nave
soledad absoluta por mares y desiertos
nunca me lo dijo
no me hablaba
por miedos tontos fríos desamparos
absolutas cobardías
y tampoco me contó nada que no fuese
historia
barco
compañías ciegas sordas sombras
por los cielos o las aguas
nunca me lo dijo
no me hablaba /
me asomaba a sus adentros por las rendijas de los ojos
pero no podía encontrarlo ni asomarme a sus dolores
me cabía la tristeza entonces en la palma de la mano
y en los bolsillos
y también se me escapaba por un agujerito hasta los pieses
y entre los dedos también
se me escapaba
y no llegué a saber si él - tan él como yo mismo -
tan parecido a mí
que entre mis cosas y en mis ropas del alma y armaduras rotas
cabría como yo perfectamente
sería como desdicha en mis zapatos
y por lo tanto yo
-corazón imagen espejo y brumas-
tampoco le decía más que buenos días
buenas tardes lindo día y hasta me parecía
entrarme
o entrarnos cada uno por su lado
en la copia malhadada de un poema de juan gelman
o en un apunte surrealista nada subversivo
desgajado de un ferrer muy mal y tangamente
en un runrún avallejado indigno de esas artes
que no cabía en nuestras cosas o silencios
que no se conjugaba en nuestras sangres ni con versos
digo yo
me parecía
como la noche
que yo era o se venía
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