jueves, 16 de septiembre de 2021

27 de abril de 2007 (Fragmentos de un diario) (Edgardo Dobry)

 


 








    

    En el poema "Otra vez, con sentimiento", de Desolación de la Quimera (1962), Cernuda evoca a García Lorca: se siente en la obligación de sustraer su memoria al uso que de ella hace Dámaso Alonso, poeta y académico bien acomodado al franquismo. En el estudio "Una generación poética (1920-1936)" -recogido en Poetas españoles contemporáneos, Madrid, Credos, 1952-, Alonso mencionaba a García Lorca como "mi príncipe". A eso responde Cernuda en "Otra vez...», que termina así:

            ¿Príncipe tú de un sapo? No les basta 
            a tus compatriotas haberte asesinado.

            Ahora la estupidez sucede al crimen.

    En "Epílogo a la 29 edición" de Operación masacre, de 1964, Rodolfo Walsh muestra sorpresa ante el hecho de que la denuncia expresada y documentada en la primera edición de su libro, de 1957, no haya surtido ningún efecto político ni penal: "Pretendía que el gobierno el de Aramburu, el de Frondizi, el de Guido, cualquier gobierno, por boca del más distraído, del más inocente de sus funcionarios, reconociera que esa noche del 10 de junio de 1956, en nombre de la República Argentina, se cometió una atrocidad. Pretendía que, a esos hombres que murieron, cualquier gobierno de este país le reconociera que la justicia los maté por error, por estupidez, por ceguera, por lo que sea (...) En eso fracasé. Aramburu ascendió a Fernández Suárez [el comisario que había ordenado los fusilamientos de inocentes en la "operación masacre]; no rehabilitó a sus víctimas..."

    En el poema de Cernuda, "la estupidez sucede al crimen"; en el texto de Walsh, el crimen surgido de la estupidez es validado por quienes premian a los culpables e ignoran a las víctimas. En ambos casos, la imbecilidad es la cara alevosa del delito. En ambos casos, también, la ingenuidad vuelve a aparecer como uno de los motores, acaso el principal, de la literatura.


   Diario de Poesía N°76, mayo a agosto de 2008, Buenos Aires.


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