martes, 17 de diciembre de 2024

sin justificación (sergio beleiro)


 











posiblemente cambie una muerte por otra
mi dolor por otro que impida tu dolor
mis sueños por los tuyos mis despojos
por tu suerte mi silencio por tu boca
mis manos por que sigan tus caricias
mi sed por tu ventura /
es algo que no entiendo
nada nos une salvo lo que siento
nada que me devuelva un poco lo cedido
nada que me haga mejor ante mis ojos
nada que pueda poner en el haber
ante las puertas del infierno
o escribir en un papel 
antes de perderme 
en mi propio olvido /
¿de muerte hablo? 
entonces con cualquier muerte 
ponerle fin a estas palabras
con cualquier poema deslucido
plano 
imbécil 
asesino


La imagen es  Leaning Harlequin de Picasso.


sábado, 14 de diciembre de 2024

Hermosa Elenor (William Blake)


 











La campana dio la una sacudiendo la torre silenciosa.
Las tumbas entregan sus muertos: La hermosa Elenor
ha pasado junto al portal del castillo y, deteniéndose, mira en torno.
Un lamento sordo corrió por las siniestras bóvedas.

Gritó fuerte y rodó por los peldaños.
Sus mejillas pálidas dieron contra la piedra yerta. Nauseabundos olores
de muerte escapan como de un sepulcro
y todo es silencio, exceptuando el suspiro de las bóvedas.

La muerte helada retira su mano y la mujer revive.
Asombrada se encuentra de pie
y, como fantasma, por estrechos corredores
anda, sintiendo el frío de los muros en sus manos.

Retorna la fantasía y piensa entonces en huesos
y en cráneos que ríen y en la muerte corruptora
envuelta en su mortaja. No tarda en imaginar que oyoe
hondos suspiros y que ve lívidos espectros que se deslizan.

Por fin no la fantasía, sino la realidad,
atrae su atención. Un ruido de ruinas; y los pies
de alguien que corre, se acercan. Ellen se detuvo
como una estatua muda, helada de terror.

El malhadado se acerca gimiendo: “El mal hecho está;
toma esto y envíalo por quien fuere.
Es mi vida. Envíalo a Elenor.
¡Está muerto, pero clama tras de mí, sediento de sangre!”

“¡Toma!”, exclamó, arrojando a sus manos
un paño húmedo y envuelto. Luego huyó
gritando. Ella recibió en sus manos
la pálida muerte y le siguió en alas del espanto.

Atravesaron con rapidez las verjas exteriores. El desdichado,
sin dejar de ulular, saltó el muro, cayendo al foso
y ahogándose en el cieno. La hermosa Ellen cruzó el puente
y pudo oír una tétrica voz que preguntaba: “¿lo has hecho?”

Como herida gacela Ellen corre
por la llanura sin caminos. Como voladora flecha nocturna
vuelva la destrucción y golpea en la oscuridad.
Huye del terror hasta volver a su hogar.

Sus doncellas la esperaban. Sobre su lecho cae,
aquel lecho de alegrías donde en otro tiempo su señor la abrazara.
“¡Ah, espanto de mujer!”, exclamó, “¡ah maldecido duque!
¡Ah mi amado señor! ¡Ah miserable Elenor!”

“¡Mi señor era como una flor sobre las sienes
del lozano mayo! ¡Ah vida, frágil como la flor!
¡Oh lívida muerte! ¡Aparta tu mano cruel!
¿Pretendes acaso que florezca para engalanar tus horribles sienes?”

“Mi señor era como una estrella en lo más alto de los cielos,
arrastrada a la tierra mediante hechizos y maldades;
mi señor era como los ojos del día al abrirse,
cuando los vientos del oeste se deslizan suavemente por las flores.”

“Pero se oscureció. Como el mediodía estival,
se nubló; cayó como el árbol majestuoso talado;
moró entre sus hojas el aliento de los cielos.
¡Oh Elenor, débil mujer cargada de infortunio!”

Tras hablar así levantó la cabeza,
viendo junto a ella el ensangrentado paño
que sus manos trajeron. Entonces, diez veces
más aterrada, vio que el mismo se desenvolvía.

Su mirada estaba fija. La sangrante tela se abre
descubriendo a sus ojos la cabeza
de su amado señor, muy lívida y cubierta
de sangre coagulada, la cual, tras gemir, así habló:

“Oh Elenor, soy la cabeza de tu esposo
que, mientras dormía recostado sobre las piedras de la lejana torre,
fue privado de la vida por el miserable duque.
¡Un villano mercenario transformó mi sueño en muerte!”

“¡Oh Elenor, cuídate del perverso duque!
No le des tu mano, ahora que muerto estoy.
Tu amor busca quien, cobardemente y en la noche,
contrató a un rufián para quitarme la vida.”

Ella se dejó caer con miembros yertos, rígida como una piedra.
Tomando la ensangrentada cabeza entre sus manos
besó los pálidos labios. No tenía lágrimas que derramar.
La llevó a su seno y lanzó su último gemido.


Traducción de Pablo Mañe.
Poemas de los esbozos poéticos.
Poesía completa, Hyspamérica Ediciones Argentina S.A., Buenos Aires, 1986.

Nota: Ellen =  Elenor


FAIR ELEANOR.

THE bell struck one and shook the silent tower;
The graves give up their dead: fair Eleanor
Walk'd by the castle-gate, and looked in;
A hollow groan ran thro' the dreary vaults.
 
She shriek'd aloud, and sunk upon the steps,
On the cold stone her pale cheek. Sickly smells
Of death issue as from a sepulchre,
And all is silent but the sighing vaults.

Chill death withdraws his hand, and she revives;
Amazed she finds herself upon her feet,
And, like a ghost, through narrow passages
Walking, feeling the cold walls with her hands.
 
Fancy returns, and now she thinks of bones
And grinning skulls, and corruptible death
Wrapt in his shroud; and now fancies she hears
Deep sighs, and sees pale sickly ghosts gliding.
 
At length no fancy, but reality
Distracts her. A rushing sound, and the feet
Of one that fled, approaches.—Ellen stood,
Like a dumb statue, froze to stone with fear.

 
The wretch approaches, crying, "The deed is done;
"Take this and send it by whom thou wilt send;
"It is my life—send it to Eleanor:—
"He's dead, and howling after me for blood!
 
"Take this," he cried; and thrust into her arms
A wet napkin, wrapt about; then rush'd
Past, howling: she received into her arms
Pale death, and follow'd on the wings of fear.
 
They pass'd swift thro' the outer gate; the wretch
Howling, leap'd o'er the wall into the moat,
Stifling in mud. Fair Ellen pass'd the bridge,
And heard a gloomy voice cry, "Is it done?"

As the deer wounded Ellen flew over
The pathless plain; as the arrows that fly
By night; destruction flies, and strikes in darkness.
She fled from fear, till at her house arrived.
 
Her maids await her; on her bed she falls,
That bed of joy where erst her lord hath press'd:
"Ah, woman's fear!" she cried, "Ah, cursed duke!
"Ah, my dear lord! ah, wretched Eleanor!
 
"My lord was like a flower upon the brows
"Of lusty May! Ah, life as frail as flower!
"O ghastly death! withdraw thy cruel hand,
"Seek'st thou that flower to deck thy horrid temples?

 
"My lord was like a star in highest heaven
"Drawn down to earth by spells and wickedness;
"My lord was like the opening eyes of day,
"When western winds creep softly o'er the flowers.

"But he is darken'd; like the summer's noon
"Clouded; fall'n like the stately tree, cut down;
"The breath of heaven dwelt among his leaves.
"O Eleanor, weak woman, fill'd with woe!"

Thus having spoke, she raised up her head,
And saw the bloody napkin by her side,
Which in her arms she brought; and now, tenfold
More terrified, saw it unfold itself.
 
Her eyes were fix'd; the bloody cloth unfolds,
Disclosing to her sight the murder'd head
Of her dear lord, all ghastly pale, clotted
With gory blood; it groan'd, and thus it spake:

"O Eleanor, behold thy husband's head
"Who, sleeping on the stones of yonder tower,
"Was reft of life by the accursed duke!
"A hired villain turn'd my sleep to death!

"O Eleanor, beware the cursed duke,
"O give not him thy hand, now I am dead;
"He seeks thy love; who, coward, in the night,
"Hired a villain to bereave my life."


She sat with dead cold limbs, stiffen'd to stone;
She took the gory head up in her arms;
She kiss'd the pale lips; she had no tears to shed;
She hugg'd it to her breast, and groan'd her last.

domingo, 1 de diciembre de 2024

Quemado (A. E. Stallings)

 






















No puedes hacer que lo quemado deje de estarlo.
Aunque rasques la arruinada tostada,
No puedes volver atrás. Es hora de que te enteres.
La manteca no puede no haber sido batida,
No puedes no haber enviado el correo enviado por la mañana,
No puedes hacer que lo quemado deje de estarlo.
Los amantes que en tu juventud rechazaste,
Los puentes carbonizados que más necesitaste,
No puedes volver atrás. Es hora de que te enteres.
El humo tiene una bien merecida reputación,
No sólo como acre, vana jactancia:
No puedes hacer que lo quemado deje de estarlo.
Echabas de menos tu hogar, pero mientras añorabas,
Los negros barcos ardían en la costa;
No puedes volver atrás. Es hora de que te enteres.
Aun cuando hubieras regresado,
Sólo serías una especie de fantasma,
No puedes volver atrás. Es hora de que te enteres
De que lo quemado está quemado está quemado.


Versión de Jonio González



No puedes desquemar lo que has quemado.
Raspes o no el cuchillo en la tostada,
No puedes regresar. Lo habrás notado:
La mantequilla seguirá en su estado.
No puedes desenviar la carta enviada,
No puedes desquemar lo que has quemado.
Aquel antiguo amante rechazado,
El puente que precisas más que nada.
No puedes regresar. Lo habrás notado:
Esa reputación se la ha ganado
Por algo el humo, no es fanfarronada–
No puedes desquemar lo que has quemado.
Buscabas un hogar, y justo al lado,
En la playa, tu nave calcinada.
No puedes regresar. Lo habrás notado,
Que aún y cuando hubieras regresado
Serías un fantasma a tu llegada.
No puedes regresar. Lo habrás notado,
Que lo que está quemado está quemado. 

 
Versión del inglés de Pedro Poitevin


Burned

You cannot unburn what is burned.
Although you scrape the ruined toast,
You can’t go back. It’s time you learned
The butter cannot be unchurned,
You can’t unmail the morning post,
You cannot unburn what is burned–
The lovers in your youth you spurned,
The bridges charred you needed most.
You can’t go back. It’s time you learned
Smoke’s reputation is well earned,
Not just as an acrid, empty boast–
You cannot unburn what is burned.
You longed for home, but while you yearned,
The black ships smoldered on the coast;
You can’t go back. It’s time you learned
That even if you had returned,
You’d only be a kind of ghost,
You can’t go back. It’s time you learned
That what is burned is burned is burned.



viernes, 29 de noviembre de 2024

Carta al Presidente General Uriburu (Salvadora Medina Onrubia)

 



























    Gral. Uriburu, acabo de enterarme del petitorio presentado al gobierno provisional pidiendo magnanimidad para mí. Agradezco a mis compañeros de letras su leal y humanitario gesto; reconozco el valor moral que han demostrado en este momento de cobardía colectiva al atreverse por mi piedad a desafiar sus tonantes iras de Júpiter doméstico. Pero no autorizo el piadoso pedido… Magnanimidad implica perdón de una falta. Y yo ni recuerdo faltas ni necesito magnanimidades.
    Señor general Uriburu, yo sé sufrir. Sé sufrir con serenidad y con inteligencia. Y desde ya lo autorizo que se ensañe conmigo si eso le hace sentirse más general y más presidente. Entre todas esas cosas defectuosas y subversivas en que yo creo, hay una que se llama karma, no es un explosivo, es una ley cíclica. Esta creencia me hace ver el momento por que pasa mi país como una cosa inevitable, fatal, pero necesaria para despertar en los argentinos un sentido de moral cívica dormido en ellos. Y en cuanto a mi encierro: es una prueba espiritual más y no la más dura de las que mi destino es una larga cadena. Soporto con todo mi valor la mayor injuria y la mayor vergüenza con que puede azotarse a una mujer pura y me siento por ello como ennoblecida y dignificada. Soy, en este momento, como un símbolo de mi Patria. Soy en mi carne la Argentina misma, y los pueblos no piden magnanimidad.
    En este innoble rincón donde su fantasía conspiradora me ha encerrado, me siento más grande y más fuerte que Ud., que desde la silla donde los grandes hombres gestaron la Nación, dedica sus heroicas energías de militar argentino a asolar hogares respetables y a denigrar e infamar una mujer ante los ojos de sus hijos … y eso que tengo la vaga sospecha de que Ud. debió salir de algún hogar y debió también tener una madre.
    Pero yo sé bien que ante los verdaderos hombres y ante todos los seres dignos de mi país y del mundo, en este inverosímil asunto de los dos, el degradado y envilecido es Ud. y que usted, por enceguecido que esté, debe saber eso tan bien como yo.
    General Uriburu, guárdese sus magnanimidades junto a sus iras y sienta como, desde este rincón de miseria, le cruzo la cara con todo mi desprecio.


    Salvadora Medina Onrubia
    Cárcel del Buen Pastor, julio 5 de 1931




    En 1931 el General Uriburu, entonces presidente de facto de Argentina, clausuró el diario Crítica y encarceló a Salvadora y su marido Natalio Botana, fundador del diario.

    Un grupo de intelectuales solicitaron a Uriburu su «magnanimidad» para con Salvadora por su «triple condición de mujer, poeta y madre». Pero ella no estuvo de acuerdo con este pedido y le escribió la carta publicada más arriba.

    Salvadora Medina Onrubia (La Plata, 23 de marzo de 1894-Buenos Aires, 21 de julio de 1972) fue una narradora, poeta, anarquista y feminista argentina. Fue la primera mujer que dirigió un diario en Argentina.

martes, 26 de noviembre de 2024

Cuadrados y ángulos (Alfonsina Storni)

 









Casas enfiladas, casas enfiladas, 
casas enfiladas. 
Cuadrados, cuadrados, cuadrados. 
Casas enfiladas. 
Las gentes ya tienen el alma cuadrada, 
ideas en fila 
y ángulo en la espalda. 
Yo misma he vertido ayer una lágrima, 
Dios mío, cuadrada.


El dulce daño, 1918.

lunes, 11 de noviembre de 2024

Puntos de sutura (Maggie Smith)


 









Dos veces me abrieron
y las dos, tras coserme para cerrarme,

dijeron que el hilo se disolvería,
dijeron que mi cuerpo disolvería

el hilo. Pero mira que ahorrativa
me he vuelto, guardando todos los puntos de sutura

para futuros arreglos y reparaciones.
Cualquier mujer con mi sangre

guarda—es ahorrativa. Cuando le dan
una hoja de papel, mi hija

recorta el corazón que quiere
y guarda el resto para hacer estrellas,

copos de nieve, flores. Un par de veces
cortaron bebés de mi cuerpo,

pero el cuerpo permanece.
Mira, no se desperdicia nada.

Cuanto más cortan, más tengo.


Traducción de Jonio González.


STITCHES

Twice they opened me
and twice, after sewing me shut,

they said the thread would dissolve,
they said my body would dissolve

the thread. But see how frugal
I’ve become, saving every stitch

for future alterations and repairs.
Any woman with my blood

saves—is a saver. When given one
sheet of paper, my daughter

cuts out the heart she wants
and keeps the scraps for stars,

snowflakes, flowers. Twice
they cut babies from my body,

but the body remains.
See how nothing is wasted.

The more they cut, the more I have.




Aquellos domingos de invierno (Robert Hayden)


 











También los domingos mi padre se levantaba temprano
y se vestía en medio del frío negro azulado,
después, con manos agrietadas, doloridas
de trabajar a la intemperie, hacía
arder los rescoldos. Nadie nunca se lo agradeció.

Yo despertaba y oía el frío astillarse, quebrarse.
Cuando las habitaciones estaban caldeadas, me llamaba,
y lentamente me levantaba y vestía,
temiendo la ira crónica de aquella casa,

le hablaba con indiferencia, a él,
que había expulsado el frío
y lustrado tan bien mis mejores zapatos.
¿Qué sabía yo, qué sabía yo
del amor austero y los oficios solitarios?


Traducción de Jonio González.


Those Winter Sundays

Sundays too my father got up early 
and put his clothes on in the blueblack cold, 
then with cracked hands that ached 
from labor in the weekday weather made 
banked fires blaze. No one ever thanked him. 

I'd wake and hear the cold splintering, breaking. 
When the rooms were warm, he'd call, 
and slowly I would rise and dress, 
fearing the chronic angers of that house,

speaking indifferently to him, 
who had driven out the cold 
and polished my good shoes as well. 
What did I know, what did I know 
of love's austere and lonely offices?


jueves, 31 de octubre de 2024

Mientras corren los grandes días (Enrique Molina)


 











Arde en las cosas un terror antiguo, un profundo y secreto soplo,
un ácido orgulloso y sombrío que llena las piedras de grandes agujeros,
y torna crueles las húmedas manzanas, los árboles que el sol consagró;
las lluvias entretejidas a los largos cabellos con salvajes perfumes
y su blanda y ondeante música;
los ropajes y los vanos objetos; la tierna madera dolorosa en los tensos violines
y honrada y sumisa en la paciente mesa, en el infausto ataúd, 
a cuyo alrededor los ángeles impasibles y justos se reúnen a recoger su parte de muerte;
las frutas de yeso y la íntima lámpara donde el atardecer se condensa,
y los vestidos caen como un seco follaje a los pies de la mujer desnudándose,
abriéndose en quietos círculos en torno a sus tobillos como un espeso estanque
sobre el que la noche flamea y se ahonda, recogiendo ese cuerpo melodioso,
arrastrando las sombras tras los cristales y los sueños tras los semblantes dormidos;
en tanto, junto a la tibia habitación, el desolado viento plañe bajo las hojas de la hiedra.
¡Oh Tiempo! ¡Oh, enredadera pálida! ¡Oh, sagrada fatiga de vivir...!
Oh, estéril lumbre que en mi carne luchas! Tus puras hebras trepan por mis huesos,
envolviendo mis vértebras tu espuma de suave ondular.
Y así, a través de los rostros apacibles, del invariable giro del Verano,
a través de los muebles inmóviles y mansos, de las canciones de alegre esplendor,
todo habla al absorto e indefenso testigo, a las postreras sombras trepadoras,
de su incierta partida, de las manos transformándose en la gramilla estival.
Entonces mi corazón lleno de idolatría se despierta temblando,
como el que sueña que la sombra entra en él y su adorable carne se licúa
a un son lento y dulzón, poblado de flotantes animales y neblinas,
y pasa la yema de sus dedos por sus cejas, comprueba de nuevo
sus labios y mira una vez más sus desiertas rodillas,
acariciando en torno sus riquezas, sin penetrar su secreto,
mientras corren los grandes días sobre la tierra inmutable.

De las cosas y el delirio, 1941.
Tomado de Hotel pájaro, Antología, Centro Editor de América Latina, 1981.

sábado, 19 de octubre de 2024

Y enseguida anochece (Salvatore Quasimodo)


 











Y enseguida anochece

Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol:
y enseguida anochece

Del libro Aguas y Tierras 1920-1929

Traducción de Carlo Frabetti.

Tomado de: Y enseguida anochece y otros poemas, Hyspamérica Ediciones Argentina S.A. 1983.


ED È SUBITO SERA

Ognuno sta solo sul cuor della terra
trafitto da un raggio di sole:
ed è subito sera.



Otras traducciones:

Y súbito la noche

Hendido por un rayo de sol
todo hombre está solo
sobre el corazón de la tierra;
de pronto,
la noche que cierra.

Versión de Carlos López Narváez



Y DE PRONTO ANOCHECE

Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol:
y de pronto anochece.

Traducción de Carlos Vitale


domingo, 15 de septiembre de 2024

Creo que una hoja de hierba (Walt Whitman)


 












Creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano,
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar,
a seis trillones de infieles.

Descubro que en mí,
se incorporaron, el gneiss y el carbón,
el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.
Que estoy estucado totalmente
con los cuadrúpedos y los pájaros,
que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos
y que puedo hacerlo volver atrás,
y hacia mí, cuando quiera.

Es vano acelerar la vergüenza,
es vano que las plutónicas rocas,
me envíen su calor al acercarme,
es vano que el mastodonte se retrase,
y se oculte detrás del polvo de sus huesos,
es vano que se alejen los objetos muchas leguas
y asuman formas multitudinales,
es vano que el océano esculpa calaveras
y se oculten en ellas los monstruos marinos,
es vano que el aguilucho
use de morada el cielo,
es vano que la serpiente se deslice
entre lianas y troncos,
es vano que el reno huya
refugiándose en lo recóndito del bosque,
es vano que las morsas se dirijan al norte
al Labrador.
Yo les sigo velozmente, yo asciendo hasta el nido
en la fisura del peñasco.


Traducción de León Felipe.



Creo que una hoja de hierba no es menos que el camino recorrido por las estrellas,
Y que la hormiga es perfecta, y que también lo son el grano de arena y el huevo del zorzal,
Y que la rana es una obra maestra, digna de las más altas,
Y que la zarzamora podría adornar los salones del cielo,
Y que la menor articulación de mi mano puede humillar a todas las máquinas,
Y que la vaca paciendo con la cabeza baja supera a todas las estatuas,
Y que un ratón es un milagro capaz de confundir a millones de incrédulos.

Siento que en mi ser se incorporan el gneis, el carbón, el musgo de largos filamentos, las frutas, los granos, las raíces comestibles,
Y que estoy hecho de cuadrúpedos y de pájaros,
Y que puedo recuperar cuanto he dejado atrás,
Pero que puedo hacerlo volver cuando se me antoje.

En vano la timidez o la prisa,
En vano las rocas incandescentes arrojan sobre mí su antiguo calor,
En vano el mastodonte se oculta detrás del polvo de sus huesos,
En vano los objetos se alejan leguas y leguas y toman muchas formas,
En el mar se oculta en las cavernas donde tienen su guarida los monstruos,
En vano el buitre tiene por morada el cielo,
En vano la serpiente se desliza entre las lianas y los troncos,
En vano el alce busca las honduras recónditas de la selva,
En vano el cuervo marino tiende el vuelo hacia el norte, hacia el Labrador,
Lo sigo velozmente, trepo al nido que está en la grieta del peñasco.


Traducción de Jorge Luis Borges



I believe a leaf of grass is no less than the journeywork of the stars,
And the pismire is equally perfect, and a grain of sand, and the egg of the wren,
And the tree-toad is a chef-d'ouvre for the highest,
And the running blackberry would adorn the parlors of heaven,
And the narrowest hinge in my hand puts to scorn all machinery,
And the cow crunching with depressed head surpasses any statue,
And a mouse is miracle enough to stagger sextillions of infidels,
And I could come every afternoon of my life to look at the farmer's girl boiling her iron tea-kettle and baking shortcake.

I find I incorporate gneiss and coal and long-threaded moss and fruits and grains and esculent roots,
And am stucco'd with quadrupeds and birds all over,
And have distanced what is behind me for good reasons,
And call any thing close again when I desire it.

In vain the speeding or shyness,
In vain the plutonic rocks send their old heat against my approach,
In vain the mastadon retreats beneath its own powdered bones,
In vain objects stand leagues off and assume manifold shapes,
In vain the ocean settling in hollows and the great monsters lying low,
In vain the buzzard houses herself with the sky,
In vain the snake slides through the creepers and logs,
In vain the elk takes to the inner passes of the woods,
In vain the razorbilled auk sails far north to Labrador,
I follow quickly . . . . I ascend to the nest in the fissure of the cliff.


miércoles, 4 de septiembre de 2024

Algunas versiones de La colina (Edgar Lee Masters)


 








La colina

¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,
el abúlico, el forzudo, el bufón, el borracho, el peleador?
Todos, todos están durmiendo en la colina.

Uno se fue por una fiebre,
uno se quemó en una mina,
uno fue muerto en una pendencia,
uno murió en la cárcel,
uno se cayó del puente donde trabajaba para sus hijos y su mujer;
todos, todos están durmiendo en la colina.

¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,
la de corazón sensible, la alma simple, la vocinglera, la orgullosa, la feliz?
Todas, todas están durmiendo en la colina.

Una murió de un parto deshonroso,
una de amor contrariado,
una en manos de un bruto en un prostíbulo,
una de orgullo destrozado, persiguiendo el deseo del corazón,
una que buscó su futuro lejos, en Londres y París,
fue traída a su pequeño espacio junto a Ella y Kate y Mag;
todas, todas están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde están el tío Isaac y la tía Emily,
y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
y el mayor Walker que había hablado
con venerables hombres de la Revolución?;
todos, todos están durmiendo en la colina.

A ellos les trajeron hijos muertos de la guerra
e hijas a quienes la vida había quebrantado,
y sus niños sin padres, llorando;
todos, todos, están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde está el viejo violinista Jones
que jugó con la vida durante noventa años,
desafiando la cellisca con el pecho desnudo,
bebiendo, alborotando, sin pensar ni en mujer ni en parientes,
ni en el oro, ni en el amor, ni en el cielo?
¡Hélo aquí! Charla de las frituras de pescado de hace tiempo,
de las carreras de caballos de hace tiempo en la Alameda de Clary,
de lo que Abe Lincoln dijo
una vez en Springfield.


Traducción de Alberto Girri.
Tomado de Antología de Spoon River, Ediciones Librería Fausto, 1979, Argentina.


La colina 

¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,
el débil de voluntad, el fuerte de brazos, el bromista, el borrachín, el peleador?

Todos, todos están durmiendo en la colina.

Uno falleció en una epidemia,
uno quemado en una mina,
uno murió en una pelea,
uno en la cárcel,
uno cayó de un puente, bregando por sus hijos y su esposa —
todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,
la de buen corazón, la de alma simple, la gritona, la orgullosa, la feliz?

Todas, todas están durmiendo en la colina.

Una murió de un parto deshonroso,
una de amor contrariado,
una a manos de un bruto en un burdel,
una de orgullo deshecho, buscando lo que ansiaba el corazón,
una, al cabo de una vida en Londres y París,
fue llevada a su pequeño lugar por Ella, Kate y Mag —
todas, todas están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde están el tío Isaac y la tía Emily,
y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
y el Mayor Walker que había hablado
con venerables hombres de la revolución?—
todos, todos están durmiendo en la colina.

Les trajeron hijos muertos de la guerra,
e hijas a quienes la vida había destrozado
y a sus hijos huérfanos, llorando —
todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina

¿Dónde está el Viejo Jones, el violinista,
que jugó con la vida sus noventa años,
desafiando la nevisca con el pecho desnudo,
bebiendo, juergueando, sin pensar en familia ni mujer,
ni en el oro, ni el amor, ni el paraíso?

¡Helo ahí! hablando del pescado frito de otros tiempos,
las carreras de caballos de otros tiempos en el bosque de Clary,
de lo que dijo Abe Lincoln
una vez en Springfield.


Traducción de Gerardo Gambolini


La colina del cementerio

¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,
el débil de voluntad, el brazo fuerte, el clown, el ebrio, el peleador?
Todos, todos están durmiendo en la colina.

Uno se fue de fiebre,
uno se quemó en una mina,
uno fue muerto en un molote,
uno murió en la cárcel,
uno cayó del puente donde trabajaba para los chicos y la mujer.
Todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,
la tierno corazón, la alma sencilla, la bulliciosa, la altiva, la feliz?
Todas, todas están durmiendo en la colina.

Una murió de parto vergonzoso,
una de amor desventurado,
una en manos de un bestia en un burdel,
una de orgullo destrozado, persiguiendo el deseo del corazón,
una después de su vida en el lejano Londres y París,
fue traída a su estrecho lote por Ella y Kate y Mag.
Todas, todas están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde están el Tío Isaac y la Tía Emily,
y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
y el Mayor Walker que había hablado
con venerables hombres de la Revolución?
Todos, todos están durmiendo en la colina.

A ellos les trajeron hijos muertos de la guerra,
e hijas destrozadas por la vida,
y sus chiquillos huérfanos, llorando.
Todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde está el viejo violinista Jones,
quien jugó con la vida todos sus noventa años,
desafiando la helada con el pecho desnudo,
bebiendo, alborotando, sin pensar en mujer ni parientes,
ni oro, ni amor, ni cielo?

¡Vedlo! Charlando ahí sobre las fritangas de pescado de hace tiempo,
sobre las carreras de caballos de hace tiempo en la Huerta de Clary,
sobre lo que Lincoln decía
una vez en Springfield.

Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal.


La colina

¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,
El débil de voluntad, el de brazos fuertes, el payaso, el borracho, el peleador?
Todos duermen en la colina.

Uno murió de fiebre,
Uno ardió en una mina,
Uno fue asesinado en una pelea,
Uno murió en prisión,
Uno cayó desde un puente, cuando trabajaba para su mujer y sus hijos-
Todos, todos duermen, duermen, duermen en la colina.

¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,
La de corazón tierno, la de alma simple, la bulliciosa, la orgullosa, la feliz?
Todas, todas duermen en la colina.

Una murió en un parto vergonzoso,
Una a causa de un amor frustrado,
Una en un prostíbulo a manos de un bruto,
Una con su orgullo roto, persiguiendo el deseo de su corazón;
Una, después de una vida alejada en Londres y en París,
Fue traída a este pequeño espacio junto a Ella y Kate y Mag-
Todas, todas duermen, duermen, duermen en la colina.

¿Dónde están el tío Isaac y la tía Emily,
Y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
Y el mayor Walker que había hablado
Con los venerables hombres de la revolución?-
Todos, todos duermen en la colina.

Trajeron a sus hijos muertos en la guerra,
Y a sus hijas aplastadas por la vida,
Y a los huérfanos, llorando-
Todos, todos duermen, duermen, duermen en la colina.

¿Dónde está Jones, el viejo violinista,
Qué jugó su vida durante noventa años,
Afrontando las nevadas a pecho descubierto,
Bebiendo, alborotando, sin pensar en esposa ni en familia,
Ni en el oro, ni en el amor, ni en el cielo?
Acá lo tienen, aún balbuceando sobre el pescado frito de hace mucho tiempo,
Sobre las carreras de caballos en Clary’ʼs Grove de hace mucho tiempo,
Sobre lo que Abe Lincoln
Dijo una vez en Springfield.

Traducción de Isaías Garde


The Hill

Where are Elmer, Herman, Bert, Tom and Charley,
The weak of will, the strong of arm, the clown, the boozer, the fighter?
All, all are sleeping on the hill.

One passed in a fever,
One was burned in a mine,
One was killed in a brawl,
One died in a jail,
One fell from a bridge toiling for children and wife —
All, all are sleeping, sleeping, sleeping on the hill.

Where are Ella, Kate, Mag, Lizzie and Edith,
The tender heart, the simple soul, the loud, the proud, the happy one? —
All, all are sleeping on the hill.

One died in shameful child-birth,
One of a thwarted love,
One at the hands of a brute in a brothel,
One of a broken pride, in the search for heart’s desire;
One after life in far-away London and Paris
Was brought to her little space by Ella and Kate and Mag —
All, all are sleeping, sleeping, sleeping on the hill.

Where are Uncle Isaac and Aunt Emily,
And old Towny Kincaid and Sevigne Houghton,
And Major Walker who had talked
With venerable men of the revolution? —
All, all are sleeping on the hill.

They brought them dead sons from the war,
And daughters whom life had crushed,
And their children fatherless, crying —
All, all are sleeping, sleeping, sleeping on the hill.

Where is Old Fiddler Jones
Who played with life all his ninety years,
Braving the sleet with bared breast,
Drinking, rioting, thinking neither of wife nor kin,
Nor gold, nor love, nor heaven?
Lo! he babbles of the fish-frys of long ago,
Of the horse-races of long ago at Clary’s Grove,
Of what Abe Lincoln said
One time at Springfield.




miércoles, 21 de agosto de 2024

Los muertos son insensibles (Christophe Manon)













Los muertos son insensibles a las historias,
no tienen necesidad de ser apaciguados,
donde están ya nada les concierne.
Eso que removemos,
eso que buscamos obstinadamente,
eso sobre lo que investigamos sin descanso,
son solo sueños, frágiles apariencias
desprovistas de cuerpo y de realidad
que solo interesan a los vivos.
Ellos, los muertos, no tienen problemas,
al menos, creo,
ya no buscan tenerlos.

(traducción de Mario Rolando Andrade)


miércoles, 14 de agosto de 2024

Recomendación para los trabajadores de mi generación (Mercedes Álvarez)


 









Si va a trabajar
piense en la generación que lo antecede:
ellos lo hicieron mejor que usted.
Sus padres madrugaron
sacrificaron las horas de ocio
cayeron rendidos los domingos
sobre sofás comprados
con el sudor de sus frentes.
Si va a trabajar
piénselo dos veces.
Recalcule, amortigüe.
Hay magníficos sofás mullidos
de segunda mano
y mesas de mármol
que desechan los jubilados desprendidos.
A veces las tías muertas dejan en herencia
copas de cristal europeo.
Si va a trabajar piénselo, medite:
ellos lo hicieron mejor que usted.


http://la-balandra.com.ar/nuevos-poetas-mercedes-alvarez/

martes, 13 de agosto de 2024

El tiro por la culata (Jan de Jager)


 











Leyendo Colt & Co., enciclopedia de las armas de fuego, me entero del triste fin del genial armero Charles Trimbull Welby.

El mayor Welby dedicó los últimos años de su vida a desarrollar el arma de fuego perfecta: un rifle con virtualmente cero desviación y rango infinito. 
Velocidad del proyectil = c/4, es decir un cuarto de la velocidad de la luz. 
Poder de penetración ilimitado.

El día que procedió a probar la precisión y potencia de su invento, la bala pegó la vuelta al mundo atravesando todo lo que se le atravesaba, y lo descerebró por atrás.



[Ya sabemos que en nuestro universo a esa velocidad el proyectil hubiese escapado a la fuerza de gravedad del planeta, internándose en los fríos y oscuros espacios infinitos, pero nos gusta imaginar esta escena en un mundo que se rige por las leyes de los dibujos animados, más específicamente las 
del Correcaminos y el Coyote]



domingo, 11 de agosto de 2024

Consejo para escritores (Antón Chéjov)











     No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo los charlatanes y los imbéciles creen comprenderlo todo.


miércoles, 31 de julio de 2024

Los poetas resisten (Margaret Atwood)













Los poetas resisten


Es difícil librarse de ellos,
aunque Dios sabe que se ha intentado.
Los encontramos en el camino
en actitud mendicante, con sus platos,
una costumbre ancestral.
No tienen nada,
excepto moscas secas y céntimos falsos.
Nos miran como pasmados.
¿Están muertos o qué?
Sin embargo, tienen esa mirada irritante
de los que saben más que nosotros.

¿Saben más de qué?
¿Qué es lo que alegan saber?
Escupidlo, les silbamos.
¡Decidlo claro de una vez!
Si buscas una respuesta sencilla,
entonces fingen estar locos,
o borrachos, o pobres.
Se pusieron esos disfraces
hace algún tiempo,
esos jerseis negros, esos andrajos;
ahora pueden quitárselos.
Y tienen problemas con sus dientes.
Ésa es una de sus cargas.
Les vendría bien ir al dentista.

También tienen problemas con sus alas.
No se muestran dispuestos a colaborar
con nuestro departamento de vuelos.
Ya no planean, no resplandecen,
no bromean.
¿Para qué demonios les pagamos?
(Imagina que les pagamos.)
No pueden despegar
con sus plumas enlodadas.
Si vuelan, es hacia abajo,
hacia la húmeda tierra gris.

Idos, les decimos,
y llevaos vuestra aburrida tristeza.
No os queremos aquí.
Se os ha olvidado cómo decirnos
lo sublimes qué somos.
Que el amor es la respuesta,
siempre nos gustó este verso.
Se os ha olvidado cómo seducirnos.
Ya no sois sabios.
Habéis perdido vuestro esplendor.

Pero los poetas resisten.
No se puede decir que no son tenaces.
No saben cantar, no saben volar.
Sólo saltan y croan
y se golpean contra el aire
como si estuvieran en jaulas,
y cuentan el viejo chiste.
Cuando les preguntan, responden
que dicen lo que deben.
¡qué pretenciosos son!

Sin embargo, saben algo.
Hay algo que sí saben.
Algo que están susurrando.
No alcanzamos a oírlo.
¿Será sobre el sexo?
¿O sobre el polvo?
¿O sobre nuestro miedo?


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The poets hang on

It’s hard to get rid of them,
though lord knows it’s been tried.
We pass them on the road
standing there with their begging bowls,
an ancient custom.
Nothing in those now
but dried flies and bad pennies.
They stare straight ahead.
Are they dead, or what?
Yet they have the irritating look
of those who know more than we do.

More of what?
What is it they claim to know?
Spit it out, we hiss at them.
Say it plain!
If yon try for a simple answer,
that’s when they pretend to be crazy,
or else drunk, or else poor.
They put those costumes on
some time ago,
those black sweaters, those tatters;
now they can’t get them off.
And they’re having trouble with their teeth.
That’s one of their burdens.
They could use some dental work.

They’re having trouble with their wings, as well.
We’re not getting much from them
in the flight department these days.
No more soaring, no radiance,
no skylarking.
What the hell are they paid for?
(Suppose they are paid.)
They can’t get off the ground,
them and their muddy feathers.
If they fly, it’s downwards,
into the damp grey earth.

Go away, we say —
and take your boring sadness.
You’re not wanted here.
You’ve forgotten how to tell us
how sublime we are.
How love is the answer:
we always liked that one.
You’ve forgotten how to kiss up.
You’re not wise any more.
You’ve lost your splendour.

But the poets hang on.
They’re nothing if not tenacious.
They can’t sing, they can’t fly.
They only hop and croak
and bash themselves against the air
as if in cages,
and tell the odd tired joke.
When asked about it, they say
they speak what they must.
Cripes, they’re pretentious.

They know something, though.
They do know something.
Something they’re whispering,
something we can’t quite hear.
Is it about sex?
Is it about dust?
Is it about fear?


Traducción de María Pilar Somacarrera Íñigo

domingo, 28 de julio de 2024

A pesar de todo me levanto (Maya Angelou)


 









Puedes escribirme en la historia
con tus amargas, torcidas mentiras,
puedes arrojarme al fango
y aún así, como el polvo, yo me levanto.

¿Mi descaro te molesta?
¿Por qué estás ahí quieto, apesadumbrado?
Porque camino como si fuera dueña de pozos petroleros,
bombeando en la sala de mi casa.

Como lunas y como soles,
con la certeza de las mareas,
como las esperanzas brincando alto.
Así, yo me levanto.

¿Me quieres ver destrozada?
¿Con la cabeza agachada y los ojos bajos,
los hombros caídos como lágrimas,
debilitados por mi llanto desconsolado?

¿Mi arrogancia te ofende?
No te tomes tan a pecho
que yo ría como si tuviera minas de oro,
excavándose en el mismo patio de mi casa.

Puedes dispararme con tus palabras,
puedes herirme con tus ojos,
puedes matarme con tu odio,
y aún así, como el aire, yo me levanto.

¿Mi sensualidad te molesta?
¿Surge como una sorpresa
que yo baile como si tuviera diamantes
ahí, donde se encuentran mis muslos?

De las barracas de la vergüenza de la historia,
yo me levanto.
Desde el pasado enraizado en dolor,
yo me levanto.
Soy un océano negro, amplio e inquieto,
manando, me extiendo, sobre la marea.

Dejando atrás noches de temor, de terror.
Me levanto,
a un amanecer maravillosamente claro,
me levanto,
brindado los regalos, legados por mis ancestros.
Yo soy el sueño y la esperanza del esclavo.
Me levanto.
Me levanto.
Me levanto.

https://www.zendalibros.com/a-pesar-de-todo-me-levanto-de-maya-angelou/

Still I rise

You may write me down in history
With your bitter, twisted lies,
You may trod me in the very dirt
But still, like dust, I'll rise.

Does my sassiness upset you?
Why are you beset with gloom?
’Cause I walk like I've got oil wells
Pumping in my living room.

Just like moons and like suns,
With the certainty of tides,
Just like hopes springing high,
Still I'll rise.

Did you want to see me broken?
Bowed head and lowered eyes?
Shoulders falling down like teardrops,
Weakened by my soulful cries?

Does my haughtiness offend you?
Don't you take it awful hard
’Cause I laugh like I've got gold mines
Diggin’ in my own backyard.

You may shoot me with your words,
You may cut me with your eyes,
You may kill me with your hatefulness,
But still, like air, I’ll rise.

Does my sexiness upset you?
Does it come as a surprise
That I dance like I've got diamonds
At the meeting of my thighs?

Out of the huts of history’s shame
I rise
Up from a past that’s rooted in pain
I rise
I'm a black ocean, leaping and wide,
Welling and swelling I bear in the tide.

Leaving behind nights of terror and fear
I rise
Into a daybreak that’s wondrously clear
I rise
Bringing the gifts that my ancestors gave,
I am the dream and the hope of the slave.
I rise
I rise
I rise.