Leyendo Colt & Co., enciclopedia de las armas de fuego, me entero del triste fin del genial armero Charles Trimbull Welby.
El mayor Welby dedicó los últimos años de su vida a desarrollar el arma de fuego perfecta: un rifle con virtualmente cero desviación y rango infinito.
Velocidad del proyectil = c/4, es decir un cuarto de la velocidad de la luz.
Poder de penetración ilimitado.
El día que procedió a probar la precisión y potencia de su invento, la bala pegó la vuelta al mundo atravesando todo lo que se le atravesaba, y lo descerebró por atrás.
[Ya sabemos que en nuestro universo a esa velocidad el proyectil hubiese escapado a la fuerza de gravedad del planeta, internándose en los fríos y oscuros espacios infinitos, pero nos gusta imaginar esta escena en un mundo que se rige por las leyes de los dibujos animados, más específicamente las
del Correcaminos y el Coyote]
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