sábado, 9 de abril de 2022

Vivir (Flor Schapira Fridman)


 















Vivir
es mucho más que hundirse o sostenerse,
descubrir el origen de las cosas,
sollozar cuando nos duelen las equivocaciones.
Vivir
es primavera y es angustia;
es lunes y es invierno,
y también flores en jardines
donde la luz penetra su grave ceremonia;
es relojes y siempre simetría
junto a las alucinaciones
de tanta adolescencia que repite su cuento
con pudor y acaso con nostalgia.
Vivir
es obtener la llave del viento de la noche,
violar el surco donde nace el trigo,
morder la piel y el corazón del ave,
gozar la espuma palpitante de los ríos,
y el oleaje sonoro del mar.
Vivir
es despedirse,
recibir y perder
todos los días;
envejecer, cantar,
ser uno mismo,
finalmente.
Pero nunca volver,
nunca ser otra vez;
nunca poder asirse al zodíaco senil
de la costumbre.
Ser hoy,
ser de improviso,
ser con toda la sangre
ser sabiendo.
Porque ser hoy es ser,
y no hay demora,
y no hay regreso,
sino tan sólo hoy,
habitando la carne del día;
sombras al margen de los cuerpos,
voces enumerando situaciones,
moles de cal y de cemento creciendo desde el sótano;
enraizadas semillas entre el barro;
un irisado laberinto de lágrimas y júbilo
que sube hasta el crujiente polvo
en este suntuoso, infinito,
fugaz acontecerse de uno mismo.


De Memorias de la víspera, Ed. Losada.1955.
Tomado de Poesía de un tiempo indigente, Ed. Plus Ultra, 1981.



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