lunes, 30 de noviembre de 2015

delación (sergio beleiro)

   Lo delató porque el silencio le dolía como una piedra en la garganta.
   O fue una suma de silencios.
   Cierta falta de confianza.
   No pensó nunca que él quiso protegerla y no estaba segura de que realmente la amara.
   Lo delató porque, duda sobre duda, se le hizo una carga insoportable y sin sentido.
   No hubo un secreto que él le hubiera confiado al que aferrarse y guardar, ni una carta que le diera para esconder y que pudiera en ese momento ocultar frente a las peores circunstancias, frente a lo que pudiera pasar.
   La hora fue dura, no sabía nada, ni verdad ni mentira.
   La vida era algo que defender sin armas ni estrategias. Pero, realmente, lo delató porque el silencio le dolió como una piedra en la garganta, porque la duda inventa gestos inútiles y vanos de los que uno se arrepiente siempre tardíamente.
   Lo delató porque no podía hacer otra cosa.

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