sábado, 29 de marzo de 2025

El príncipe (Pier Paolo Pasolini)









 «Al príncipe»

Si regresa el sol, si cae la tarde,
si la noche tiene un sabor de noches futuras,
si una siesta de lluvia parece regresar
de tiempos demasiado amados y jamás poseídos del todo,
ya no encuentro felicidad ni en gozar ni en sufrir por ello:
ya no siento delante de mí toda la vida…
Para ser poetas, hay que tener mucho tiempo:
horas y horas de soledad son el único modo
para que se forme algo, que es fuerza, abandono,
vicio, libertad, para dar estilo al caos.
Yo, ahora, tengo poco tiempo: por culpa de la muerte
que se viene encima, en el ocaso de la juventud.
Pero por culpa también de este nuestro mundo humano
que quita el pan a los pobres, y a los poetas la paz.

De: La religión de mi tiempo, 1961
Traducción de: Delfina Muschietti


Poema original en italiano

«Al principe»

Se torna il sole, se discende la sera,
se la notte ha un sapore di notti future,
se un pomeriggio di pioggia sembra tornare
da tempi troppo amati e mai avuti del tutto,
io non sono più felice, né di goderne né di soffrirne:
non sento più, davanti a me, tutta la vita…
Per essere poeti bisogna avere molto tempo:
ore e ore di solitudine sono il solo modo
perché si formi qualcosa, che è forza, abbandono,
vizio, libertà, per dare stile al caos.
Io tempo ormai ne ho poco: per colpa della morte
che viene avanti, al tramonto della gioventù.
Ma per colpa anche di questo nostro mondo umano,
che ai poveri toglie il pane, ai poeti la pace.

lunes, 24 de febrero de 2025

De Historias fingidas y verdaderas (Blas de Otero)

 

















Indescifrable 16

Verdaderamente es difícil comprender qué sentido puede tener la muerte de un muchacho de dieciséis años (apenas unas pálidas imágenes retiene mi memoria), absurdamente arrancado por una enfermedad que pocos años más tarde se hubiera eliminado de inmediato. De todas formas, un asesinato bien claro, testificado por médicos y cura irrecusables.
A continuación, el sentido salta a la vista pues no se reduce al mayor o menor número de familiares defraudados, sino a la menor o mayor cantidad de antibióticos que se irían descubriendo al paso del entierro.


Finito

Cuando yo muera, el cartero continuará trayéndome cartas durante algunos días. Y yo contestaré a esas cartas, poniendo fecha atrasada.
Cuando yo muera, el aire saldrá a la calle y yo iré a verle a su casa, y me dirán que no hay nadie.
Cuando yo muera, el mundo seguirá dando que hablar con sus pequeños sucesos y sus grandes problemas, y yo susurraré bajo la tierra la solución ayer.
Cuando yo muera, por fin no tendré necesidad de hacer más poemas, lo que me producirá un descanso infinito.


La salud

Si tenemos el alma en la mano, si estamos dentro de nosotros mismos, y miramos despacio, y hablamos moviendo apenas el pensamiento, si ocurre todo esto corrientemente, podemos decir me encuentro bien, estamos bien, gracias, tenemos salud.
Ah los poemas que leía a los trece años, el aire azul en la pared, los versos que se sentían sin ningún propósito definido, es un ejemplo también de salud, en aquellos momentos me sentía bien, gracias, tenía salud.
Ahora todo es distinto, el tiempo es irreversible, las ventanas se mueven con el fuerte viento, un idiota diría que se estremecen, hacemos todo lo posible por impedir el sectarismo, proponen la iniquidad, oís, pero dejadme la salud, la enfermedad infantil de intentar que ustedes sigan bien.


Con un poco más

A fin de cuentas, ¿qué es la soledad? Los poetas nos hablan de la soledad en versos más o menos sinceros y de un intenso sabor a sucedáneo. Expulsemos a los poetas de la soledad, a ver si aclaramos un poco la pregunta. Entiendo muy bien qué expresan los términos soledad metafísica, vacío cósmico y otros tan curiosos como estos, para tomarlos en consideración más allá de lo normal. Alrededor de la soledad se han esbozado demasiados conceptos, queriendo cegar con una mano el vacío que dejó la otra. El yo, por su misma configuración, deviene en hoyo, en vacío, al extrañarse del tú y quedar desterrado del nosotros.
Es lo que quería decir con un poco más de sencillez.


De Historias fingidas y verdaderas, Alianza Editorial, Madrid, 1980.



viernes, 31 de enero de 2025

Para vivir aquí (Paul Éluard)

 

Retrato de Paul Éluard. Salvador Dalí. 
Fundació Gala - Salvador Dalí.
























Yo encendí un fuego cuando me abandonó el azur,
Un fuego para ser su amigo,
Un fuego para entretenerse en la noche de invierno,
Un fuego para vivir mejor.

Yo le di lo que el día me había  dado:
Los bosques, las zarzas, los campos de trigo y las viñas,
Los nidos y sus pájaros, las casas y sus llaves,
Los insectos, las flores, las pieles y las fiestas.

Viví  al solo ruido de llamas crepitantes.
Al solo perfume de su calor;
Yo era como una barca bajo el agua cerrada,
Como un muerto tenía un único elemento.


Traducción de María Teresa León y Rafael Alberti.
Tomado de Poemas (1917-1952), Paul Eluard, Editorial Quetzal, Argentina, 1975.




Hice un fuego, lo azul me había abandonado,
Un fuego para ser su amigo,
Un fuego para entrar en la noche invernal,
Para vivir mejor.

Y le di todo aquello que el día me hubo dado:
Los bosques, los zarzales, los trigales, las viñas,
Los nidos y sus pájaros, las casas y sus llaves,
Los insectos, las flores, los armiños, las fiestas.

Viví con el rumor de las llamas crujientes.
Con el perfume de su ardor;
Yo como un barco iba por el agua prohibida,
Como un muerto no tuve más que un solo elemento.

Traducción de  Raúl Gustavo Aguirre. 



Hice un fuego, el azur me había abandonado,
Un fuego para ser su compañero,
Un fuego para entrara la noche de invierno,
Un fuego para vivir mejor.

Le ofrecí lo que el día me había dado:
Los bosques, los matorrales, los campos de trigo, las viñas,
Los nidos y sus pájaros, las casas y sus Ilaves,
Los insectos, las flores, las pieles, las fiestas.

Viví en el solitario ruido de llamas crepitantes,
En el solitario perfume de su ardor;
Yo era como un barco que se hunde en el agua inaccesible,
Como un muerto sólo tenía un único elemento.



Traducción de Camilo Fernández Cozman.



Pour vivre ici (1918)

Je fis un feu, l’azur m’ayant abandonné,
Un feu pour être son ami,
Un feu pour m’introduire dans la nuit d’hiver,
Un feu pour vivre mieux.

Je lui donnai ce que le jour m’avait donné:
Les forêts, les buissons, les champs de blé, les vignes,
Les nids et leurs oiseaux, les maisons et leurs clés,
Les insectes, les fleurs, les fourrures, les fêtes.

Je vécus au seul bruit des flammes crépitantes,
Au seul parfum de leur chaleur;
J’étais comme un bateau coulant dans l’eau fermée,
Comme un mort je n’avais qu’un unique élément.



sábado, 25 de enero de 2025

sólo vine a ver el jardín (Alejandra Pizarnik)


 











sólo vine a ver el jardín.
tengo frío en las manos.
frío en el pecho.
frío en el lugar donde en los demás se forma el pensamiento.
no es éste el jardín que vine a buscar
a fin de entrar, de entrar, no de salir.

por favor, no creas que me lamento.
si comprendieras la voluptuosidad de comprobar.

me amaron, a lo menos eso dijeron.
muchos me amaron porque no soy parecida más que a mí
y por otros imponderables más bellos que la sonrisa de la Virgen de las Rocas.
yo, ahora, creo amar y me siento acabada, epilogada.
¿cómo aprender los gestos primarios
de las pasiones elementales?

No me consuela


Copiado de dos hojas manuscritas sueltas de cuaderno. 1972.


El poema fue tomado de Textos de sombra y últimos poemas. Editorial Sudamericana. 1985.
La fotografía fue copiada de la contratapa del libro donde figura como Fotografía de Enrique Pezzoni, 1967.

sábado, 4 de enero de 2025

Dos poemas (Rei Berroa)













VII

Ni siquiera un trozo
de esperanza
para darle a los mojados
por la luna
y enseñarle al hombre entero
cómo suena el hambre
cuando cuelga en las paredes
y no sirve para nada la sintaxis
y la física se queda en el retrete
aprendiendo geografía
y el que gana el premio Nóbel
enumera sus inútiles versículos
y la historia se derrite en el duodeno
y me vienen los poetas y me dicen
que están a mi favor.

Habrá que aprender
de nuevo a dividir.


XVII

Pero no pudo
conservar
su inocencia
y a ésta
la hemos encontrado
corriendo por las plazas
buscando
plantar su desnudez
en otro Dios
que le sirviera
mejor
para la vida.


Libro de los fragmentos, Ediciones Ultimo Reino, Buenos Aires, 1989.


En Libro de los fragmentos y otros poemas, antología posterior, figuran los poemas anteriores como VIII y XVIII, y este último con el agregado de un verso.

XVIII

Pero no pudo
conservar
su inocencia
y a ésta
la hemos encontrado
corriendo por las plazas
en forma de aguja, de beso o de paloma

buscando
plantar su desnudez
en otro Dios
que le sirviera
mejor
para la vida.

viernes, 3 de enero de 2025

Dos poemas (Anna Ajmátova)






















Tú me has inventado

Tú me has inventado. No existe en el mundo
alguien así. No podría existir.
Ni los médicos curan ni los poetas alivian,
la sombra de un fantasma te perturba día y noche.
Nos encontramos en un año monstruoso,
cuando las fuerzas del mundo se habían agotado,
todo estaba marchito y enlutado por la desgracia,
y solo las tumbas eran frescas.
El talud del Nevá, sin faroles, era negro azabache.
La noche sorda se erguía alrededor, como un muro.
¡Entonces mi voz te llamó!
¡Qué hice! Yo misma aún no lo entiendo.
Y tú llegaste a mí como una estrella conocida,
huyendo del trágico otoño,
hacia aquella casa desolada para siempre,
de donde salió una bandada de poemas incinerados.

1956




Fragmento

Me pareció que las llamas de tus ojos
volarían conmigo hasta el alba.
No pude entender el color,
de tus ojos extraños.
Todo alrededor palpitaba.
Nunca supe si eras mi enemigo, o mi amigo,
y si ahora era invierno o verano.

21 de junio de 1959 Moscú


Versión de Jorge Bustamante García




Nota: Anna nació en Odesa hoy Ucrania.

martes, 17 de diciembre de 2024

sin justificación (sergio beleiro)


 











posiblemente cambie una muerte por otra
mi dolor por otro que impida tu dolor
mis sueños por los tuyos mis despojos
por tu suerte mi silencio por tu boca
mis manos por que sigan tus caricias
mi sed por tu ventura /
es algo que no entiendo
nada nos une salvo lo que siento
nada que me devuelva un poco lo cedido
nada que me haga mejor ante mis ojos
nada que pueda poner en el haber
ante las puertas del infierno
o escribir en un papel 
antes de perderme 
en mi propio olvido /
¿de muerte hablo? 
entonces con cualquier muerte 
ponerle fin a estas palabras
con cualquier poema deslucido
plano 
imbécil 
asesino


La imagen es  Leaning Harlequin de Picasso.