¿Quién me dijo mi lugar?
Se necesitan muchas vidas
para engendrar a un verdadero creyente,
siglos para producir
a alguien que por instinto supo
que el único movimiento posible
era hacia arriba o hacia abajo.
No existe espacio para mí
sobre la superficie de la Tierra.
Lo que es horizontal equivale al desencanto
pues sólo lo vertical está a mi alcance.
Pero me libero por el lenguaje
y escapo a través de la palabra
que no tiene dimensiones
ni ubicación precisa
ni exige lealtades,
lo cual me permite ser libre
para cualquier definición:
Judía. Mujer. Poeta.
(Traducción: Blanca Varela)
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