He desplegado mi orfandad
sobre la mesa, como un mapa.
Dibujé el itinerario
hacia mi lugar al viento.
Los que llegan no me encuentran.
Los que espero no existen.
Y he bebido licores furiosos
para transmutar los rostros
en un ángel, en vasos vacíos.
Poema del libro Los trabajos y las noches, 1965.
Tomado de Poemas, antología. Centro Editor de América Latina, 1982.
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