Al descubrir a los surrealistas, un poco más allá de la
adolescencia, y frecuentar un poco la obra de algunos de sus autores, me di
cuenta de que no siempre era necesario buscarle el sentido a lo que leía, fuera
surrealismo u otra cosa.
Lo que leemos como
lo que vivimos puede no tener sentido.
Hay hechos que no
lo tienen, hay vidas que no lo tienen.
En cuanto a la
poesía y a lo que a mí respecta, creo que hay cosas que deben investigarse y
otras que no, aunque se pueda investigar todo y cada uno pueda tener el
derecho, el deber o la necesidad de hacerlo.
Soy, sobre todo, un
lector y leo más por placer que para aprender; aunque para alguien que intenta
escribir, la curiosidad por las cosas del oficio debería ser primordial, decidí
no hacerme demasiadas preguntas ni problemas cuando algo me gusta y disfrutarlo
sin más ni más.
¿Qué me quiso decir
tal con tal y tal cosa? A lo mejor nada,
en una de ésas todo, podía estar jugando, cruzando palabras por no cruzar los
brazos, se podía estar ejercitando como cuando la soprano modula en el camarín,
antes de salir a escena, en plan calentamiento. La única manera de conocer el
significado de estos versos o poemas "problemáticos", sería
preguntarle a sus autores y confiar en que lo sepan y no nos mientan o nos den
una dudosa explicación como la que escribió Poe en relación a la redacción de
su cuervo. Además, no todos los creadores están vivos y los vivos, en su mayor
parte, nos resultarían inaccesibles.
Escribí algo hace
mucho tiempo, un poema o su intento. Unos cuantos versos seguros y otros no
tanto. Lo fui puliendo durante unos días. Corté, agregué, cambié. Estaba muy
seguro del sentido general y de sus versos. Hoy, al leerlo otra vez, se
conserva bien, lo entiendo como si lo hubiera escrito ayer, pero...pero un
verso me salta directamente al medio de la frente, me muestra unas palabras y
éstas me sorprenden. ¿Qué quise decir con ésto? Vuelvo a pensar. Había una
razón. No sólo eso, en su momento, me pregunté si quien lo leyera podría
entenderlo y, sin contestarme, lo dejé tal como estaba. Hoy no sé qué quise
decir. Al final, soy yo el lector que no le encuentra sentido al asunto. Sin
embargo, me suena bien y vuelvo a dejarlo.
¿Por qué buscarle
un sentido a un verso que puede o no tenerlo? ¿No será perder el tiempo,
iniciar una autopsia que puede terminar desgarrándolo todo y acabando con la
belleza o el misterio con que nos atrajo? ¿No será precisamente ese misterio lo
mejor de todo este asunto?
Estoy hablando de
un poema o un verso, pero puede ser de una pintura o de cualquier otro tipo de
expresión artística.
A veces es
suficiente recibir su magia y no buscarle la quinta pata al gato, so pena de
perder el gusto por la magia, el mago, el conejo o la paloma y la galera.
No todas las cosas
tienen sentido.
Ni hablar del
sentido que se pueda querer rastrear después de la traducción de unos versos
extraños.
Una imagen
incandescente, estrafalaria, imprevista, nacida de una estocada del delirio,
puede ser más que un poema redondito y cerebral, que pueda ser diseccionado y
comentado.
Me quedo con esas
cosas.
Me quedo con cosas
como:
mi mujer con
pantorrillas de médula de saúco
mi mujer con pies
de iniciales
con pies de manojos
de llaves con pies de pájaros en el momento de beber
(andré breton)
y las muñecas tan
sangrantes están
de llorar
(l.a.spinetta)
los cabellos
blancos de las piedras. los cabellos negros de las aguas. los cabellos verdes
de los niños. los cabellos azules de los ojos.
(jean arp)
Se fuga la isla.
Y la muchacha
vuelve a escalar el viento
y a descubrir la
muerte del pájaro profeta.
(alejandra
pizarnik)
I, púrpuras,
salivazo sangriento, reír de labios bellos
en la cólera o en
las embriagueces penitentes
(I, pourpres, sang
craché, rire des lèvres belles
Dans la colère ou
les ivresses pénitentes)
(arthur rimbaud)
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