lunes, 28 de septiembre de 2015

no podía con las manos

no podía con las manos con el filo
el fuego se comía los papeles las palabras
no podía con mis piernas los peldaños
el humo me escondía las historias los poemas
no podía con mis ojos no podía
no había forma de rescate o contrafuego
(no podía y me creí girando sin dominio
en la calesita rota de la infancia
sin autos ni caballos sin chicos y sin padres
ni un señor con sortija gambeteándome las manos)
el fuego se comía los papeles y mis dedos / y en el filo de la noche
las palabras se esfumaban como antes sin nacer de los papeles
y el humo que escondía los peldaños me llenaba los pulmones de negrura
mis ojos no podían y en la noche artificiosa de este sueño terminaba
prendiendo un cigarrillo y dejándome caer en una silla de madera
en un rincón desde donde todo se podía ver con más detalle
y me decía a mí mismo para qué hacer el esfuerzo de salvarlos
para qué si nunca nunca nunca
fui capaz de escribir como se debe
algo que no mereciera
desde el principio el fuego o el desastre

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