viernes, 7 de agosto de 2020

Esperanza (Vladímir Maiakovski)


Devolvedme el corazón,                                                   
y la sangre hasta mis últimas venas!
¡Llenadme el cráneo de ideas!
Yo no he vivido del todo mi vida,
sobre la tierra.
Yo no he acabado de amar del todo.
Yo fui de dos metros de estatura.
¿Para qué quiero esta altura?
Para este trabajo,
        se puede ser de una pulgada.
Me pasé la vida arañando con la pluma,
en un cuartucho de dos metros,
armado con anteojos,
        en una pieza-estuche.
Yo haré gratis todo lo que quieran,
limpiaré,
                lavaré,
                            cuidaré,
                                          barreré.
Podría servir aunque no sea más que de portero.
¿Ustedes tienen porteros?
Yo fui alegre a veces,
                        pero que puedo hacer con esta alegría,
si nuestra desgracia es insondable.
Ahora,
           todos en seguida muestran los dientes
para morder,
                       o para ladrar.
Por si poco fuera este dolor,
por si poco fuera nuestra pena.
¡Llamadme!
Yo trataré de entretenerlos,
con charadas e hipérboles,
con alegorías,
                         o con el malabarismo de mis versos.
Yo he amado en la vida.
No vale la pena recordarlo.
¿Duele?
               ¡Qué importa!...

Viviremos cuidando nuestras penas.
Yo amo también a los animales.
¿Ustedes tienen jaulas con animales?
Dadme un puesto de guardián de fieras.
Yo amo a las fieras.
                          Cuando veo un perrito,
aquí en la panadería hay uno,
                                    todo peladito,
soy capaz de arrancarme mi propio hígado,
y decirle, toma,
            come,
no me da lástima, querido.


Traducción de Lila Guerrero, Antología de  la poesía universal, Centro Editor de América Latina, 1968.







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