un hombre extraviado en la inseguridad de sus horas
un niño que ayer no se dio cuenta y después
ya era tarde
un señor gris y sin sombrero que sin embargo
no va a pedir perdón
ni por sus actos ni por tanta hora perdida
tampoco
por su ignorancia ni por su declive inexorable
porque a nadie le debe una excusa
salvo a sí mismo y en tal caso
tampoco puede perdonarse
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