miércoles, 9 de diciembre de 2015

versos sin sentido

   Al descubrir a los surrealistas, un poco más allá de la adolescencia, y frecuentar un poco la obra de algunos de sus autores, me di cuenta de que no siempre era necesario buscarle el sentido a lo que leía, fuera surrealismo u otra cosa.
   Lo que leemos como lo que vivimos puede no tener sentido.
   Hay hechos que no lo tienen, hay vidas que no lo tienen.
   En cuanto a la poesía y a lo que a mí respecta, creo que hay cosas que deben investigarse y otras que no, aunque se pueda investigar todo y cada uno pueda tener el derecho, el deber o la necesidad de hacerlo.
   Soy, sobre todo, un lector y leo más por placer que para aprender; aunque para alguien que intenta escribir, la curiosidad por las cosas del oficio debería ser primordial, decidí no hacerme demasiadas preguntas ni problemas cuando algo me gusta y disfrutarlo sin más ni más.
   ¿Qué me quiso decir tal con tal y tal cosa?  A lo mejor nada, en una de ésas todo, podía estar jugando, cruzando palabras por no cruzar los brazos, se podía estar ejercitando como cuando la soprano modula en el camarín, antes de salir a escena, en plan calentamiento. La única manera de conocer el significado de estos versos o poemas "problemáticos", sería preguntarle a sus autores y confiar en que lo sepan y no nos mientan o nos den una dudosa explicación como la que escribió Poe en relación a la redacción de su cuervo. Además, no todos los creadores están vivos y los vivos, en su mayor parte, nos resultarían inaccesibles.
   Escribí algo hace mucho tiempo, un poema o su intento. Unos cuantos versos seguros y otros no tanto. Lo fui puliendo durante unos días. Corté, agregué, cambié. Estaba muy seguro del sentido general y de sus versos. Hoy, al leerlo otra vez, se conserva bien, lo entiendo como si lo hubiera escrito ayer, pero...pero un verso me salta directamente al medio de la frente, me muestra unas palabras y éstas me sorprenden. ¿Qué quise decir con ésto? Vuelvo a pensar. Había una razón. No sólo eso, en su momento, me pregunté si quien lo leyera podría entenderlo y, sin contestarme, lo dejé tal como estaba. Hoy no sé qué quise decir. Al final, soy yo el lector que no le encuentra sentido al asunto. Sin embargo, me suena bien y vuelvo a dejarlo.
   ¿Por qué buscarle un sentido a un verso que puede o no tenerlo? ¿No será perder el tiempo, iniciar una autopsia que puede terminar desgarrándolo todo y acabando con la belleza o el misterio con que nos atrajo? ¿No será precisamente ese misterio lo mejor de todo este asunto?
   Estoy hablando de un poema o un verso, pero puede ser de una pintura o de cualquier otro tipo de expresión artística.
   A veces es suficiente recibir su magia y no buscarle la quinta pata al gato, so pena de perder el gusto por la magia, el mago, el conejo o la paloma y la galera.
   No todas las cosas tienen sentido.
   Ni hablar del sentido que se pueda querer rastrear después de la traducción de unos versos extraños.
   Una imagen incandescente, estrafalaria, imprevista, nacida de una estocada del delirio, puede ser más que un poema redondito y cerebral, que pueda ser diseccionado y comentado.
   
   Me quedo con esas cosas.

   Me quedo con cosas como:

   mi mujer con pantorrillas de médula de saúco
   mi mujer con pies de iniciales
   con pies de manojos de llaves con pies de pájaros en el momento de beber
   (andré breton)

   y las muñecas tan sangrantes están
   de llorar
   (l.a.spinetta)

   los cabellos blancos de las piedras. los cabellos negros de las aguas. los cabellos verdes de los niños. los cabellos azules de los ojos.
   (jean arp)

   Se fuga la isla.
   Y la muchacha vuelve a escalar el viento
   y a descubrir la muerte del pájaro profeta.
   (alejandra pizarnik)

   I, púrpuras, salivazo sangriento, reír de labios bellos
   en la cólera o en las embriagueces penitentes
   (I, pourpres, sang craché, rire des lèvres belles
   Dans la colère ou les ivresses pénitentes)
   (arthur rimbaud)


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