparos /
tiene que ver entonces con lo que digo y lo que callo
con lo que callo y lo que digo
con lo que no debería decir
o con lo que quiero y no sé decir de ninguna manera
con lo que
de ninguna manera voy a saber decir nunca
y puede que tenga que ver con la piedra desviada que arrojé
y arrojé con una fuerza que no tenía o no creía tener
cambiando con esa estupidez imprevista el resto de mi vida
por no saber luego arreglar las cosas
o enderezarlas o torcerlas de otro modo
y hacer de otra manera las cosas para el adelante /
por otro lado y al margen
tiene y no tiene relación
con un tiempo de política mediocre
(aunque la política siempre
es mediocre y gris
la política siempre es
torcer la idea si la hubiera y hacerla mierda
o hacerla perder su sentido
convertirla en ese camino en mierda humana
en beneficio para alguno que viene y no viene al caso
en detrimento
de los desprotegidos de siempre y siempre, es decir:
mierda la política
por lo mala
por lo corta
por lo zafia) /
o tiene que ver con un tiempo sin ideas
con gente que no tiene ideas
ni las quiere /
en realidad
tiene que ver con la falta de solidaridad /
y tiene que ver con mi alma o pensamiento
con mi debacle
o con lo que queda de mí
y con todo vacío
o con el ansia de llenarlo o llenarlo un poquito y no poder /
en realidad
solamente
tiene que ver con las palabras
con este teclado inmundo y esta pantalla que reemplaza
victoriosa a los papeles que de otro modo serían
quemados con fósforos fragata
o perdidos en bolsas viejas de supermercado y luego enviados al más allá
a la nada en camiones recolectores sucios
a otras manos impiadosas o a otros fuegos
y no sé
tal vez haga un clic por ahí
y todo esto muerda el polvo
en un rincón de la pantalla
en mi indudable papelera
(en el icono con la imagen de un cesto de papeles como antaño se veía en el rincón del aula
y sólo servía para intentar sin puntería un básquet rastrero, aplicación festiva pero inútil)
si luego reviento la memoria inútil de este animal de unos y de ceros y de nada /

pero ni siquiera lo mío me concierne
ni un cero más
ni un uno menos /

entonces
no deja de ser otra historia de alguien que mordió el polvo
o de quien ya no se puede levantar
o no quiere
o no sabe
o ya ni siquiera le importa
aunque quiera resistirse
por medios extraños que nadie ve
y que no le interesan a nadie






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