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viernes, 14 de noviembre de 2025
Papá y mamá se están separando (Legna Rodríguez Iglesias)
domingo, 2 de noviembre de 2025
Pequeño vals vienés (Federico García Lorca)
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del «Te quiero siempre».
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.
There's a lobby with nine hundred windows
There's a tree where the doves go to die
There's a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on its jaws
On a chair with a dead magazine
In the cave at the tip of the lily
In some hallways where love's never been
On a bed where the moon has been sweating
In a cry filled with footsteps and sand
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take its broken waist in your hand
With its very own breath of brandy and Death
Dragging its tail in the sea
Where your mouth had a thousand reviews
There's a bar where the boys have stopped talking
They've been sentenced to death by the blues
Ah, but who is it climbs to your picture
With a garland of freshly cut tears?
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz it's been dying for years
Where I've got to lie down with you soon
In a dream of Hungarian lanterns
In the mist of some sweet afternoon
And I'll see what you've chained to your sorrow
All your sheep and your lilies of snow
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
With its "I'll never forget you, you know!"
I'll be wearing a river's disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I'll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss
And I'll yield to the flood of your beauty
My cheap violin and my cross
And you'll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It's yours now. It's all that there is.
miércoles, 29 de octubre de 2025
Pasa se va se pierde (Idea Vilariño)
http://amediavoz.com/vilarino.htm#PASA%20SE%20VA%20SE%20PIERDE...
sábado, 25 de octubre de 2025
Solo los vivos reclaman relatos (Christophe Manon)
Solo los vivos reclaman relatos
y las palabras que utilizamos
están animadas solo por nuestro deseo
de querer a todo precio despertar a los muertos
por su invocación sonora,
porque tememos ser al final
como ellos indiferentes al impenetrable
desorden de los acontecimientos.
Mantener desde luego el recuerdo,
pero no hay nada que restaurar,
nada de verdad que pueda ser reparado.
¿Conservar un registro, testimoniar? ¿Pero sobre qué?
En el fondo, las crónicas de los tiempos pasados
quizás solo son escritas para confirmar
nuestro propio sentimiento de existencia.
Y si a veces hacemos un alto,
si estamos tentados a veces
de darnos vuelta un instante
para echar una última mirada hacia atrás
sobre aquellos que amamos,
cuidémonos sobre todo de no permanecer
petrificados por lo que vemos, y procuremos
lo antes posible continuar por el mundo
la trayectoria que nos es asignada.
https://circulodepoesia.com/2025/02/poesia-francesa-christophe-manon-3/
miércoles, 8 de octubre de 2025
Autorretrato (Fernanda García Lao)
sábado, 4 de octubre de 2025
En las más grandes escenas de Goya (Lawrence Ferlinghetti)
lunes, 29 de septiembre de 2025
Cuando ellos ya no estén (Magalí Etchebarne)
miércoles, 24 de septiembre de 2025
Biografía (Sona Van)
sábado, 20 de septiembre de 2025
Los ángeles bailan entre la hierba (Juan L. Ortiz)
jueves, 4 de septiembre de 2025
Mark Rothko y yo (Han Kang)

MARK ROTHKO Y YO
La muerte en febrero
Aunque no hace falta que lo aclare,
no existe relación alguna entre Mark Rothko y yo.
Él nació el 25 de septiembre de 1903
y murió el 25 de febrero de 1970.
Yo nací el 27 de noviembre de 1970
y todavía sigo viva.
Sin embargo, a veces me pongo a pensar
en el tiempo de nueve meses
que separan su muerte y mi nacimiento.
Días antes o después
de esa madrugada en que él se abrió las venas de las manos
en la cocina anexa a su taller,
mis padres fundieron sus cuerpos
y poco después
una mota de vida
apareció en el útero tibio
cuando en un cementerio de Nueva York al final del invierno
el cuerpo de Rothko no se había corrompido todavía.
No es para maravillarse
sino para entristecerse.
Siendo solo una mota,
sin tener aún un corazón que late,
sin saber lo que es el lenguaje,
lo que es la luz
ni las lágrimas,
me estaba formando
dentro del útero sonrosado,
cuando entre la vida y la muerte,
febrero, una herida abierta,
resistió y resistió
hasta que empezó a cicatrizar por fin,
cuando dentro de la tierra a medio derretir y por eso más fría
la mano de Rothko no se había corrompido todavía.
Traducción del coreano: Sunme Yoon.
El cuadro: Composition I, Mark Rothko, 1931.
domingo, 17 de agosto de 2025
Black Mask (Paulina Vinderman)
En la novela negra
ella no se enamoraría del asesino,
sería la torva ingenua bailarina de cabaret
o la dulce -nada ingenua-
muñeca con ojos como ciervos, pelo
para agitar en el viento entre las acacias.
En la novela negra
no podría jamás cruzar la línea,
bajo su respiración
estarían los muros amarillos,
la seducción de un héroe al que abrazar.
Y ya no importaría la tensión del poema
o de su espalda
soportando el mundo.
En la novela negra ella no tendría esta asfixia,
este estribillo que envejece
a medida que come de su pan
y abre los brazos en la oscuridad
en un escándalo incumplido.
Si algo la habita
es la memoria de un puerto insignificante
y caluroso
donde la muerte no era un estallido
sino una conversación, una clara evidencia.
https://paulinavinderman.com.ar/lib_bulgaria_blackmask.php
domingo, 10 de agosto de 2025
los vencidos (Sergio Beleiro)
martes, 15 de julio de 2025
Pequeños asesinatos (Estela Figueroa)
la vi disparar rauda y oscura
desde el canasto de papas que está en un extremo de la cocina
hasta el otro
al costado de la heladera
donde acumulamos botellas vacías de vino y gaseosas
que en gloriosas jornadas de limpieza
sacamos a la calle.
- : Tenemos una laucha -dije a mi hija Florencia-.
Es gorda. Vive detrás de la heladera.
Habrá que matarla -me contestó ella.
Habrá que poner triguillo fuera del alcance de Toto.
(Toto es nuestro perro)
Pero pasaron los días
y ninguna de las dos iba a la ferretería
en busca del triguillo.
Y la laucha seguía corriendo rauda y oscura de un extremo a otro
-en la cocina-
ante la mirada curiosa de Toto
y ya sin importarle si estábamos nosotras o no.
- : Esta laucha se está tomando mucha confianza
recuerdo que dijo mi hija.
Bueno.
De manera que a la mañana siguiente me encaminé a la ferretería
y compré el triguillo Drumolive
hecho con glándulas disecadas de roedores
lo cual- según decía el prospecto-
ejerce una poderosa atracción sexual sobre sus iguales.
La caja estuvo envuelta varios días sobre la mesa de la cocina
hasta que Florencia
-que es más expeditiva que yo para estas cosas-
abrió el paquete una noche
llenó potes con buena parte de su contenido
y acomodó estos potes estratégicamente.
Durante varias mañanas
mientras yo tomaba té leyendo a Carver
la sentí comer ávidamente.
Es cierto. Nadie
nada escapa
de lo que implica una atracción sexual.
Los ruiditos terminaron
y Carver y yo quedamos solos.
Charlando sobre la proximidad de una jornada de limpieza de la casa dijo mi hija
- : Parece que la laucha se murió. Ya no se la oye.
- : Es cierto-respondí-. Yo tampoco la oigo. La matamos.














