Alguno me dice
“pariente
tu poesía es muy feliz.
Eres un optimista
lo que escribes no es real”.
Yo miro entonces al futuro cadáver
huelo su descomposición inevitable
escucho los inútiles rezos
las fatuas novenas
y sonrío
(en estos
y en tantos otros casos
lo inteligente es callar)
De todos modos,
¿qué podría decirle?
¿Que ya lo sé?
¿Que no lo he notado?
¿Que yo mismo reniego de mí?
Pero no
para qué.
Mi único mérito consiste
en saber que nos estamos muriendo
y en actuar
como si eso no importara.
Del libro Ciudades interiores.
Tomado de: http://www.laraizinvertida.com/detalle.php?Id=1845
No hay comentarios:
Publicar un comentario