no viajés
a bordo de la nave
del silencio
en la noche de los mares
muertos
ni navegués los ríos
que se desbordan
en parajes sombríos
entre fantasmas y dolor
no tentés al destino
ni a las imágenes
porque los espejos
sólo devolverán tu rostro
y el peor de tus gestos
no te dejés arrastrar
por tu propio desvarío
o las viejas cicatrices
ni por
la tiranía de la furia
no juzgués al mundo
por el cariz de tus despojos
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