jueves, 3 de mayo de 2018

Edith Conant (Edgar Lee Masters)

Estamos por acá -nosotros, los recuerdos;
Se nos empañan los ojos, nos espanta leer:
"Junio 17, 1884, edad: 21 años y 3 días."
Todo ha cambiado.
Y nosotros -nosotros, los recuerdos, parados aquí, librados a nosotros mismos,
Sin que nadie lo note, ni sepa por qué estamos acá.             
Tu marido murió, tu hermana vive lejos,
Tu padre, abatido por los años,
Te olvidó, y apenas si abandona la casa
Cada tanto.
Nadie recuerda tu rostro exquisito,
Ni tu lírica voz.
Cómo cantabas -aún esa mañana en que fuiste golpeada-
Con dulzura penetrante, con pena conmovedora,
Antes de la llegada del niño que murió contigo.
Todo está olvidado, salvo por nosotros, los recuerdos
Olvidados por el mundo.
Todo cambió, excepto el río y la colina-
Incluso ellos cambiaron.
Solo el ardiente sol y las estrellas silenciosas son los mismos.
Y nosotros -nosotros, los recuerdos, permanecemos aquí, anonadados,
Cerrados nuestros ojos en el cansancio de las lágrimas-
En el cansancio inmensurable.


Versión de Isaias Garde tomada de http://elmundoincompleto.blogspot.com.ar/search?q=edgar+lee+masters


Apartamos los ojos porque nos da miedo leer:
"17 de junio de 1884. 21 años y 3 días".
Todo ha cambiado.
Nosotros, los recuerdos, seguimos aquí, solos,
pues no hay ojo que pueda vernos ni saber por
qué estamos aquí.
Tu marido ha muerto. Tu hermana vive lejos.
A tu padre ya le dobla la edad.
Te ha olvidado, apenas
si sale su de casa.
Nadie que recuerde tu rostro delicado,
tu voz aflautada,
ni cómo cantabas, incluso la mañana en que te hirió
el intenso dulzor de un dolor palpitante
hasta la llegada del hijo que murió contigo.
Todo está olvidado, salvo por nosotros, los recuerdos,
que hemos sido olvidados por el mundo.
Todo ha cambiado, salvo el río y la colina...
Pero también ellos han cambiado.
Solo el sol ardiente y las plácidas estrellas son iguales.
Y nosotros, nosotros, los recuerdos, seguimos aquí, aterrados,
los ojos anegados por el el cansancio de las lágrimas,
con un inmenso cansancio.



Antología de Spoon River (Edición completa), Bartleby Editores, 2012. Trad. Jaime Priede. 
Tomada de http://adriancuassolo.blogspot.com.ar/2013_11_22_archive.html



WE stand about this place—we, the memories; 
And shade our eyes because we dread to read: 
“June 17th, 1884, aged 21 years and 3 days.” 
And all things are changed. 
And we—we, the memories, stand here for ourselves alone,         5
For no eye marks us, or would know why we are here. 
Your husband is dead, your sister lives far away, 
Your father is bent with age; 
He has forgotten you, he scarcely leaves the house 
Any more.  10
No one remembers your exquisite face, 
Your lyric voice! 
How you sang, even on the morning you were stricken, 
With piercing sweetness, with thrilling sorrow, 
Before the advent of the child which died with you.  15
It is all forgotten, save by us, the memories, 
Who are forgotten by the world. 
All is changed, save the river and the hill— 
Even they are changed. 
Only the burning sun and the quiet stars are the same.  20
And we—we, the memories, stand here in awe, 
Our eyes closed with the weariness of tears— 
In immeasurable weariness!


Tomado de http://www.bartleby.com/84/185.html


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