La incapacidad de agradecer
es tu mayor pecado
y también tu virtud:
eres sólo odio.
Respiras sin entender
que la respiración es bella,
tomas los alimentos
sin gozar el sabor de la tierra
y el sudor con que fueron
cultivados.
Certezas que no conozco
te sostienen,
locuras o sentidos oscuros.
No quisiera vivir las noches
que vives.
Allí, cuando todo parece terminar,
el aire entre los árboles
adelanta la muerte,
¿qué ideas te llenan?
¿qué significa para ti
la llegada del sol?
Diario de Poesía N°58, agosto de 2001, Argentina
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