viernes, 23 de agosto de 2019

un día me mataron

un día me mataron y no se dieron cuenta.
no fueron a velarme y tampoco me enterraron.
yo hubiera preferido - lo dije alguna vez, estoy seguro -
un buen fuego de mis carnes y mis huesos,
sin un cura fracasado representando viejas farsas
frente al féretro esperando al crematorio,
con su responso mal leído y su agüita al aire
de destino poco cierto por su mala puntería, 
parkinson mediante o torpeza senil,
sin querer darle el bautismo a nadie 
que no era el caso, y sus babas tristes 
cayendo sobre su sotana arrugada, 
vieja y sucia. yo hubiera preferido, 
simplemente,
lo digo hoy que ya estoy muerto,
una prolija desaparición de mis cenizas 
haciendo rulos con un sentido cierto 
en el agua incierta del inodoro 
al apretar el botón o tirar 
de la prehistórica cadena.




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