domingo, 14 de diciembre de 2025

La paciencia de las cosas comunes (Pat Schneider)


 











Es una especie de amor, ¿no?
Como la taza contiene el té,
como la silla se mantiene sólida y firme sobre sus patas,
como el suelo recibe la suela de los zapatos
o los dedos de los pies. Como las plantas de los pies saben
dónde se supone que deben estar.
He estado pensando en la paciencia
de las cosas comunes, en el modo en que la ropa
espera respetuosamente en armarios
y el jabón se seca discretamente en el platillo,
y las toallas absorben la humedad
de la piel de la espalda.
Y en la preciosa repetición de los escalones.
¿Y qué existe más generoso que una ventana?


Versión de Jonio González.

THE PATIENCE OF ORDINARY THINGS

It is a kind of love, is it not?
How the cup holds the tea,
How the chair stands sturdy and foursquare,
How the floor receives the bottoms of shoes
Or toes. How soles of feet know
Where they’re supposed to be.
I’ve been thinking about the patience
Of ordinary things, how clothes
Wait respectfully in closets
And soap dries quietly in the dish,
And towels drink the wet
From the skin of the back.
And the lovely repetition of stairs.
And what is more generous than a window?





lunes, 8 de diciembre de 2025

El otro (Jacobo Fijman)


 












Tarde de invierno.
Se desperezan mis angustias
como los gatos;
se despiertan, se acuestan;
abren sus ojos turbios
y grises;
abren sus dedos finos
de humedad y silencios detallados.

Bien dormía mi ser como los niños,
y encendieron sus velas los absurdos!

Ahora el Otro está despierto;
se pasea a lo largo de mi gris corredor,
y suspira en mis agujeros,
y toca en mis paredes viejas
un sucio desaliento frío.

¡La esperanza juega a las cartas
con los absurdos!
Terminan la partida
tirándose pantuflas.

Es muy larga la noche del corazón.


Pertenece a Molino Rojo, 1926.
Tomado de Obra poética, La torre abolida, 1983.

domingo, 7 de diciembre de 2025

Manifiesto (Amelia Biagioni)













Yo me resisto,
en la calle de los ahorcados,
a acatar la orden
de ser tibia y cautelosa,
de asirme a la seguridad,
de acomodarme en la costumbre,
de usar reloj y placidez,
aventura a cuerda,
palabra pálida y mortal
y ojos con límites.

Yo me resisto,
entre las muelas del fracaso,
a cumplir la ley de cansarme,
de resignarme,
de sentarme en lo fofo del mundo
mortecina de una espada lánguida,
esperando el marasmo.

Yo me resisto,
acosada por silbatos atroces,
a la fatalidad
de encerrarme y perder la llave
o de arrojarme al pozo.

Con toda la médula
levanto, llevo, soy el miedo enorme,
y avanzo,
sin causa,
cantando entre ausentes.


sábado, 6 de diciembre de 2025

Retrato (Blaise Cendrars)


 











Duerme
Está despierto.
De pronto, pinta.
Toma una iglesia y pinta con una iglesia
Toma una vaca y pinta con una vaca
Con una sardina
Con cabezas, manos, cuchillos
Pinta con un vergajo
Pinta con todas las sucias pasiones de una pequeña ciudad judía
Con toda la sexualidad exacerbada de la provincia rusa
Para Francia
Sin sensualidad
Pinta con los muslos
Tiene los ojos en el culo
Y de pronto es su retrato
Eres tú lector
Soy yo
Es él
Es su novia
Es el almacenero de la esquina
La que cuida las vacas
La comadrona
Hay cubos de sangre
Donde se lava a los recién nacidos
Cielos de locura
Bocas de modernidad
La Torre como tirabuzón
Manos
El Cristo
El Cristo es él
Pasó su infancia en la Cruz
Se suicida todos los días
De pronto, deja de pintar
Estaba despierto
Ahora duerme
Se estrangula con su corbata
Chagall está sorprendido de seguir viviendo.

Traducción de Victor Godlstein.
Pertenece a Diecinueve Poemas Elásticos.
Tomado de Poesía Completa, Ediciones Librería Fausto, Buenos Aires, 1975.



Está durmiendo
Se despierta.
De repente, está pintando.
Toma una iglesia y pinta con una iglesia
Toma una vaca y pinta con una vaca
Con una sardina
Con cabezas, manos, cuchillos
Pinta con un nervio de buey
Pinta con todas las sucias pasiones de una pequeña ciudad judía
Con toda la sexualidad exacerbada de la provincia rusa
Para Francia
Sin sensualidad
Pinta con los muslos
Tiene los ojos en el trasero
Y de pronto es tu retrato
Eres tú lector
Soy yo
Es él
Es su novia
Es el tendero de la esquina
La vaquera
La comadrona
Hay cubetas de sangre
En ellas se lava a los recién nacidos
Cielos de locura
Bocas de modernidad
La torre en tirabuzón
Manos
Cristo
Cristo es él
Pasó su infancia en la Cruz
Se suicida todos los días
De pronto deja de pintar
Estaba despierto
Ahora está durmiendo
Se estrangula con la corbata
A Chagall le sorprende seguir viviendo.


Versión: Raúl Dorra.


Portrait



viernes, 14 de noviembre de 2025

Papá y mamá se están separando (Legna Rodríguez Iglesias)


 











(...)

Papá y mamá se están separando.

Antes, a mamá le gustaba que papá la llevara a ver
puestas de sol, y a papá le gustaba que mamá le comprara gel para el pelo.

Ahora papá ya no invita a mamá porque dice que es
invierno. Y mamá le responde que siempre ha existido el invierno y las puestas
de sol nunca se han terminado. Y papá continúa con eso de que este invierno es
auténticamente extraño. Entonces mamá resuelve no comprar más gel para el pelo.
En realidad mamá no
puede vivir sin las puestas de sol; y papá no puede vivir sin su gel;
por lo que yo no puedo vivir sin mamá y papá.

Han llegado juntas la noche y Tú.

Papá busca su paraguas. Mamá tiene ganas de llorar.
Papá también tiene ganas de hacerlo, aunque el paraguas le tape la cara.
Entonces mamá se arrepiente y se saca de la manga un gel para el pelo. Papá
guarda el gel en su bolsillo y sonríe asomando una puesta de sol.


domingo, 2 de noviembre de 2025

Pequeño vals vienés (Federico García Lorca)












En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del «Te quiero siempre».

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.


Pertenece a Poeta en Nueva York, escrito entre 1929 y 1930, publicado póstumo en 1940.
Tomado de Yerma - Poeta en Nueva York, Bruguera, 1981.


Leonard Cohen la vertió al inglés y la convirtió en canción.


Take this waltz

Now in Vienna there's ten pretty women
There's a shoulder where Death comes to cry
There's a lobby with nine hundred windows
There's a tree where the doves go to die
There's a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on its jaws

Oh I want you, I want you, I want you
On a chair with a dead magazine
In the cave at the tip of the lily
In some hallways where love's never been
On a bed where the moon has been sweating
In a cry filled with footsteps and sand
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take its broken waist in your hand

This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With its very own breath of brandy and Death
Dragging its tail in the sea

There's a concert hall in Vienna
Where your mouth had a thousand reviews
There's a bar where the boys have stopped talking
They've been sentenced to death by the blues
Ah, but who is it climbs to your picture
With a garland of freshly cut tears?
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz it's been dying for years

There's an attic where children are playing
Where I've got to lie down with you soon
In a dream of Hungarian lanterns
In the mist of some sweet afternoon
And I'll see what you've chained to your sorrow
All your sheep and your lilies of snow
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
With its "I'll never forget you, you know!"

This waltz, this waltz, this waltz, this waltz ...

And I'll dance with you in Vienna
I'll be wearing a river's disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I'll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss
And I'll yield to the flood of your beauty
My cheap violin and my cross
And you'll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It's yours now. It's all that there is.




    
A partir de la música de Cohen el cantaor español Enrique Morente retoma el poema de García Lorca y da su versión en la obra Omega junto al conjunto Lagartija Nick.






miércoles, 29 de octubre de 2025

sábado, 25 de octubre de 2025

Solo los vivos reclaman relatos (Christophe Manon)


 











Solo los vivos reclaman relatos

y las palabras que utilizamos

están animadas solo por nuestro deseo

de querer a todo precio despertar a los muertos

por su invocación sonora,

porque tememos ser al final

como ellos indiferentes al impenetrable

desorden de los acontecimientos.

Mantener desde luego el recuerdo,

pero no hay nada que restaurar,

nada de verdad que pueda ser reparado.

¿Conservar un registro, testimoniar? ¿Pero sobre qué?

En el fondo, las crónicas de los tiempos pasados

quizás solo son escritas para confirmar

nuestro propio sentimiento de existencia.

Y si a veces hacemos un alto,

si estamos tentados a veces

de darnos vuelta un instante

para echar una última mirada hacia atrás

sobre aquellos que amamos,

cuidémonos sobre todo de no permanecer

petrificados por lo que vemos, y procuremos

lo antes posible continuar por el mundo

la trayectoria que nos es asignada.




https://circulodepoesia.com/2025/02/poesia-francesa-christophe-manon-3/

miércoles, 8 de octubre de 2025

Autorretrato (Fernanda García Lao)










me habito y deshabito
como quien se pone una media
corro mucho y llego a mí
transpirada por el intento
estoy en el jardín salvaje
de mi alma
alzada contra árboles irreales
que rodean este encierro
aves sin dientes se asoman
locuaces pitidos agudos
como estrellas sucias
a veces, soy otra
una mueca de dolor atraviesa la felicidad
escupo palabras
como alfileres de gancho
un golpe de precisión
me hiere la espalda 



sábado, 4 de octubre de 2025

En las más grandes escenas de Goya (Lawrence Ferlinghetti)


 











En las más grandes escenas de Goya nos parece ver              
a la gente del mundo
  exactamente en el momento en que
    consiguieron el título de
              "sufriente humanidad" 
  Se contorsionan sobre la página
            en una verdadera furia
                de adversidades
  Apilados
    gimiendo con niños y bayonetas
            bajo cielos de cemento
  en un paisaje abstracto de árboles marchitos
    estatuas dobladas alas y picos de murciélagos
          horcas resbalosas
        cadáveres y gallos carnívoros
        y todos los monstruos finales
        de la
        "imaginación del desastre"
  ellos son tan bárbaramente reales
        es como si aun realmente existieran

  Y existen
         sólo el paisaje ha cambiado
  Todavía están en línea en los caminos 
        plagados de legionarios
    falsos molinos de viento y gallos dementes

   Es la misma gente
          aunque más lejos de casa                 
  en carreteras de cincuenta hileras de ancho
  en un continente de concreto
            espaciado con carteleras blandas 
      ilustrando imbéciles ilusiones de felicidad                                               

  La escena muestra menos artillería 
  pero más ciudadanos mutilados
          en autos de colores
          Y ellos poseen extrañas licencias           
  Y motores
           que devoran a América.




En las grandes escenas de Goya nos parece que vemos
los pueblos del mundo
exactamente en el momento en que
por primera vez alcanzaron el título de “humanidad sufriente”
Se retuercen en la página
con una verdadera furia de adversidad
amontonados
gimiendo con bebés y bayonetas
bajo cielos de cemento
en un paisaje abstracto de palos secos
estatuas dobladas alas de murciélagos y picos
horcas resbalosas
cadáveres y gallos carnívoros
y todos los rugientes monstruos finales de la
“imaginación del desastre”
son tan sangrientamente reales
es como si todavía existieran realmente
y existen
sólo el paisaje ha cambiado
todavía están alineados en las carreteras
plagadas de legionarios
falsos molinos de viento y gallos dementes
son la misma gente
solo que más lejos del hogar
en autopistas de cincuenta carriles
en un continente concreto
intercalado de blandos anuncios
representando imbéciles ilusiones de felicidad
la escena tiene menos cureñas
pero más ciudadanos inválidos
en automóviles pintados
y llevan placas extrañas
y motores
que devoran Norteamérica




















El 3 de mayo en Madrid, Goya, 1814.


lunes, 29 de septiembre de 2025

Cuando ellos ya no estén (Magalí Etchebarne)


 










Cuando ellos ya no estén, solo
quedarán sus plantas
abrazándose salvajes, creciendo
desconcertadas. Mi hermana y yo
nos habremos llevado todo: los secretitos
de la noche grabados en la mesa de luz,
las cenizas que duermen en cofres de mármol,
todos esos muebles gigantes
como máquinas a vapor,
las fotos —todas las fotos en blanco y negro
en las que el pasado parece mentira—,
los problemas suaves, de épocas
sin distracción. Y así,
cargadas, vamos a caminar
por la costa varicosa de los años.
Alguna dirá ¿qué harán los que vengan
con la casa, con los dos plátanos altos
de la vereda? ¿Se animarán
a tirar todo abajo? Ese coraje
no será nuestro. Empieza después
de esta historia. Ahora, estamos de espaldas
al futuro, no es que lo evitemos,
juntamos fuerza.
Soltamos al cielo
palabras, un oráculo, una
traición. Ofrendas lanzadas al mar
cargadas de flores y preguntas, deseos
y nuestros nombres tallados sobre todo
lo que tuvimos: lo más bello y lo espantoso.
Después, ya no seremos animales pesados
husmeando en la orilla, sino esa pareja de aves
revoloteando su hogar.



miércoles, 24 de septiembre de 2025

Biografía (Sona Van)


 








Mi abuelo era sacerdote
creía en Dios de 9 a.m. a 6 p.m.
después de las 6 p.m. descansaba  

mi padre era físico
de 9 a.m. a 6 p.m. refutaba a Dios
y después de las 6 p.m. creía en Dios secretamente  

mi tía guardaba todas sus cartas de amor
en páginas raídas de Biblia 
en la secuencia de las revelaciones
ella leía la Palabra de Dios
y sus cartas de amor
con la misma expresión en su rostro
y en ambas confiaba sólo la mitad 

dependiendo de su misteriosa sonrisa
a través del ojo de la cerradura
era difícil saber
a quién prefería mi tía
para la salvación
de ese día  

mi madre
(estaba a punto de olvidarlo)
no tenía tiempo para creer o no creer
estaba siempre ocupada
creando algo desde la nada
mi madre siempre estaba en silencio  

Heredé la fe diurna de mi abuelo
la fe crepuscular de mi padre
la sonrisa de mi tía
y las manos de mi madre 

mi padre físico creía seriamente
la historia 
de que Cristo nació en un pesebre
mi padre decía
que a veces las historias
que parecían absurdas al principio
pueden ser ciertas,
porque nadie (decía mi padre)
se permitiría
inventar semejante historia  

mi padre siempre habló con simpatía
de José
mi padre físico creía en milagros también
mi madre era un milagro  

estos días
llevo a Dios bajo mi camisa
como un pan recién horneado
y lo comparto con cualquiera
que se cruce en mi camino  

en nuestra cocina
el gran abrevadero de madera
siempre estaba lleno de masa en igual medida
era como si mi madre hiciera masa de sus dedos
o más bien
la masa parecía ser la metamorfosis
de los dedos de mi madre en el abrevadero de madera 

mi madre a veces trataba de secar
el sudor de su ceño                                 
y diez chorros iguales de masa salían
desde los dedos de mi madre hasta su frente 

mi padre decía que mi madre
nos hizo de masa y se reía
mi madre guardaba silencio y continuaba
colgando blancos ángeles de masa
de las puntas de sus dedos  

mi madre 
lo juro
podría caminar sobre el agua
si sólo pudiera despegar sus dedos
de la masa…



sábado, 20 de septiembre de 2025

Los ángeles bailan entre la hierba (Juan L. Ortiz)


 








Los ángeles bailan entre la hierba.
Ondulan un frío que relampaguea
y que cortaría la tarde.
La tarde dura como un diamante
que desvalora de pronto una nube efímera.

Los ángeles de Cocteau sentados en las cornisas
miraban caer la tarde con ojos violeta.

Es dura la vida. La vida es triste.
Como un mar la muerte viene del sur y anda en el sol.

Los ángeles bailan entre la hierba
y sonríen con una sonrisa filosa,
un poco lúgubre ¿cierto?
Sí, lúgubre, y breve.


jueves, 4 de septiembre de 2025

Mark Rothko y yo (Han Kang)


 


MARK ROTHKO Y YO


La muerte en febrero



Aunque no hace falta que lo aclare,

no existe relación alguna entre Mark Rothko y yo.


Él nació el 25 de septiembre de 1903

y murió el 25 de febrero de 1970.

Yo nací el 27 de noviembre de 1970

y todavía sigo viva. 

Sin embargo, a veces me pongo a pensar

en el tiempo de nueve meses

que separan su muerte y mi nacimiento.


Días antes o después

de esa madrugada en que él se abrió las venas de las manos

en la cocina anexa a su taller,

mis padres fundieron sus cuerpos

y poco después

una mota de vida

apareció en el útero tibio


cuando en un cementerio de Nueva York al final del invierno

el cuerpo de Rothko no se había corrompido todavía.


No es para maravillarse

sino para entristecerse.


Siendo solo una mota,

sin tener aún un corazón que late,

sin saber lo que es el lenguaje,

lo que es la luz

ni las lágrimas,

me estaba formando

dentro del útero sonrosado,


cuando entre la vida y la muerte,

febrero, una herida abierta, 

resistió y resistió

hasta que empezó a cicatrizar por fin,


cuando dentro de la tierra a medio derretir y por eso más fría

la mano de Rothko no se había corrompido todavía.



Traducción del coreano: Sunme Yoon.

El cuadro:  Composition I, Mark Rothko, 1931.



domingo, 17 de agosto de 2025

Black Mask (Paulina Vinderman)








En la novela negra
ella no se enamoraría del asesino,
sería la torva ingenua bailarina de cabaret
o la dulce -nada ingenua-
muñeca con ojos como ciervos, pelo
para agitar en el viento entre las acacias.

En la novela negra
no podría jamás cruzar la línea,
              bajo su respiración
estarían los muros amarillos,
la seducción de un héroe al que abrazar.

Y ya no importaría la tensión del poema
o de su espalda
                        soportando el mundo.

En la novela negra ella no tendría esta asfixia,
              este estribillo que envejece
a medida que come de su pan
y abre los brazos en la oscuridad
                en un escándalo incumplido.

Si algo la habita
es la memoria de un puerto insignificante
                                                             y caluroso
donde la muerte no era un estallido
sino una conversación, una clara evidencia.


https://paulinavinderman.com.ar/lib_bulgaria_blackmask.php






domingo, 10 de agosto de 2025

los vencidos (Sergio Beleiro)


ahí estábamos 
los vencidos
vencidos inevitablemente
vencidos como siempre
sin duda vencidos
y aun así
con una sonrisa 
            mil dientes
bajo nuestros ojos enfurecidos
            (calculando la venganza)

martes, 15 de julio de 2025

Pequeños asesinatos (Estela Figueroa)


 














Una noche en que volví tarde a casa
la vi disparar rauda y oscura
desde el canasto de papas que está en un extremo de la cocina
hasta el otro
al costado de la heladera
donde acumulamos botellas vacías de vino y gaseosas
que en gloriosas jornadas de limpieza
sacamos a la calle.
- : Tenemos una laucha -dije a mi hija Florencia-.
Es gorda. Vive detrás de la heladera.
Habrá que matarla -me contestó ella.
Habrá que poner triguillo fuera del alcance de Toto.
(Toto es nuestro perro)
Pero pasaron los días
y ninguna de las dos iba a la ferretería
en busca del triguillo.
Y la laucha seguía corriendo rauda y oscura de un extremo a otro
-en la cocina-
ante la mirada curiosa de Toto
y ya sin importarle si estábamos nosotras o no.
- : Esta laucha se está tomando mucha confianza
recuerdo que dijo mi hija.
Bueno.
De manera que a la mañana siguiente me encaminé a la ferretería
y compré el triguillo Drumolive
hecho con glándulas disecadas de roedores
lo cual- según decía el prospecto-
ejerce una poderosa atracción sexual sobre sus iguales.
La caja estuvo envuelta varios días sobre la mesa de la cocina
hasta que Florencia
-que es más expeditiva que yo para estas cosas-
abrió el paquete una noche
llenó potes con buena parte de su contenido
y acomodó estos potes estratégicamente.
Durante varias mañanas
mientras yo tomaba té leyendo a Carver
la sentí comer ávidamente.
Es cierto. Nadie
nada escapa
de lo que implica una atracción sexual.
Los ruiditos terminaron
y Carver y yo quedamos solos.
Charlando sobre la proximidad de una jornada de limpieza de la casa dijo mi hija
- : Parece que la laucha se murió. Ya no se la oye.
- : Es cierto-respondí-. Yo tampoco la oigo. La matamos.