lunes, 29 de julio de 2019

panqueques (sergio beleiro)


                Los panqueques siempre fueron un problema.
                A mis viejos les gustaban con azúcar y a mí, fruto de un descubrimiento feliz en casa de mi tía, con dulce de leche.
                Ganaban ellos y el azúcar era la única asistente en esas tardes de alegría.
                Pero el problema mayor era otro, u otra, mi vieja.
                No podía nunca dejar de enojarse mientras los hacía.
                Sufría al ver... no, mejor dicho, al no ver crecer la pila de panqueques en el plato.
                Acosada por mi viejo y por mí, piratas con azucarera en mano y las manos prestas al ataque por la espalda, era poner un panqueque en el plato para que desapareciera sin llegar a entibiarse.
                Para ella era una historia que venía desde lejos y hace tiempo, que se repetía una y otra vez con pocas diferencias.
                Había cambiado de país y de sartenes, de paisaje y comensales, para muchos años después con nosotros como amigos-enemigos traicioneros seguir enojándose.
                No había forma de hacer crecer la pila hasta que los depredadores se hartaran del manjar o hicieran una pausa digestiva, recompusieran fuerzas y volvieran al abordaje.
                Su cambio había sido más que un cambio de país, de estado civil y ocupaciones, o una reducción de hambrientos y angurrientos a los que alimentar.
                En España, cocinaba para más de una docena, aunque la cocina no le gustaba demasiado y permanecía en su vida, ya llegada la mía, casi como una obligación adquirida, una desgracia inevitable o un atavismo vaya uno a saber de qué clase.
                Ayer, allá a lo lejos, rodeada de sus hermanos y mi abuelo, ya sufría como una madre, desbordada o sin poder, viéndolos cazar al vuelo sus planos y simples manjares junto al fuego de la cocina económica, armados con sus manos, la cuchara y el azúcar, para en vuelo rasante espolvorearlos y a la boca.





No hay comentarios:

Publicar un comentario