como no se pudo anoche en las estrellas
ni en los ojos del timonel
ni en el tenor de las plegarias
lo que nos dará la mañana
no se puede saber nada
en la quietud que todo lo grava
ni en los sueños de la hechicera
que mira desde la proa
lejanos horizontes
el capitán,
como un fantasma de esta nave,
no lo dice y la razón
no es su lengua cercenada
en cruel venganza
ante falsas
y verdaderas delaciones
estamos más allá de todo
fuera de los mapas y la historia
fuera de los vientos
fuera de los sueños
lejos de las estrellas
y de sus imaginarias direcciones
más allá de las leyendas
y muy lejos de cualquier playa
que pudiera avizorarse
para el naufragio inevitable
navegamos sin bandera
ni rumbo
con miedo
y sin esperanza
algunos piensan, sobre cubierta
y en las entrañas de esta nave,
que el barco mismo es
una antigua alucinación
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