domingo, 15 de septiembre de 2024

Creo que una hoja de hierba (Walt Whitman)


 












Creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano,
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar,
a seis trillones de infieles.

Descubro que en mí,
se incorporaron, el gneiss y el carbón,
el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.
Que estoy estucado totalmente
con los cuadrúpedos y los pájaros,
que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos
y que puedo hacerlo volver atrás,
y hacia mí, cuando quiera.

Es vano acelerar la vergüenza,
es vano que las plutónicas rocas,
me envíen su calor al acercarme,
es vano que el mastodonte se retrase,
y se oculte detrás del polvo de sus huesos,
es vano que se alejen los objetos muchas leguas
y asuman formas multitudinales,
es vano que el océano esculpa calaveras
y se oculten en ellas los monstruos marinos,
es vano que el aguilucho
use de morada el cielo,
es vano que la serpiente se deslice
entre lianas y troncos,
es vano que el reno huya
refugiándose en lo recóndito del bosque,
es vano que las morsas se dirijan al norte
al Labrador.
Yo les sigo velozmente, yo asciendo hasta el nido
en la fisura del peñasco.


Traducción de León Felipe.



Creo que una hoja de hierba no es menos que el camino recorrido por las estrellas,
Y que la hormiga es perfecta, y que también lo son el grano de arena y el huevo del zorzal,
Y que la rana es una obra maestra, digna de las más altas,
Y que la zarzamora podría adornar los salones del cielo,
Y que la menor articulación de mi mano puede humillar a todas las máquinas,
Y que la vaca paciendo con la cabeza baja supera a todas las estatuas,
Y que un ratón es un milagro capaz de confundir a millones de incrédulos.

Siento que en mi ser se incorporan el gneis, el carbón, el musgo de largos filamentos, las frutas, los granos, las raíces comestibles,
Y que estoy hecho de cuadrúpedos y de pájaros,
Y que puedo recuperar cuanto he dejado atrás,
Pero que puedo hacerlo volver cuando se me antoje.

En vano la timidez o la prisa,
En vano las rocas incandescentes arrojan sobre mí su antiguo calor,
En vano el mastodonte se oculta detrás del polvo de sus huesos,
En vano los objetos se alejan leguas y leguas y toman muchas formas,
En el mar se oculta en las cavernas donde tienen su guarida los monstruos,
En vano el buitre tiene por morada el cielo,
En vano la serpiente se desliza entre las lianas y los troncos,
En vano el alce busca las honduras recónditas de la selva,
En vano el cuervo marino tiende el vuelo hacia el norte, hacia el Labrador,
Lo sigo velozmente, trepo al nido que está en la grieta del peñasco.


Traducción de Jorge Luis Borges



I believe a leaf of grass is no less than the journeywork of the stars,
And the pismire is equally perfect, and a grain of sand, and the egg of the wren,
And the tree-toad is a chef-d'ouvre for the highest,
And the running blackberry would adorn the parlors of heaven,
And the narrowest hinge in my hand puts to scorn all machinery,
And the cow crunching with depressed head surpasses any statue,
And a mouse is miracle enough to stagger sextillions of infidels,
And I could come every afternoon of my life to look at the farmer's girl boiling her iron tea-kettle and baking shortcake.

I find I incorporate gneiss and coal and long-threaded moss and fruits and grains and esculent roots,
And am stucco'd with quadrupeds and birds all over,
And have distanced what is behind me for good reasons,
And call any thing close again when I desire it.

In vain the speeding or shyness,
In vain the plutonic rocks send their old heat against my approach,
In vain the mastadon retreats beneath its own powdered bones,
In vain objects stand leagues off and assume manifold shapes,
In vain the ocean settling in hollows and the great monsters lying low,
In vain the buzzard houses herself with the sky,
In vain the snake slides through the creepers and logs,
In vain the elk takes to the inner passes of the woods,
In vain the razorbilled auk sails far north to Labrador,
I follow quickly . . . . I ascend to the nest in the fissure of the cliff.


miércoles, 4 de septiembre de 2024

Algunas versiones de La colina (Edgar Lee Masters)


 








La colina

¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,
el abúlico, el forzudo, el bufón, el borracho, el peleador?
Todos, todos están durmiendo en la colina.

Uno se fue por una fiebre,
uno se quemó en una mina,
uno fue muerto en una pendencia,
uno murió en la cárcel,
uno se cayó del puente donde trabajaba para sus hijos y su mujer;
todos, todos están durmiendo en la colina.

¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,
la de corazón sensible, la alma simple, la vocinglera, la orgullosa, la feliz?
Todas, todas están durmiendo en la colina.

Una murió de un parto deshonroso,
una de amor contrariado,
una en manos de un bruto en un prostíbulo,
una de orgullo destrozado, persiguiendo el deseo del corazón,
una que buscó su futuro lejos, en Londres y París,
fue traída a su pequeño espacio junto a Ella y Kate y Mag;
todas, todas están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde están el tío Isaac y la tía Emily,
y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
y el mayor Walker que había hablado
con venerables hombres de la Revolución?;
todos, todos están durmiendo en la colina.

A ellos les trajeron hijos muertos de la guerra
e hijas a quienes la vida había quebrantado,
y sus niños sin padres, llorando;
todos, todos, están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde está el viejo violinista Jones
que jugó con la vida durante noventa años,
desafiando la cellisca con el pecho desnudo,
bebiendo, alborotando, sin pensar ni en mujer ni en parientes,
ni en el oro, ni en el amor, ni en el cielo?
¡Hélo aquí! Charla de las frituras de pescado de hace tiempo,
de las carreras de caballos de hace tiempo en la Alameda de Clary,
de lo que Abe Lincoln dijo
una vez en Springfield.


Traducción de Alberto Girri.
Tomado de Antología de Spoon River, Ediciones Librería Fausto, 1979, Argentina.


La colina 

¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,
el débil de voluntad, el fuerte de brazos, el bromista, el borrachín, el peleador?

Todos, todos están durmiendo en la colina.

Uno falleció en una epidemia,
uno quemado en una mina,
uno murió en una pelea,
uno en la cárcel,
uno cayó de un puente, bregando por sus hijos y su esposa —
todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,
la de buen corazón, la de alma simple, la gritona, la orgullosa, la feliz?

Todas, todas están durmiendo en la colina.

Una murió de un parto deshonroso,
una de amor contrariado,
una a manos de un bruto en un burdel,
una de orgullo deshecho, buscando lo que ansiaba el corazón,
una, al cabo de una vida en Londres y París,
fue llevada a su pequeño lugar por Ella, Kate y Mag —
todas, todas están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde están el tío Isaac y la tía Emily,
y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
y el Mayor Walker que había hablado
con venerables hombres de la revolución?—
todos, todos están durmiendo en la colina.

Les trajeron hijos muertos de la guerra,
e hijas a quienes la vida había destrozado
y a sus hijos huérfanos, llorando —
todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina

¿Dónde está el Viejo Jones, el violinista,
que jugó con la vida sus noventa años,
desafiando la nevisca con el pecho desnudo,
bebiendo, juergueando, sin pensar en familia ni mujer,
ni en el oro, ni el amor, ni el paraíso?

¡Helo ahí! hablando del pescado frito de otros tiempos,
las carreras de caballos de otros tiempos en el bosque de Clary,
de lo que dijo Abe Lincoln
una vez en Springfield.


Traducción de Gerardo Gambolini


La colina del cementerio

¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,
el débil de voluntad, el brazo fuerte, el clown, el ebrio, el peleador?
Todos, todos están durmiendo en la colina.

Uno se fue de fiebre,
uno se quemó en una mina,
uno fue muerto en un molote,
uno murió en la cárcel,
uno cayó del puente donde trabajaba para los chicos y la mujer.
Todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,
la tierno corazón, la alma sencilla, la bulliciosa, la altiva, la feliz?
Todas, todas están durmiendo en la colina.

Una murió de parto vergonzoso,
una de amor desventurado,
una en manos de un bestia en un burdel,
una de orgullo destrozado, persiguiendo el deseo del corazón,
una después de su vida en el lejano Londres y París,
fue traída a su estrecho lote por Ella y Kate y Mag.
Todas, todas están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde están el Tío Isaac y la Tía Emily,
y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
y el Mayor Walker que había hablado
con venerables hombres de la Revolución?
Todos, todos están durmiendo en la colina.

A ellos les trajeron hijos muertos de la guerra,
e hijas destrozadas por la vida,
y sus chiquillos huérfanos, llorando.
Todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

¿Dónde está el viejo violinista Jones,
quien jugó con la vida todos sus noventa años,
desafiando la helada con el pecho desnudo,
bebiendo, alborotando, sin pensar en mujer ni parientes,
ni oro, ni amor, ni cielo?

¡Vedlo! Charlando ahí sobre las fritangas de pescado de hace tiempo,
sobre las carreras de caballos de hace tiempo en la Huerta de Clary,
sobre lo que Lincoln decía
una vez en Springfield.

Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal.


La colina

¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,
El débil de voluntad, el de brazos fuertes, el payaso, el borracho, el peleador?
Todos duermen en la colina.

Uno murió de fiebre,
Uno ardió en una mina,
Uno fue asesinado en una pelea,
Uno murió en prisión,
Uno cayó desde un puente, cuando trabajaba para su mujer y sus hijos-
Todos, todos duermen, duermen, duermen en la colina.

¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,
La de corazón tierno, la de alma simple, la bulliciosa, la orgullosa, la feliz?
Todas, todas duermen en la colina.

Una murió en un parto vergonzoso,
Una a causa de un amor frustrado,
Una en un prostíbulo a manos de un bruto,
Una con su orgullo roto, persiguiendo el deseo de su corazón;
Una, después de una vida alejada en Londres y en París,
Fue traída a este pequeño espacio junto a Ella y Kate y Mag-
Todas, todas duermen, duermen, duermen en la colina.

¿Dónde están el tío Isaac y la tía Emily,
Y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
Y el mayor Walker que había hablado
Con los venerables hombres de la revolución?-
Todos, todos duermen en la colina.

Trajeron a sus hijos muertos en la guerra,
Y a sus hijas aplastadas por la vida,
Y a los huérfanos, llorando-
Todos, todos duermen, duermen, duermen en la colina.

¿Dónde está Jones, el viejo violinista,
Qué jugó su vida durante noventa años,
Afrontando las nevadas a pecho descubierto,
Bebiendo, alborotando, sin pensar en esposa ni en familia,
Ni en el oro, ni en el amor, ni en el cielo?
Acá lo tienen, aún balbuceando sobre el pescado frito de hace mucho tiempo,
Sobre las carreras de caballos en Clary’ʼs Grove de hace mucho tiempo,
Sobre lo que Abe Lincoln
Dijo una vez en Springfield.

Traducción de Isaías Garde


The Hill

Where are Elmer, Herman, Bert, Tom and Charley,
The weak of will, the strong of arm, the clown, the boozer, the fighter?
All, all are sleeping on the hill.

One passed in a fever,
One was burned in a mine,
One was killed in a brawl,
One died in a jail,
One fell from a bridge toiling for children and wife —
All, all are sleeping, sleeping, sleeping on the hill.

Where are Ella, Kate, Mag, Lizzie and Edith,
The tender heart, the simple soul, the loud, the proud, the happy one? —
All, all are sleeping on the hill.

One died in shameful child-birth,
One of a thwarted love,
One at the hands of a brute in a brothel,
One of a broken pride, in the search for heart’s desire;
One after life in far-away London and Paris
Was brought to her little space by Ella and Kate and Mag —
All, all are sleeping, sleeping, sleeping on the hill.

Where are Uncle Isaac and Aunt Emily,
And old Towny Kincaid and Sevigne Houghton,
And Major Walker who had talked
With venerable men of the revolution? —
All, all are sleeping on the hill.

They brought them dead sons from the war,
And daughters whom life had crushed,
And their children fatherless, crying —
All, all are sleeping, sleeping, sleeping on the hill.

Where is Old Fiddler Jones
Who played with life all his ninety years,
Braving the sleet with bared breast,
Drinking, rioting, thinking neither of wife nor kin,
Nor gold, nor love, nor heaven?
Lo! he babbles of the fish-frys of long ago,
Of the horse-races of long ago at Clary’s Grove,
Of what Abe Lincoln said
One time at Springfield.