El inspector ya desgarró el boleto
Lo que me espera en casa
no son malas noticias
ni un buen trago de raki
Lo que me espera es la separación
y hacia ella me encamino
sin tristeza y sin miedo
La gran noche ha llegado junto a mí
y ahora ya puedo contemplar al mundo
tranquilo y sin agitación
Ahora no me asombra la doblez del amigo
cuando me hunde el puñal mientras me da la mano
Ya la provocación enemiga no me hiere
He pasado por bosques llenos de ídolos
golpeándolos con mi hacha
¡Cómo se desplomaban fácilmente!
He analizado todas mis creencias
y algunas felizmente no eran falsas
Jamás he sido tan centelleante
y jamás fui tan libre
La gran noche ha llegado junto a mí
y ahora ya puedo contemplar al mundo
tranquilo y sin agitación
Levanto la cabeza por sobre la labor
De pronto ante mí surgen
una frase, un perfume, un gesto del pasado
La frase es buena
soberbio es el perfume
y la que me hace señas con la mano es mi amada
Ahora la atracción de los recuerdos
no me entristece más
De los recuerdos no me quejo
no me quejo de nada
Ni de este corazón que me golpea
como un inmenso diente
La gran noche ha llegado junto a mí
y ahora ya puedo contemplar al mundo
tranquilo y sin agitación
Ya ni las pretensiones del ministro
ni la obsecuencia de su secretario
me afectarán de ahora en adelante
Por sobre mi cabeza
echo luz en las copas
Puedo mirar al sol
con los ojos abiertos
Quizá es lamentable
pero ni la más bella de las fábulas
puede ya ilusionarme
Ya las palabras no me embriagan
Ni las ajenas ni las mías
Así es mi amada
La muerte ha llegado junto a mí
El mundo me parece más hermoso que nunca
El mundo era mi ropa
era mi traje
y ahora me desvisto
Yo era el vidrio de un tren
y ahora soy la puerta sin llave
Era el corazón de la casa
y ahora soy la puerta sin llave
A los huéspedes amo más que nunca
Más que nunca el calor es amarillo
Y más blanca que nunca está la nieve
Tomado de "El gigante de ojos azules y otros poemas", Centro Editor de América Latina, 1983, selección y estudio preliminar de Daniel Freidenberg.
El poema pertenece al libro "Duro oficio el exilio" y la traducción de ese libro y, por lo tanto del poema, la efectuó Alfredo Varela con la colaboración del propio autor en base a versiones francesas debidas a la esposa del autor Munnever y C. Dobynski, según hace notar en su estudio D.F.
bellisimo ...muchas gracias...
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