martes, 19 de abril de 2016

sé que nunca

sé que nunca voy a vencer al niño
y que nunca podrá vencerme
que tantos años de lucha sin tácticas ni estrategias
nos han llevado simplemente a un punto sin retorno
en un tiempo ya pasado en un momento
del que no nos dimos cuenta
un punto o raya o signo 
que no supimos reconocer
y que tampoco queremos aceptar /
si nos hemos influido mutuamente
no ha sido para bien
se nota en la sonrisa perdida del niño
y en mi perdida compostura algunas veces 
pero este empate técnico
estas tablas que nos impone
la quietud de los caballos y los peones
ante las miradas exhaustas de unos reyes grises y sin damas
es una derrota indefinida pero sin atenuantes
una pérdida del futuro y del presente
la perpetuidad de un niño descolocado
siempre un paso más allá de las niñeces y los juegos
y de un hombre tan fuera de lugar e ingenuo como el chico
mucho más acá de sus temores vergüenzas y tropiezos  

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