Un ente de razón. Un dios sin criterio reparte pastillas y píldoras entre idiotas, insensatos y tristes. La furia epidérmica se templa con insulina y la locura se desuella con la verdad del pentotal.
Nada es vano en las sombras que acoge la luz.
Nada es artificial en la esencia de la piedra.
Nada esconde el temor de ahogarse en el agua tofana.
El hálito de los narcotizados es plúmbeo. Extirpar el verbo es desvanecer el tiempo. Esta no es mi voz. No es mía esta boca de sonidos ondulantes y viscosos.
¿Quién habla por mí en la edad del sueño?
¿Quién toma prestada la voz con la que amé o maldije alguna vez?
¿Quién nombra el mundo en mi ausencia?
Esta no es mi voz. pero me escucho entre murmullos.
Pertenece a " Interrogatorio en el psiquiátrico de volterra II" publicado en Diario de Poesía Nº83 (diciembre de 2011, Argentina).
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