martes, 23 de noviembre de 2021

No estás (Dane Zajc)


 











No estás en la voz del viento, ni en las montañas dispersas,
ni en la flor; y si cantan los pájaros, no te cantan a ti, 
ni en la desnudez de la tierra, ni en el denso olor del pasto,
y si cultivas rosas para que te perfumen, las rosas perfuman para ellas,
y si trazas una calle, la calle te hablará de ella,
y si construyes tu casa, y la llenas con objetos caros, 
algún día te recibirá como a un extraño
y los objetos hablarán en su propia lengua,
burlándose de ti.

Es mentira que el arroyo sea para calmar tu sed,
y que el río sea para bañarte en su refrescante lecho.
Es mentira que las cosas vayan a consolarte con recuerdos amables,
porque algún día todo tu mundo se levantará en rebelión.

Algún día las cosas cambiarán de nombre,
entonces la piedra será odio, el viento, horror,
la calle, temor, los pájaros te picotearán la frente,
te quemarán con los clavos de sus voces, el río será desesperación,
tus objetos serán tu culpa y tus acusadores.
El mundo estará perdido. El mundo no tendrá nombre.

Entonces tendrá que darte lo mismo. Te sentarás en un rincón abandonado.
Cerrarás los ojos para no ver nada. Sobre todo para no ver 
tu perdición en la perdición del mundo agotado.
Para que no se te ocurra pensar que algo debes 
hacer, que en algún sitio debes pararte sobre tus dos piernas,
que serán delgadas como las patas de los opiliones. 
Sólo tu cabeza será grande. Tu cabeza, que florecerá 
blanca como la magnolia. Buscarás largo tiempo en la blanca gruta de la boca un nombre para ti,
pero entonces será mejor que encuentres un nombre para el final
más que un nombre para continuar.


Traducción de Florencia Ferre, Diario de Poesía N°79.

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