viernes, 14 de noviembre de 2025

Papá y mamá se están separando (Legna Rodríguez Iglesias)


 











(...)

Papá y mamá se están separando.

Antes, a mamá le gustaba que papá la llevara a ver
puestas de sol, y a papá le gustaba que mamá le comprara gel para el pelo.

Ahora papá ya no invita a mamá porque dice que es
invierno. Y mamá le responde que siempre ha existido el invierno y las puestas
de sol nunca se han terminado. Y papá continúa con eso de que este invierno es
auténticamente extraño. Entonces mamá resuelve no comprar más gel para el pelo.
En realidad mamá no
puede vivir sin las puestas de sol; y papá no puede vivir sin su gel;
por lo que yo no puedo vivir sin mamá y papá.

Han llegado juntas la noche y Tú.

Papá busca su paraguas. Mamá tiene ganas de llorar.
Papá también tiene ganas de hacerlo, aunque el paraguas le tape la cara.
Entonces mamá se arrepiente y se saca de la manga un gel para el pelo. Papá
guarda el gel en su bolsillo y sonríe asomando una puesta de sol.


domingo, 2 de noviembre de 2025

Pequeño vals vienés (Federico García Lorca)












En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del «Te quiero siempre».

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.


Pertenece a Poeta en Nueva York, escrito entre 1929 y 1930, publicado póstumo en 1940.
Tomado de Yerma - Poeta en Nueva York, Bruguera, 1981.


Leonard Cohen la vertió al inglés y la convirtió en canción.


Take this waltz

Now in Vienna there's ten pretty women
There's a shoulder where Death comes to cry
There's a lobby with nine hundred windows
There's a tree where the doves go to die
There's a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on its jaws

Oh I want you, I want you, I want you
On a chair with a dead magazine
In the cave at the tip of the lily
In some hallways where love's never been
On a bed where the moon has been sweating
In a cry filled with footsteps and sand
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take its broken waist in your hand

This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With its very own breath of brandy and Death
Dragging its tail in the sea

There's a concert hall in Vienna
Where your mouth had a thousand reviews
There's a bar where the boys have stopped talking
They've been sentenced to death by the blues
Ah, but who is it climbs to your picture
With a garland of freshly cut tears?
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz it's been dying for years

There's an attic where children are playing
Where I've got to lie down with you soon
In a dream of Hungarian lanterns
In the mist of some sweet afternoon
And I'll see what you've chained to your sorrow
All your sheep and your lilies of snow
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
With its "I'll never forget you, you know!"

This waltz, this waltz, this waltz, this waltz ...

And I'll dance with you in Vienna
I'll be wearing a river's disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I'll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss
And I'll yield to the flood of your beauty
My cheap violin and my cross
And you'll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It's yours now. It's all that there is.




    
A partir de la música de Cohen el cantaor español Enrique Morente retoma el poema de García Lorca y da su versión en la obra Omega junto al conjunto Lagartija Nick.






miércoles, 29 de octubre de 2025

sábado, 25 de octubre de 2025

Solo los vivos reclaman relatos (Christophe Manon)


 











Solo los vivos reclaman relatos

y las palabras que utilizamos

están animadas solo por nuestro deseo

de querer a todo precio despertar a los muertos

por su invocación sonora,

porque tememos ser al final

como ellos indiferentes al impenetrable

desorden de los acontecimientos.

Mantener desde luego el recuerdo,

pero no hay nada que restaurar,

nada de verdad que pueda ser reparado.

¿Conservar un registro, testimoniar? ¿Pero sobre qué?

En el fondo, las crónicas de los tiempos pasados

quizás solo son escritas para confirmar

nuestro propio sentimiento de existencia.

Y si a veces hacemos un alto,

si estamos tentados a veces

de darnos vuelta un instante

para echar una última mirada hacia atrás

sobre aquellos que amamos,

cuidémonos sobre todo de no permanecer

petrificados por lo que vemos, y procuremos

lo antes posible continuar por el mundo

la trayectoria que nos es asignada.




https://circulodepoesia.com/2025/02/poesia-francesa-christophe-manon-3/

miércoles, 8 de octubre de 2025

Autorretrato (Fernanda García Lao)










me habito y deshabito
como quien se pone una media
corro mucho y llego a mí
transpirada por el intento
estoy en el jardín salvaje
de mi alma
alzada contra árboles irreales
que rodean este encierro
aves sin dientes se asoman
locuaces pitidos agudos
como estrellas sucias
a veces, soy otra
una mueca de dolor atraviesa la felicidad
escupo palabras
como alfileres de gancho
un golpe de precisión
me hiere la espalda 



sábado, 4 de octubre de 2025

En las más grandes escenas de Goya (Lawrence Ferlinghetti)


 











En las más grandes escenas de Goya nos parece ver              
a la gente del mundo
  exactamente en el momento en que
    consiguieron el título de
              "sufriente humanidad" 
  Se contorsionan sobre la página
            en una verdadera furia
                de adversidades
  Apilados
    gimiendo con niños y bayonetas
            bajo cielos de cemento
  en un paisaje abstracto de árboles marchitos
    estatuas dobladas alas y picos de murciélagos
          horcas resbalosas
        cadáveres y gallos carnívoros
        y todos los monstruos finales
        de la
        "imaginación del desastre"
  ellos son tan bárbaramente reales
        es como si aun realmente existieran

  Y existen
         sólo el paisaje ha cambiado
  Todavía están en línea en los caminos 
        plagados de legionarios
    falsos molinos de viento y gallos dementes

   Es la misma gente
          aunque más lejos de casa                 
  en carreteras de cincuenta hileras de ancho
  en un continente de concreto
            espaciado con carteleras blandas 
      ilustrando imbéciles ilusiones de felicidad                                               

  La escena muestra menos artillería 
  pero más ciudadanos mutilados
          en autos de colores
          Y ellos poseen extrañas licencias           
  Y motores
           que devoran a América.




En las grandes escenas de Goya nos parece que vemos
los pueblos del mundo
exactamente en el momento en que
por primera vez alcanzaron el título de “humanidad sufriente”
Se retuercen en la página
con una verdadera furia de adversidad
amontonados
gimiendo con bebés y bayonetas
bajo cielos de cemento
en un paisaje abstracto de palos secos
estatuas dobladas alas de murciélagos y picos
horcas resbalosas
cadáveres y gallos carnívoros
y todos los rugientes monstruos finales de la
“imaginación del desastre”
son tan sangrientamente reales
es como si todavía existieran realmente
y existen
sólo el paisaje ha cambiado
todavía están alineados en las carreteras
plagadas de legionarios
falsos molinos de viento y gallos dementes
son la misma gente
solo que más lejos del hogar
en autopistas de cincuenta carriles
en un continente concreto
intercalado de blandos anuncios
representando imbéciles ilusiones de felicidad
la escena tiene menos cureñas
pero más ciudadanos inválidos
en automóviles pintados
y llevan placas extrañas
y motores
que devoran Norteamérica




















El 3 de mayo en Madrid, Goya, 1814.


lunes, 29 de septiembre de 2025

Cuando ellos ya no estén (Magalí Etchebarne)


 










Cuando ellos ya no estén, solo
quedarán sus plantas
abrazándose salvajes, creciendo
desconcertadas. Mi hermana y yo
nos habremos llevado todo: los secretitos
de la noche grabados en la mesa de luz,
las cenizas que duermen en cofres de mármol,
todos esos muebles gigantes
como máquinas a vapor,
las fotos —todas las fotos en blanco y negro
en las que el pasado parece mentira—,
los problemas suaves, de épocas
sin distracción. Y así,
cargadas, vamos a caminar
por la costa varicosa de los años.
Alguna dirá ¿qué harán los que vengan
con la casa, con los dos plátanos altos
de la vereda? ¿Se animarán
a tirar todo abajo? Ese coraje
no será nuestro. Empieza después
de esta historia. Ahora, estamos de espaldas
al futuro, no es que lo evitemos,
juntamos fuerza.
Soltamos al cielo
palabras, un oráculo, una
traición. Ofrendas lanzadas al mar
cargadas de flores y preguntas, deseos
y nuestros nombres tallados sobre todo
lo que tuvimos: lo más bello y lo espantoso.
Después, ya no seremos animales pesados
husmeando en la orilla, sino esa pareja de aves
revoloteando su hogar.



miércoles, 24 de septiembre de 2025

Biografía (Sona Van)


 








Mi abuelo era sacerdote
creía en Dios de 9 a.m. a 6 p.m.
después de las 6 p.m. descansaba  

mi padre era físico
de 9 a.m. a 6 p.m. refutaba a Dios
y después de las 6 p.m. creía en Dios secretamente  

mi tía guardaba todas sus cartas de amor
en páginas raídas de Biblia 
en la secuencia de las revelaciones
ella leía la Palabra de Dios
y sus cartas de amor
con la misma expresión en su rostro
y en ambas confiaba sólo la mitad 

dependiendo de su misteriosa sonrisa
a través del ojo de la cerradura
era difícil saber
a quién prefería mi tía
para la salvación
de ese día  

mi madre
(estaba a punto de olvidarlo)
no tenía tiempo para creer o no creer
estaba siempre ocupada
creando algo desde la nada
mi madre siempre estaba en silencio  

Heredé la fe diurna de mi abuelo
la fe crepuscular de mi padre
la sonrisa de mi tía
y las manos de mi madre 

mi padre físico creía seriamente
la historia 
de que Cristo nació en un pesebre
mi padre decía
que a veces las historias
que parecían absurdas al principio
pueden ser ciertas,
porque nadie (decía mi padre)
se permitiría
inventar semejante historia  

mi padre siempre habló con simpatía
de José
mi padre físico creía en milagros también
mi madre era un milagro  

estos días
llevo a Dios bajo mi camisa
como un pan recién horneado
y lo comparto con cualquiera
que se cruce en mi camino  

en nuestra cocina
el gran abrevadero de madera
siempre estaba lleno de masa en igual medida
era como si mi madre hiciera masa de sus dedos
o más bien
la masa parecía ser la metamorfosis
de los dedos de mi madre en el abrevadero de madera 

mi madre a veces trataba de secar
el sudor de su ceño                                 
y diez chorros iguales de masa salían
desde los dedos de mi madre hasta su frente 

mi padre decía que mi madre
nos hizo de masa y se reía
mi madre guardaba silencio y continuaba
colgando blancos ángeles de masa
de las puntas de sus dedos  

mi madre 
lo juro
podría caminar sobre el agua
si sólo pudiera despegar sus dedos
de la masa…



sábado, 20 de septiembre de 2025

Los ángeles bailan entre la hierba (Juan L. Ortiz)


 








Los ángeles bailan entre la hierba.
Ondulan un frío que relampaguea
y que cortaría la tarde.
La tarde dura como un diamante
que desvalora de pronto una nube efímera.

Los ángeles de Cocteau sentados en las cornisas
miraban caer la tarde con ojos violeta.

Es dura la vida. La vida es triste.
Como un mar la muerte viene del sur y anda en el sol.

Los ángeles bailan entre la hierba
y sonríen con una sonrisa filosa,
un poco lúgubre ¿cierto?
Sí, lúgubre, y breve.


jueves, 4 de septiembre de 2025

Mark Rothko y yo (Han Kang)


 


MARK ROTHKO Y YO


La muerte en febrero



Aunque no hace falta que lo aclare,

no existe relación alguna entre Mark Rothko y yo.


Él nació el 25 de septiembre de 1903

y murió el 25 de febrero de 1970.

Yo nací el 27 de noviembre de 1970

y todavía sigo viva. 

Sin embargo, a veces me pongo a pensar

en el tiempo de nueve meses

que separan su muerte y mi nacimiento.


Días antes o después

de esa madrugada en que él se abrió las venas de las manos

en la cocina anexa a su taller,

mis padres fundieron sus cuerpos

y poco después

una mota de vida

apareció en el útero tibio


cuando en un cementerio de Nueva York al final del invierno

el cuerpo de Rothko no se había corrompido todavía.


No es para maravillarse

sino para entristecerse.


Siendo solo una mota,

sin tener aún un corazón que late,

sin saber lo que es el lenguaje,

lo que es la luz

ni las lágrimas,

me estaba formando

dentro del útero sonrosado,


cuando entre la vida y la muerte,

febrero, una herida abierta, 

resistió y resistió

hasta que empezó a cicatrizar por fin,


cuando dentro de la tierra a medio derretir y por eso más fría

la mano de Rothko no se había corrompido todavía.



Traducción del coreano: Sunme Yoon.

El cuadro:  Composition I, Mark Rothko, 1931.



domingo, 17 de agosto de 2025

Black Mask (Paulina Vinderman)








En la novela negra
ella no se enamoraría del asesino,
sería la torva ingenua bailarina de cabaret
o la dulce -nada ingenua-
muñeca con ojos como ciervos, pelo
para agitar en el viento entre las acacias.

En la novela negra
no podría jamás cruzar la línea,
              bajo su respiración
estarían los muros amarillos,
la seducción de un héroe al que abrazar.

Y ya no importaría la tensión del poema
o de su espalda
                        soportando el mundo.

En la novela negra ella no tendría esta asfixia,
              este estribillo que envejece
a medida que come de su pan
y abre los brazos en la oscuridad
                en un escándalo incumplido.

Si algo la habita
es la memoria de un puerto insignificante
                                                             y caluroso
donde la muerte no era un estallido
sino una conversación, una clara evidencia.


https://paulinavinderman.com.ar/lib_bulgaria_blackmask.php






domingo, 10 de agosto de 2025

los vencidos (Sergio Beleiro)


ahí estábamos 
los vencidos
vencidos inevitablemente
vencidos como siempre
sin duda vencidos
y aun así
con una sonrisa 
            mil dientes
bajo nuestros ojos enfurecidos
            (calculando la venganza)

martes, 15 de julio de 2025

Pequeños asesinatos (Estela Figueroa)


 














Una noche en que volví tarde a casa
la vi disparar rauda y oscura
desde el canasto de papas que está en un extremo de la cocina
hasta el otro
al costado de la heladera
donde acumulamos botellas vacías de vino y gaseosas
que en gloriosas jornadas de limpieza
sacamos a la calle.
- : Tenemos una laucha -dije a mi hija Florencia-.
Es gorda. Vive detrás de la heladera.
Habrá que matarla -me contestó ella.
Habrá que poner triguillo fuera del alcance de Toto.
(Toto es nuestro perro)
Pero pasaron los días
y ninguna de las dos iba a la ferretería
en busca del triguillo.
Y la laucha seguía corriendo rauda y oscura de un extremo a otro
-en la cocina-
ante la mirada curiosa de Toto
y ya sin importarle si estábamos nosotras o no.
- : Esta laucha se está tomando mucha confianza
recuerdo que dijo mi hija.
Bueno.
De manera que a la mañana siguiente me encaminé a la ferretería
y compré el triguillo Drumolive
hecho con glándulas disecadas de roedores
lo cual- según decía el prospecto-
ejerce una poderosa atracción sexual sobre sus iguales.
La caja estuvo envuelta varios días sobre la mesa de la cocina
hasta que Florencia
-que es más expeditiva que yo para estas cosas-
abrió el paquete una noche
llenó potes con buena parte de su contenido
y acomodó estos potes estratégicamente.
Durante varias mañanas
mientras yo tomaba té leyendo a Carver
la sentí comer ávidamente.
Es cierto. Nadie
nada escapa
de lo que implica una atracción sexual.
Los ruiditos terminaron
y Carver y yo quedamos solos.
Charlando sobre la proximidad de una jornada de limpieza de la casa dijo mi hija
- : Parece que la laucha se murió. Ya no se la oye.
- : Es cierto-respondí-. Yo tampoco la oigo. La matamos.


viernes, 4 de julio de 2025

Es la baba (Oliverio Girondo)


 







Es la baba.
Su baba.
La efervescente baba.
La baba hedionda,
cáustica;
la negra baba rancia
que babea esta especie babosa de alimañas
por sus rumiantes labios carcomidos,
por sus pupilas de ostra putrefacta,
por sus turbias vejigas empedradas de cálculos,
por sus viejos ombligos de regatón gastado,
por sus jorobas llenas de intereses compuestos,
de acciones usurarias;
la pestilente baba,
la baba doctorada,
que avergüenza la felpa de las bancas con dieta
y otras muelles poltronas no menos escupidas.
La baba tartamuda,
adhesiva,
viscosa,
que impregna las paredes tapizadas de corcho
y contempla el desastre a través del bolsillo.
La baba disolvente.
La agria baba oxidada.
La baba.
¡Sí! Es su baba...
lo que herrumbra las horas,
lo que pervierte el aire,
el papel,
los metales;
lo que infecta el cansancio,
los ojos,
la inocencia,
con sus vermes de asco,
con sus virus de hastío,
de idiotez,
de ceguera,
de mezquindad,
de muerte.


Persuasión de los días, 1942, Editorial Losada.
Tomado de Persuasión de los días. En la masmédula. Editorial Losada, 1998.

martes, 17 de junio de 2025

A Serguéi Esenin (Vladímir Maiakovski)


 











Usted se fue,
                     como suele decirse,
                                                    al otro mundo.
¡Qué vacío... !
                      Vuela usted
                                         hasta incrustarse en las estrellas.
Ya no le ayuda
                        ni el dinero
                                          ni las tabernas.
¡Sobriedad pura !
No, Esénin,
                  no me burlo.
En la garganta,
                       el dolor ajusta un nudo,
                                                            y no es la risa...
Yo veo
            sus brazos colgando
                                            y su mano cortada,
balanceando la propia bolsa de sus huesos.
¡Qué hace!
                 ¡Quieto!
                              ¿Está usted en su sano juicio?
Dejar que las mejillas
                                  se cubran de tiza mortal
Sí, usted sabía cantar
como nadie en el mundo.
¿Por qué?
              ¿Para qué?
                             Me pilló de sorpresa.
Los críticos farfullan:
                                 -Es el vino,
es esto, es aquello
                            o lo de más allá.
Y, como resultado,
                             mucho vino, mucha cerveza.
Cambiando
                 la bohemia por la «clase»,
la clase tendría influencia sobre usted,
                                                           y ya no habría por qué pelear.
¿Acaso la «clase»
calma la sed sólo con limonada?
La clase no es idiota
                                y también sabe empinar el codo.
Es decir,
             si contase con el apoyo
de algunos de los de «En Guardia»,
usted tendría otra orientación
y escribiría todos los días
                                       cien estrofas fatigosas y extensas
como las de ese tal Dorónin.
En mi opinión,
                      si se hubiera realizado semejante pesadilla,
usted se hubiera colgado mucho antes.

Es mejor morir de vodka
que de aburrimiento.
No revelarán
                    la causa de esta pérdida,
ni la cuerda
                  ni el puñal suicida.
Tal vez,
            si hubiese tinta en el hotel «Inglaterra»,
no tendría razones
                            para cortarse usted las venas.
Los imitadores se alegraron:
                                             -¡Bis! - aplaudieron.
Contra usted,
                    casi un pelotón entero,
                                                       parecía haber realizado un atentado.
¿Para qué aumentar
                               el número de suicidas?
Mejor aumentar
                         la calidad de la tinta.
Ahora
          se han cerrado sus labios
                                                 para siempre.
Inoportuno
                  y penoso
                                es hablar de estos misterios.
Al Pueblo,
                al creador del Idioma,
se le ha muerto
                         un sonoro
                                         cantor,
vicemaestro.
y llevan los viejos versos al velatorio,
sacados de otros entierros,
                                         casi sin rehacer
                                                                ni afilar las rimas.
¿Acaso es éste
                       el homenaje que merece este poeta?
A usted
            todavía
                        no le han erigido un monumento.
¿Dónde están
                     el bronce sonoro
                                               o las aristas de granito?
Pero al pie del recuerdo ya han dejado
homenajes y dedicatorias.
Su nombre
                 lo bordan ya con mocos todos los pañuelitos.
Babeando
               entona su versos Sóbinov ,
surgiendo detrás de un abedul del decorado:
«Oh, amigo mío,
  ni palabras ni suspiros».
¡Eh!
¡Yo hablaría de otro modo
con ese tal Leónidas Lohengrinoide!
Me levantaría aquí mismo,
                                       estridentemente escandaloso.
 -No permito babear
ni ajar el verso!
Los dejaría sordos
                            con un silbido de locomotora,
y les mentaría a su buena madre, a su buen Dios y a su
abuela.
Hasta hacer trizas al bigotudo Kógan,
clavado con lanzas más agudas que sus bigotes retorcidos.
La basura,
               por desgracia,
                                    es lo que más abunda.
Asuntos hay muchos,
                                 sólo nos falta el tiempo.
Primero,
             hay que transformar la vida;
una vez transformada,
                                  podremos cantarla.
Nuestro tiempo
                      es difícil para la pluma.
Pero, decidme,
                       vosotros,
                                    mutilados y lisiados,
¿dónde
           cuándo,
                      cómo y cuál de los grandes
eligió el camino
                         más gastado y fácil?
Verbo,
            comandante en jefe
                                          de la fuerza humana.
¡Adelante... !
Que el tiempo se nos quede atrás hecho jirones,
                                                     y  únicamente el viento
despeine los mechones de pelo alborotado.
Para la alegría,
                       nuestro planeta
                                              está escasamente preparado.
Debemos arrancar la alegría
                                           de los días venideros.
En esta vida
                   morir es cosa fácil.
Hacer la vida
                     es mucho más difícil.




------------------------------------------------------------------------------------------------------

Usted se ha ido,
      como dicen,
   al otro mundo.
Qué vacío.
     Vuela usted
   hasta incrustarse
en las estrellas.
Ya no hay anticipos,
ni dineros,
   ni tabernas.
¡La pura sobriedad!
No, Esenin,
     no me estoy burlando,
en la garganta
el dolor apretado
       no es ninguna burla.
Veo
colgar sus brazos
        y la mano cortada
balanceándose en el saco
de sus huesos.
¡Alto!
¡Quieto!
¿Está usted loco?
¿Dejar que las mejillas
   se cubran
      de tiza mortal?
Usted,
   ¿que armaba cada juerga
   como nadie sabía?
¿Por qué?
¿Para qué?
Me dominó el asombro.
Los críticos rezongan:
Tiene la culpa
el viento,
  esto y lo otro,
  y sobre todo
su poca unión con los obreros.
Como resultado,
mucho vino
y cerveza.
Si cambiáramos
                             la bohemia
  por la clase,
la clase
influiría en usted
      y acabarían las disputas.
¿Acaso la clase
     apaga la sed
con limonada?
La clase no es idiota,
le gusta beber bien.
Es decir
que si le hubieran ayudado
algunos de En guardia
hubiera mejorado
mucho el contenido
escribiendo a diario
  cien versos
fatigosos y largos
como Doronin.
En mi opinión,
  si se hubiera cumplido
tal pesadilla
mucho antes
se habría usted colgado.
Mejor es morir de vodka
que de hastío.
No descubrirán
   la causa de esta pérdida
ni la soga
  ni el puñal.
Quizá
    si hubiera tinta en el Angleterre
no hubiera tenido razones
   para abrirse las venas.
Los imitadores se alegraron:
Bis!
Casi un pelotón
se suicidó.
¿Para qué aumentar
      los suicidas?
Mejor sería
aumentar
    la producción de tinta.
Ahora
y para siempre
  se encierra
la lengua entre los dientes.
Penoso,
inoportuno
tejer estos misterios.
Al pueblo,
    creador del idioma,
se le ha muerto
    un sonoro
borrachín.
Ya llevan
   la chatarra de los versos
de otro entierro anterior
casi sin tocar.
Como estacas
  sobre las tumbas
clavan rimas estentóreas.
¿Merece
ese homenaje
el poeta?
A usted aún
no le han erigido
un monumento.
¿Dónde
el bronce sonoro,
las aristas de la piedra?
Pero al pie de la verja
ya han dejado
la basura
de homenajes
y dedicatorias.
Su nombre
lo bordan con mocos
en todos los pañuelos.
Sus versos
los salmodia entre babas Sobinov,
apareciendo
por detrás de un abedul podrido:
«Sin palabras ni suspiros,
amigo mío».
¡Eh!
Me gustaría decirle dos palabras
a ese Lohengrin Lohengrinich.
Me plantaría
chillón y camorrista:
—No permito
que babeen y soben
   el verso.
Me gustaría organizar una pelea
y mandarlos a casa de su madre y de su abuela.
Para que el viento arrastre
     la roma porquería
agitando
el velamen de chaquetas,
para que en desbandada
   corra
Koban
clavando
las lanzas de su bigote
en los transeúntes.
Por ahora,
  lo malo
es lo que más abunda.
Es mucho el trabajo,
     el tiempo falta.
Primero
hay que transformar
   la vida,
luego,
    transformada,
podemos cantarla.
Nuestra época
    difícil es para la pluma,
pero decidme,
vosotros,
tullidos y lisiados,
¿dónde,
cuándo,
qué grande prefirió
el camino más trillado y fácil?
El verbo
es el jefe
de la fuerza humana.
Adelante.
Que los jirones del tiempo
   se rasguen detrás.
Que sólo el viento
lleve hacia atrás
los mechones de la melena.
Para la alegría
  el planeta
    está mal preparado.
Hay que arrancar
la alegría
a los días futuros.
En esta vida,
morir es cosa fácil.
Mucho más difícil
es hacer la vida.

.

(1926)


Poema perteneciente al libro Mayakovski, poesía, una antología de poemas de Vladimiro Vladímirovich Maiakovski (1893-1930), traducidos al español por Mauro Armiño. Editado por Akal editor. 
Madrid, 1982 .



--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



Usted, se fue,
            como se dice,
                       al otro mundo.
¡Qué vacío!…
            Vuela usted,
                     hasta incrustarse en las estrellas.
No le ayuda ya,
              ni el dinero,
                       ni el bodegón.
¡Sobriedad, pura!
No, Esénin,
           no me burlo,
En la garganta,
             el dolor ajusta un nudo,
                                y no es la risa…
Yo veo,
       sus brazos colgando,
                        y su mano cortada,
balanceando la propia bolsa de sus huesos.
¡Qué hace!
          ¡Deje!
               ¿Está usted en su juicio?
Dejar que las mejillas,
                  se cubran de tiza mortal
Si usted, sabía cantar,
como nadie en el mundo lo sabía.
¿Por qué?
         ¿Para qué?
                  Se encogen asombrados.
Los críticos rezongan:
                  —Es el vino,
es aquello,
          o lo de más allá.
Y como resultado,
                mucho vino y cerveza.
Cambiando,
           la bohemia por la «clase»,
la clase tendría influencia sobre usted,
                     y no habría por qué pelear.
¿Y la «dase», acaso,
la sed la calma sólo con limonada?
La clase no es idiota,
                  sabe beber bien.
Es decir,
        si contase con el apoyo
de algunos de los del «Puesto[82]»,
tendría otra orientación
y usted escribiría cada día,
                    cien estrofas fatigantes y largas
como las de ese Dorónin.
A mi juicio,
          realizándose semejante pesadilla,
usted igual se colgaría.
Es mejor morir de vodka,
que de aburrimiento.
No revelarán
            la causa de esta pérdida,
ni la cuerda,
           ni el puñal suicida.
Tal vez,
       si hubiese tinta en el hotel «Inglaterra[83]»
no tendría razones,
                 para cortarse usted las venas.
Los imitadores se alegraron:
                        —¡Bis!
Contra él,
         casi un pelotón entero,
               pareciera haber realizado el atentado.
¿Para qué aumentar,
                  el número de suicidas?
Mejor aumentar,
              la cantidad de tinta.
Ahora,
       se cerraron sus labios,
                         para siempre.
Inoportuno,
          y penoso,
                  es hablar de estos misterios
Al pueblo,
         al creador del idioma,
se le ha muerto,
              un sonoro
                      cantor,
                            vicemaestro.
Y llevan los versos viejos al velorio,
sacados de otro entierro,
                     casi sin rehacer,
                         sin afilar las rimas.
¿Acaso,
        así se debe rendir homenaje a este poeta?
A usted,
        aún,
           no le han erigido un monumento.
¿Dónde está,
            el bronce sonoro,
                          o las aristas de granito?
Al pie del monumento, ya han dejado,
homenajes y dedicatorias.
Su nombre,
    ya lo bordan con mocos en todos los pañuelitos.
Sus versos,
           los entona babeando Sóbinov[84],
saliendo detrás de un abedul de decorado;
«Oh, amigo mío,
              ni palabras, ni suspiros».
¡Eh!
¡Hablaría yo de otra manera,
con ese Leónidas Lohengrinóide!
Me levantaría aquí,
                estridentemente escandaloso.
—¡No permito,
             babear ni ajar el verso!
Los dejaría sordos, con un Silbido de tres pisos,
y los mandaría a casa de su madre, de Dios y de su abuela.
Hasta hacer trizas, al bigotudo Kógan,
clavado con lanzas más agudas que sus bigotes retorcidos.
Lo malo,
        por desgracia,
                    es lo que más abunda.
Asuntos hay muchos,
                  sólo hace falta tiempo.
Hay que transformar,
                  primero la vida,
transformada,
             la podremos cantar.
Nuestro tiempo,
              es difícil para la pluma.
¿Pero decidme,
              vosotros,
                      mutilados y lisiados,
dónde,
       cuándo,
             y cuál de los grandes,
eligió el camino,
              más gastado y fácil?
Verbo,
       comandante en jefe,
                       de la fuerza humana.
¡March…!
Para que el tiempo nos quede atrás hecho girones,
                          y únicamente el viento,
despeine los mechones de pelo alborotado.
Para la alegría,
             nuestro planeta,
                          está poco preparado.
Debemos arrancar,
                 la alegría,
                        a los días venideros.
En esta vida,
            morir es cosa fácil.
Hacer vida,
es mucho más difícil.



Traducción Lila Guerrero
Antología poética, Losada, 1978.

Nacido en 1895, Sergio Esénin se suicidó en 1925. Dejó una carta escrita con sangre. Se cortó una vena y luego se ahorcó colgándose con una cuerda ajustada a uno de los tubos de la cañería de la habitación. Poeta lírico imaginista, de vida tumultuosa, casado con Isadora Duncan.

[82] En el Puesto, En Guardia, nombre de la revista de la «Asociación de escritores proletarios». <<
[83] «Inglaterra», Angleterre, nombre del Hotel de Leningrado donde se suicidó. 
[84] Viejo tenor de la Opera de Moscú, famoso por su Interpretación de Lohengrin. <<